jueves, enero 20, 2022

Glorias olímpicas invernales: Eric Heiden



 

Hay grandes atletas que, a lo largo de varias olimpiadas, van coleccionando triunfos y medallas. Hay otros que tienen el más fulgurante desempeño en una sola cita olímpica. A muy pocos les basta esa sola exhibición para ser considerados como la máxima figura de su deporte.  Y tal vez sólo Eric Heiden, patinador de velocidad, tras ese brillo extremo, decidió retirarse cuando estaba en el pináculo de su carrera deportiva y dedicarse a otras cosas sin voltear la vista atrás.

En su infancia, en el frío Wisconsin, Eric Heiden practicó el patinaje, el esquí de fondo y el ciclismo, que le apasionaba. En lo primero fue en lo que más destacó, al igual que su hermana Beth. En una carrera que duró cuatro años, Eric consiguió dos campeonatos mundiales juveniles, cuatro campeonatos mundiales en sprint de 1000 metros y tres de patinaje completo, al tiempo que rompió 15 récords mundiales.

Su primera experiencia olímpica fue en Innsbruck 1976, cuando contaba con 17 años. Allí quedó el 7° lugar en los 1,500 metros y en el 19° en los 5 mil. Apenas estaba empezando y nadie sabía y pocos imaginaban lo que sería en la siguiente cita.

Para 1980, Heiden ya era uno de los favoritos, sobre todo en las distancias cortas. Pero lo que hizo en Lake Placid 80 nadie lo ha podido igualar. Ganó el oro en los 500 metros y en los 1000 metro, como se esperaba. Pero también lo hizo en los 1500, los 5 mil y los 10 mil metros. En las primeras cuatro pruebas rompió el récord olímpico. En los 10 mil -la prueba que más gozó, dice, porque estaba tan concentrado que en ningún momento falló su técnica- también rompió el récord mundial. En los 500 y 5 mil metros derrotó al campeón mundial vigente. En los 10 mil, destronó al campeón olímpico. Barrió con la especialidad.

Tras los Juegos Olímpicos, se pensaba que Heiden continuaría una larga carrera en el patinaje de velocidad. Pero no. Sólo participaría en los siguientes mundiales (ganó el sprint, quedó segundo en el de patinaje completo). Su idea era estudiar medicina y seguir los pasos de su padre, ortopedista. Dejó los patines a los 21 años.

Cuatro años más tarde, terminada la carrera y antes de abordar la especialización, Heiden volvió a ser deportista de élite, pero en el ciclismo. Compitió, sin obtener medalla, en los Mundiales de Pista en 1984 y de allí pasó a promover la formación de un equipo estadunidense para las grandes competencias europeas de ruta. El primero de la historia. Logró la creación del equipo 7-Eleven, con el que compitió en el Giro d’Italia y el Tour de France, sin grandes éxitos. Pero por su iniciativa el ciclismo de EU puso, por así decirlo, su pica en Flandes.

De ahí, se dedicó casi exclusivamente a su carrera y su profesión de medicina. No aceptó patrocinios. El doctor Heiden no usó sus cinco oros olímpicos para otra cosa que para recordar un buen momento de su vida.   


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