miércoles, marzo 09, 2016

Glorias olímpicas: Pyrros Dimas



Grecia, la nación que dio vida a los juegos olímpicos de la antigüedad y cuya capital fue sede de los primeros de la era moderna, no ha podido presumir muchos triunfos olímpicos. En particular, el siglo XX fue avaro con los atletas griegos, que ganaron sólo 4 medallas de oro en los primeros 90 años. Pero en la última década apareció un hombre capaz de darles la gloria y los laureles anhelados. Ese hombre es Pyrros Dimas, El León de Himara.

Himara es un pueblo situado en Albania, pero históricamente habitado por miembros de la minoría griega. Allí nació Pyrros Dimas, durante el gobierno del dictador stalinista Enver Hoxha. Desde muy joven destacó en el levantamiento de pesas; ya a los 18 años, en 1989, era campeón de Albania y ayudó a esa pequeña nación a lograr un tercer lugar en el Campeonato Europeo de Halterofilia.

Pero los tiempos políticos estaban cambiando. En 1991, el sucesor de Hoxha, Ramiz Alia, llevó a cabo una serie de reformas políticas y económicas que transformarían el sistema. Entre esas reformas, permitió la salida del país de los miembros de la comunidad griega: entre ellos estaba el joven Pyrros Dimas, quien adquirió el año siguiente la nacionalidad helena, y compitió en los Juegos de Barcelona, en la categoría de menos de 82.5 kilogramos.

Dymas se llevó la medalla de oro, levantando 370 kilos en total. En su tercer intento de envión, con el que aseguraría el lugar más alto del podio, gritó: “¡Por Grecia!”. Se convirtió en héroe nacional instantáneo: a su regreso fue ovacionado por 100 mil de sus compatriotas en el mítico estadio Panathinaikon.

El halterista griego mostró que su triunfo no era resultado de la casualidad. Fue campeón mundial en 1993 y 1995. Llegó a los juegos de Atlanta como favorito. No defraudó. Rompió el récord mundial al levantar 392.5 kilogramos.

Volvió a ganar campeonatos mundiales y asistió a Sydney, en el año 2000, y conquistó su tercera medalla de oro consecutiva, algo que sólo había hecho antes Naim Suleymanoglu, El Hércules de Bolsillo. Solía ganar con tanta facilidad que mantenía la haltera alzada aún después de la chicharra que daba por bueno el levantamiento, para que los fotógrafos no tuvieran problemas.

Más tarde vinieron las lesiones, y una baja notable de su capacidad. Aún así, el ya veterano pesista se presentó en su patria, en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Allí, levantado por el cariño y las porras de su gente, logró llevarse la medalla de bronce, y convertirse en el único pesista en subir al podio en cuatro olimpiadas consecutivas.

De las pesas pasó a la política, como diputado del Partido Socialista, desde donde pugna por la incorporación a Grecia del Epiro Septentrional, la región de Albania que lo vio nacer.  
  

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