Mexicanos en GL Abril
Dos cañones encendidos, un par de serpentinas intratables y un millonario en apuros son las noticias más relevantes para los beisbolistas mexicanos en el primer mes de la temporada 2009. Adrián González y Jorge Cantú se han dado vuelo con la majagua, Yovani Gallardo ha lanzado joyitas –y vaya que se ha ayudado con el bat-, Joakim Soria ha pitcheado poco, pero con su habitual supereficiencia y Oliver Pérez no ha podido disfrutar a gusto el gran contrato que firmó en pretemporada (suponemos que el gerente de los Mets, Omar Minaya lo ha sufrido todavía más).
Aquí, la primera entrega –abril- del análisis de los mexicanos en Grandes Ligas, en orden de su desempeño individual de toda la temporada. Incluimos, por supuesto, a los peloteros paisanos que jugaron para México en el pasado Clásico Mundial.
Jorge Cantú. Quienes dudaban que el tamaulipeco estaba de regreso en su carrera al estrellato se están comiendo sus dudas. Su bat ha guiado a los Marlines a un prometedor inicio de temporada –que era demoledor, hasta que Cantú se perdió tres días por un pelotazo en la muñeca-. Al fin de abril, Cantú iba en tercer lugar de
Adrián González. El de Tijuana está destrozando la liga con su poder al bat. Termina el mes de abril como líder en cuadrangulares de las Ligas Mayores, con 9 bambinazos, la tercera parte de ellos como local, en el espacioso Petco Park de San Diego. Lleva .333 de promedio 20 producidas y, algo excepcional, un robo de base –el primero de su carrera. Se ha embasado en los 22 partidos en los que ha participado y en 20 de ellos ha conectado imparables.
Yovani Gallardo. Finalmente, la ausencia de lesiones está dejando brillar al michoacano de los Cerveceros de Milwaukee. De cinco salidas en el mes, cuatro fueron de calidad –y una, un pequeño desastre-. No sólo eso, Yovani tuvo su primer juego completo, y dos de sus victorias (4-2 ante San Francisco y 1-0 ante ante Pittsburgh) han sido gracias no sólo a su brazo, sino a su bat. Contra los Gigantes bateó un jonrón de 3 carreras, el primero que un pitcher contrario le pega a Randy Johnson en su larguísima carrera; contra los Piratas, la carrera solitaria fue un cuadrangular suyo: hacía 40 años que no se daba el caso de un juego 1-0 en el que el lanzador ganador pega de jonrón y poncha a más de diez contrario. Su récord en el mes: 3 ganados, 1 perdido, 2.86 de limpias, 34 ponches y un impresionante 0.87 de WHIP (hits y bases por bolas por inning lanzado).
Joakim Soria. El de Monclova sigue siendo una garantía como cerrador de los Reales. Se le presentaron cinco oportunidades de salvamento. Salvó cinco juegos. Su equipo está desarrollando una suerte de “soriadependencia”, al grado que los fans de Kansas llevan la cuenta de los días de inactividad del mexicano (que fueron un poco más de lo normal a fin de mes, por una leve lesión en el hombro). Sus números: 0-0, 5 salvados, 8 ponches y un saludable 1.80 de PCL.
Scott Hairston. El menor de los Hairston Arellano ha estado tan candente con el bat como Cantú y González, sólo que sin el beneficio de jugar todos los días. El jardinero de los Padres bateó en abril para .390, con 3 cuadrangulares, 11 producidas y 2 robos. Lo mejor del caso es que está pegándole a los derechos con igual fe que a los zurdos, lo que podría redundar en convertirlo en el primer bat fijo de San Diego. Con algo más de continuidad, Escotito sería el tercer gran tolete nacional.
Dennys Reyes. A diferencia de lo que se le vio en el Clásico Mundial, el gordito de Higuera de Zaragoza ha estado dominador en la loma de los Cardenales. Ha hecho algo más que trabajar como especialista zurdo, al grado que se llevó el primer salvamento de los pajarracos en el año –no salvaba un juego desde el siglo pasado, en 1999-. Acabó abril con 0-1, 2.57 de limpias y su solitario e histórico rescate.
Rod Barajas. El receptor californiano de los Azulejos es una de las razones por las que el equipo de Toronto está sorprendiendo. Además de manejar bien a su cuerpo de lanzadores (ehem), está bateando con alegría: .299, con 2 cuadrangulares y 10 producidas.
Jorge De
Augie Ojeda. Dos lesiones de Stephen Drew han permitido al angelino jugar una buena parte del mes como titular de las paradas cortas de Arizona. Ha estado consistente en el guante y también al bat, aunque no tiene poder. Batea para .325 con 2 producidas, sin volarse todavía la barda.
Ramiro Peña. La lesión del superestrella Alex Rodríguez le abrió un huequito en el roster de los Yanquis al novato regiomontano, quien ha jugado como utility –a veces por razones defensivas- cubriendo la tercera y el short. Batea para .269, con 2 producidas..
Alfredo Amézaga. Inició la campaña en la lista de lesionados –por aquel tirón en el primer juego del Clásico-; se incorporó a los Marlines a mediados de mes y, por supuesto, su versatilidad le permitió ganarse un lugar para jugar casi diario (lo más reciente, sustituyendo a Hanley Ramírez en las paradas cortas). En el mes batea para .250 con 2 carreras remolcadas.
Jorge Campillo. El tijuanense de los Bravos de Atlanta llevaba 1-0, con 5.40 de carreras limpias, y trabajaba aceptablemente el relevo medio, cuando una tendinitis en el hombrode lanzar lo envió a la lista de lesionados.
Jerry Hairston Jr. Las cosas no le han salido muy bien al mayor de los Hairston Arellano: multifuncional a la defensiva, pero en un largo slump de bateo: .179 con un jonrón y 2 producidas. Se embasa tan poco que no puede explotar su velocidad en los senderos.
Luis Ayala peca, como el año pasado, de inconsistencia. A principio de temporada rapiño una victoria y parecía que se movía hacia el set-up de los Mellizos (lanzar la octava entrada), pero falló varias ocasiones con marcadores apretados. Ahora lo común es que lo usen para proteger ventajas grandes o trapear innings con desventajas importantes. Sus números: 1-1, 5.73 de limpias, 8 ponches.
Walter Silva ha protagonizado una bonita historia. El mazatleco llegó a los Padres a préstamo de los Sultanes y recomendado por los hermanos González Sabín. Debutó, por fin, en Grandes Ligas a los 32 años. Su primera salida fue promisoria; la segunda, no tanto (en realidad porque se lesionó el antebrazo pegando de hit). Está sin decisión, con 6.52 de limpias y en la lista de lesionados.
Edgar González. El más pequeño (de tamaño, pero grande de edad) de los Padres Hermanos ha jugado intermitentemente, apareciendo más como bateador emergente (y a menudo fallando como tal) que como titular. Batea para .160 con un jonrón (por segunda ocasión los hermanos se volaron la barda en el mismo juego) y dos impulsadas.
Oliver Pérez. Tras haber firmado el mejor contrato en la historia de los beisbolistas mexicanos (36 millones de dólares por 3 años), el zurdo sinaloense estuvo con los Mets casi tal mal como con el equipo mexicano en el Clásico. Fue una vez Dr. Jeckyll, y ganó su juego, pero ha sido 3 veces Mr. Hyde, con salidas que estuvieron entre lo horroroso y lo espeluznante. Su abril fue de 1 ganado, 3 perdidos, 18 enemigos ponchados y un estratosférico 9.31 de PCL. Su puesto en la rotación está en peligro (su lugar en el roster parece seguro… con ese sueldo).
Juan Castro. Se colocó con los Dodgers de Los Ángeles y, como de costumbre, tiene poca acción, sobre todo defensiva. En 8 turnos ha pegado 2 hits e impulsado una carrera.
Luis Cruz. Se suponía que se iba a quedar en el roster de los Piratas, pero sólo se tomó la clásica tacita de café. El paracortos fue dos veces al bat y conecto un imparable. Puede presumir que bateó para .500 en el mes.
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