martes, octubre 21, 2008

Miniguía para discursos de XV Años

En promedio, este blog recibe una búsqueda diaria de alguien que está buscando dar un bonito discurso para una fiesta de XV Años, y la página lo refiere a un antiquísimo cuento mío, que resulta de poca ayuda práctica.

El sábado pasado, asistí a una de esas fiestas, y el papá de la quinceañera –que, por lo demás, resultó ser un muy buen anfitrión- se echó un discurso tal, que me inspiró a elaborar esta miniguía.

El señor tomó el micrófono y dijo:

“Yo nada más quiero decirles que estoy muy contento por los quince años de mi hija. Ella es lo que más quiero y más adoro en la vida… Es mi única hija, son tres hermanos, pero ella es lo máximo. La amo, la quiero y la adoro. Y a ustedes también los amo, mis amigos y compañeros… Marco Antonio ¿estás ahí?... Levanta la mano… chin, no está, ha de haber ido al baño je je… Y la verdad estoy muy emocionado… Juan Carlos, ¿dónde está Juan Carlos?... allí en el fondo. Como les decía, yo hago todo por mi hija, la amo, la quiero, la adoro. Estoy tratando de que no se me salgan las lágrimas… La verdad yo tenía preparado un discurso como de 15 páginas (“¡Que lo lea!”, se oyen voces burlonas, a lo mejor de Juan Carlos), pero mejor no. Los quiero mucho, los amo, los adoro. Entonces les pido que brindemos.”

Es, como el lector podrá imaginarlo, el ejemplo de lo que no se debe hacer. Nos servirá de base para esta miniguía.

  1. Inicie con una bienvenida. “Queridos invitados, gracias por venir a esta fiesta”, “Sean todos ustedes bienvenidos a la fiesta de Fulanita”. No importa si ya saludó a todos de mano y si la fiesta lleva un buen rato. Usted es el anfitrión y esa es la manera cotidiana de abrir un discurso.
  2. El tema no es usted, sino su hija, los invitados y el motivo de la fiesta. No nos importa si está contento, emocionado, nervioso o con ganas de ir al baño. Hable de su hija y de sus invitados. En cualquier caso, use la primera persona para pasar al tema importante: “Doy gracias a la vida porque Fulanita celebra sus quince años y porque estamos con ella para celebrarlo, sus familiares, sus amigos y compañeros y los amigos que nos han acompañado a su mamá y a mí durante tantos años”.
  3. Hable de su hija, de la persona que es ella, no de sus proyecciones hacia ella. “Fulanita es una chica muy hermosa, estudiosa, vivaracha, buena bailarina (aquí ponga cualidades reales: no diga que es estudiosa si ha reprobado en la escuela)”. Agregue una frase poética, del tipo “sus ojos iluminan la casa”, “su sonrisa nos llena de felicidad”.
  4. No se refiera a ninguno de los invitados en particular. Está haciendo una distinción innecesaria. Menos aún les pida que levanten la mano. No se le ocurra decir que la festejada es su hija preferida, porque eso crea traumas familiares. No se le ocurra decir “quince primaveras” porque estará mintiendo: si el cumpleaños es en primavera, estamos en la decimasexta; si es otra estación, la niña llegó hace unos meses a las quince primaveras. Tampoco, por lo que más quiera, invoque a los muertos: “Ojalá la estuviera viendo su abuelita, que en paz descanse… yo creo que la está mirando desde el cielo”. Es una fiesta. Por otra parte, deje los sermones para el cura (si fuera el caso). Usted está en el festejo. Por lo tanto, sea breve.
  5. No abochorne a la niña con alguna anécdota de su infancia. Lo más probable es que esté con sus amigos. En cambio, puede hablar, muy brevemente, de sus logros recientes o de sus proyectos. “Ahora está muy emocionada con el campeonato de natación”; “Acaba de aprender a tocar la guitarra, quiere estudiar música y ser roquera”, etcétera… y agregar que su familia la apoyará siempre.
  6. Culmine con un agradecimiento a los invitados por haber asistido y con dos brindis: uno por la quinceañera y su vida que se abre a las riquezas del conocimiento y de los sentimientos; otro, por el placer de haber vivido juntos ese momento.
  7. No diga que tiene 15 páginas escritas, si no las tiene. No escriba 15 páginas. Pero tampoco lo improvise todo. Puede sacar discretamente del bolsillo una tarjetita con el esquema del discurso: -Bienvenida, introducción, descripción de Fulanita, sueños de Fulanita, agradecimiento y brindis. Una frase acompaña cada línea. El discurso no debe durar más de cinco minutos. Si dura menos de tres minutos, pero tiene una frase linda, los invitados –y sobre todo su hija- se lo agradecerán.