miércoles, mayo 16, 2012

Glorias olímpicas: Ulrike Meyfarth


Con su 1,88 de estatura, en la escuela era la más alta de la clase. Cuando quiso ir a clases de baile, su madre estaba llena de miedo, porque la muchacha no iba a encontrar un compañero más alto. Decía Ulrike Meyfarth que ése fue uno de los motivos para dedicarse al deporte. En vez de las fiestas y el ligue, eligió las pistas. Pronto, muy pronto, destacó en ellas.

A los 15 años ya era subcampeona de Alemania Occidental en salto de altura y a los 16 tuvo su primera participación olímpica. Lo hizo de local, en Munich 1972. Su marca personal era de 1.85 metros pero, apoyada por el público y ayudada por el hecho de ser una de las pocas saltadoras que había adoptado el todavía novedoso estilo Fosbury, sorprendió al mundo, logró lo que se creía imposible.

Meyfarth saltó 1.92 m., derrotó a la austriaca Gosenbauer y a la búlgara Blagoyeva, que utilizaban el estilo tradicional de rodado, superó su marca personal en 7 centímetros, estableció un récord mundial, se convirtió de golpe y porrazo en la campeona más joven en la historia del atletismo olímpico y en la consentida nacional. Todo ello, unas horas antes de la matanza de Septiembre Negro, que enlutó y marcó de sangre aquellos Juegos.

Años después, la alemana confesaría que no estaba preparada conscientemente para una victoria de ese tamaño, y que por eso necesitó los años siguientes para asimilarlo. Para plantárselo en la cabeza.

Por una década entera parecía que Meyfarth sería flor de un día. One hit wonder. No llegó a la final de salto de altura en los juegos de Montreal 1976; no compitió en los de Moscú 1980, por el boicot de su país, aunque igual no habría alcanzado siquiera lugar en la selección germana.

Pero Ulrike no había abandonado el deporte. Era, como ella decía, sobre todo un problema de mentalización. Hay que estar convencidos de que se puede superar la barra, al menos en la cabeza. Así, en 1982, ganó el campeonato europeo, e impuso un nuevo récord mundial en 2.02 m. Al año siguiente, vuelve a romperlo en los Mundiales de Helsinki, pero ese récord es efímero y Meyfarth se tiene que conformar con la plata, tras la victoria de la soviética Tamara Bykova.

Llega la cita olímpica de Los Ángeles 1984. Bykova no asiste por el boicot soviético. Meyfarth ha perfeccionado su concentración y puede desconectarse de las influencias externas acústicas y visuales. En gran duelo derrota a la campeona olímpica reinante, Sara Simeoni, al superar la barra colocada a 2.02 metros de altura.

Es su segunda medalla olímpica dorada. Pasaron 12 años de cuando ganó la primera. En 1972 había sido la más joven atleta en llevarse los laureles. En 1984, es la más vieja saltadora de altura de la historia en ganar el título olímpico.

miércoles, mayo 09, 2012

Biopics: De campaña con Arnoldo


Además de organizar los foros temáticos de la campaña de Martínez Verdugo a la Presidencia de la República, me tocó acompañarlo en otra ocasión, a una gira de fin de semana realizada en el estado de Morelos.
 
Salimos de la ciudad de México en el autobús El Socialista –los periodistas iban en El Machete-, que estaba muy bien acondicionado como oficina rodante. Mi tarea principal sería elaborar los discursos que daría Arnoldo. En el camino, me la pasé comentando y machacando mi idea de “austeridad soberana”: sería irresponsable que el partido y su candidato prometieran cosas incumplibles, aun a sabiendas de que no íbamos a ganar; la crisis en la que nos había metido el gobierno de López Portillo no aguantaba una política de expansión desordenada, ni mucho menos crecimiento del Estado, sino que era necesaria una distribución de los recursos escasos con sentido nacional y popular. Cambiar los usos de las divisas que llegaban al país y el sentido del gasto, pero no a través de un aumento. Arnoldo escuchaba y comentaba. Varios otros, entre los que estaba Rolando Cordera, agregaron elementos a la conversación. Me dio la impresión de que Martínez Verdugo era un hombre inteligente y abierto. Horas después lo comenté con Rolando: “Es de verdad el mejor de los candidatos”. Cordera asintió con una sonrisa: “También estoy convencido de eso”, me dijo.

Llegando a los linderos del DF con Morelos, nos recibió una caravana de compañeros del partido. Con ellos fuimos a un ejido, cuyo nombre ya no recuerdo, que era bastión del PSUM. Lo que recuerdo perfectamente es lo chinita que se me puso la piel al bajar del autobús adornado con el escudo de la hoz y el martillo, y escuchar los cohetes chifladores que festejaban la llegada del candidato, segundos antes de que la banda del pueblo entonara la Marcha de Zacatecas. El país estaba cambiando, abandonaba los años grises del partido único, y se abría lentamente a la izquierda socialista. Yo era parte de ese cambio.

El candidato se echó un discurso improvisado ante la asamblea del pueblo y después emprendimos el camino hacia Cuautla. Martínez Verdugo me pidió dos o tres párrafos acerca de la economía que pretendía el partido y los introdujo en un discurso político general. El mitin, con unas 400 personas, fue en el kiosko del centro y de ahí partió una breve y calurosa marcha hacia no sé donde.

En la ruta hacia Cuernavaca, Arnoldo me pidió que preparara un discurso acerca de religión y socialismo.Su idea era recuperar la extraordinaria experiencia social vivida en la capital morelense cuando don Sergio Méndez Arceo era el arzobispo. El “pueblo rechazado” al que hacía referencia Leñero, con las experiencia de Ivan Illich, Erich Fromm y otros pensadores cristianos progresistas que habían contribuido a un experimento pastoral-social en ese estado.

En la noche, en los jardines del hotel, escribí frenéticamente a máquina. El concepto (claramente tomado de la idea del Compromiso Histórico italiano) era la necesaria unidad del pueblo cristiano y el pueblo socialista en función de sus intereses comunes. Revisé el texto con Arnoldo, quien le hizo un par de precisiones y le agregó algunas ideas que él quería decir.  

Al mitin, en la alameda de Cuernavaca, asistieron unas dos mil personas, según mis cálculos –tal vez optimistas- y tuve la impresión de que no escucharon con atención las palabras de Arnoldo. Habían llegado para aplaudir y apoyar. Sin embargo, la prensa lo recogió con mucho interés. Entendí entonces que los medios eran los principales destinatarios de ese discurso.

miércoles, mayo 02, 2012

Leyendas olímpicas: Alexander Popov


El más grande exponente de la escuela soviética de natación jamás ganó una medalla olímpica para la URSS. Su máximo logro, sin embargo, fue reponerse a una trastada que le jugó el destino, disfrazado de vendedor ambulante de sandías.

Popov fue el discípulo predilecto del famoso entrenador Gennadi Touretski, quien lo convirtió en crolista y con el que desarrolló un estilo de brazada que lo hizo famoso, porque no crea olas. Un nadador explosivo, se hizo del oro en los 50 y en los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Barcelona, 1992, compitiendo para el Equipo Unificado, que aglutinaba a todas la ex repúblicas soviéticas, salvo los países bálticos. En esos juegos también obtuvo dos medallas de plata, en el relevo libre 4 x 100 y en el relevo combinado, en la misma distancia.

En Atlanta 1996, ya compitiendo para Rusia, Popov repitió la hazaña, frente a rivales diferentes. Doblete de oro individual en las distancias cortas por dos olimpiadas consecutivas: algo nunca visto desde los tiempos de Weissmuller, años veinte. Doblete de plata en los relevos.

En agosto del 96, tres semanas después de su triunfo en Atlanta, llegó para Popov su cita dramática con el destino. Salía de una fiesta de cumpleaños con unos amigos en Moscú y uno de ellos se puso a discutir con unos vendedores ambulantes de origen azerí. Estos hieren al amigo y molestan a la muchacha que los acompañaba, una nadadora, Daria "Dasha" Shmeleva. Popov sale en defensa de sus compañeros y un vendedor le clava en el abdomen la navaja con la que cortaba las sandías. La cuchilla rasgó una de sus arterias, rozó el riñón y dañó la pleura, la membrana que protege los pulmones. El multicampeón olímpico pasó 17 días en el hospital y estuvo “grave e inestable” los primeros. Salió pesando siete kilos menos, con 15 centímetros de cicatriz, desde el esternón hasta donde inicia el traje de baño. Su vida no sería la misma.

Meses después, y no sin miedo –según confesó- Popov volvió a las albercas. Sólo pudo entrenar hasta abril del año siguiente. Lo hizo después de hacerse bautizar en la iglesia ortodoxa rusa y después de casarse con Dasha. Dio un nuevo giro a su estilo: “He experimentado con fuerzas muy interesantes en el agua, que desconocía; ahora es diferente la manera en la que el agua pasa por mi cuerpo, la forma en que me deslizo”.
Así, llegó a los campeonatos europeos de Sevilla del 97. Ganó sus dos acostumbrados. En el mundial de Perth 98, se llevó un oro, una plata y un bronce.

Popov estaba de vuelta. Lo demostró en los juegos de Sydney 2000: Se tuvo que conformar con el sexto lugar en los 50 metros libres, pero se colgó la medalla de plata en los 100, la más apreciada de su trayectoria. Los pulmones le dieron todavía para dos oros mundiales en Barcelona 2003. Llegó, a los 33 años, a los juegos de Atenas 2004. Pero no calificó a la final, y entonces anunció su retiro.  

martes, mayo 01, 2012

Pocos y discretos


Mexicanos en GL. Abril 2012

Hace casi una década que no había tan pocos peloteros mexicanos en Grandes Ligas al inicio de la temporada. Las lesiones de Jorge De la Rosa (regresará en junio, tras un año de ausencia) y Joakim Soria (quien tuvo que someterse por segunda vez en su carrera a una cirugía Tommy John y estará fuera toda la temporada) se suman a que Jorge Cantú perdió ante Boby Abreu la batalla por el último puesto en el roster de los Angelinos, Ramiro Peña tampoco hizo el equipo con los Yanquis y no hay ningún debutante nacional.
Además de eso, los nuestros han estado discretos. Unos cuantos destellos, pero todavía no le sacan lustre al diamante. Baste decir que el único que ha estado por encima de las expectativas ha sido el mochiteco Luis Ignacio Ayala, relevista intermedio de los Orioles, para darnos cuenta de la mediocridad del mes.

Aquí, el desempeño del contingente nacional, de acuerdo con lo realizado en la temporada (como siempre, se incluyen los mexico-americanos que estuvieron en el equipo de México en el Clásico Mundial).

Jaime García está lanzando bien. Su engañosa recta le permite despachar rápido a los bateadores (economía de lanzamientos) y espaciar los hits en contra. El zurdo de Reynosa tuvo 5 aperturas con los Cardenales durante el mes; 4 de ellas fueron de calidad. Su marca 2 ganados, 1 perdido, 20 ponches, un muy buen 2.78 carreras limpias admitidas por cada nueve innings lanzados y WHIP de 1.42 (que significa que se le embasan mucho para las pocas carreras que logran anotar).

Adrián González empezó 2012 con menos potencia de la que acostumbra. El mal inicio de los Medias Rojas se debió a su cuerpo de lanzadores, pero el Titán ha aportado menos de lo esperado a la fuerte ofensiva bostoniana. Batea para .271 con apenas dos jonrones, 5 dobletes y 15 impulsadas. Su fildeo, como siempre, elegante y efectivo.

Luis Ayala vive un renacimiento, y se parece cada vez más al que brilló con Expos y Nationals (y que tuvo un buen 2011 con los Yanquis). Ahora con Baltimore, sigue usando con maestría su cambio de velocidad, en el relevo intermedio. Ha lanzado 9 entradas sin permitir carrera, lo que le ha valido para una victoria, un rescate y 2 ventajas sostenidas (holds).

Yovani Gallardo. A estas alturas, ya conocemos al michocano. Tiene tres salidas excelentes por una mala. En el inicio de temporada, las malas han resultado desastrosas. De cinco apariciones, tres han sido de calidad (en dos de ellas, se fue sin decisión por falta de apoyo ofensivo). En las otras dos lanzó, sumándolas, 5.2 entradas, y recibió 14 carreras. Su marca, por el momento 1-2, 6.08 de efectividad y 27 chocolatotes.

Alfredo Aceves quería ser abridor de los Medias Rojas, pero Bobby Valentine dijo otra cosa: que se dedicara a lo que había hecho muy bien, el relevo largo. Sólo que, al iniciar la temporada, se lesionó el cerrador Andrew Bailey y a su sustituto Mark Melancon le pegaban más fácil que al palo que sostiene la pelota en los entrenamientos infantiles. Así que el Patón terminó como cerrador de los patirrojos. Sus actuaciones han sido, la mayor parte de las veces, de montaña rusa, con resultados mixtos. Marca de 0-1, 5 salvamentos, 2 rescates desperdiciados y un horrendo 10.29 de limpias (producto de las dos palizas recibidas).

Marco Estrada inició como relevista intermedio con los Cerveceros de Milwaukee, su buen desempeño lo convirtió en el quinto abridor. De sus dos aperturas, una fue de calidad, pero se fue sin decisión, y perdió la otra: 0-1, 3.71 de limpias y un hold.

Fernando Salas hace rato perdió la plaza de cerrador de los Cardenales de San Luis. Por lo hecho en el año, está lejos de recuperarla: 0-1 y 4.50 de PCL como relevista intermedio.

Luis Mendoza. El lanzador veracruzano se hizo de un lugar en la rotación de los débiles Reales de Kansas City. Ninguna de sus 4 salidas ha sido de calidad (pero sólo admitió una carrera en 5.2 entradas, duelo que perdió). Tiene marca de 1-2 y 6.00 de efectividad.

Rodrigo López. El veterano mexiquense apareció al relevo en cuatro partidos, con los Cachorros de Chicago, antes de ser bajado a AAA. Su marca: 0-1, 5.68 de PCL.

Scott Hairston.  El menor de los Hairston Arellano ha visto acción en aproximadamente la mitad de los partidos, cubriendo los jardines para los Mets. Batea para .244 con 2 cuadrangulares y 7 impulsadas.

Jerry Hairston Jr.  ahora está con los Dodgers. El utility batea para .200, con un robo de base. No ha producido carrera

Rod Barajas  está a punto de perder la titularidad en la receptoría de los Piratas. Batea apenas .143, y no ha remolcado carreras.