lunes, noviembre 05, 2007

Carrera AvilaSport 5Km


Noté que después del viaje a Italia, aunque caminamos muchísimo, mi condición física se resintió. Al menos así lo indicaron los tiempos que hice corriendo en el circuito Gandhi. Tardé un buen en regresar a los niveles de primavera, pero octubre fue un buen mes en términos de kilómetros devorados y de retorno a tiempos decentes -para mi bajo nivel. Incluso, por primera vez, aguanté 8 kilómetros.
Al mismo tiempo, Taide se puso a correr -en caminadora, es ave de gimnasio- y, a las pocas semanas, ya se echaba largas distancias (como calentamiento de lo que en realidad le gusta, que son las pesas). Atribuyo su rápida evolución al hecho de que dejó de fumar hace cuatro meses.
El caso es que la animé y nos inscribimos en una carrera "molera": los 5 kilómetros de AvilaSport. El sábado fuimos a inscribirnos a unas oficinas oscuras y gachas, en Avenida Patriotismo, para la carrera, que sería el domingo. Esta vez el chip iba en los tenis.
El clima estuvo estupendo. Ni frío ni calor. Había sólo unos pocos centenares de corredores.
Habíamos quedado de correr juntos y que al final, se lanzara el que más condición tuviera, que sería Taide. No fue así exactamente. Le aguanté el ritmo a Taide como 600 metros, y luego luego se me despegó. Hice el primer kilómetro en 6.25 y consideré que era un ritmo correcto, pero la verdad le bajé tantito. Me fui persiguiendo a un señor cincuentón, al que rebasé por ahí del kilómetro 3, y entreteniéndome con unos que llevaban camiseta de Seguros Atlas, que sprinteaban, caminaban jadeando mientras yo los rebasaba, volvían a sprintear para frenarse echando el bofe cuando llegaban junto a mí. En el último kilómetro jalo a todo lo que doy, y me doy cuenta de que no es mucho, porque el cincuentón me pasa. Me concentro en ganarle a un señor que tiene camiseta de los Pumas. Tampoco. Checo mi tiempo: 32.24, apenas 4 segundos menos que en la Carrera de la Primavera.
Pasada la meta, me recibe Taide, con su Gatorade en la mano. Pasa un fotógrafo pesetero y posamos. Ella dice que llegó entre paparazzi. Rifan unos relojes para pasar el rato (y gana el cincuentón que me rebasó), dicen que ya están los resultados, vamos a ver y yo digo que me aumentaron un minuto, porque aparezco con 33.23. Taide se había calculado 27 minutos y aparece con 29.10. Es la hora que no salen los datos oficiales en internet. Taide dice que de todos modos logró sus dos objetivos, que eran ganarme y hacerlo en menos de media hora.
Quedé conforme con mi desempeño, pero más que con mi tiempo, con el hecho de que -a diferencia de las dos rutas anteriores- esta vez no llegué semimuerto, no me dolió la cabeza durante el resto del día y a la mañana siguiente amanecí con dolorcitos normales. Eso significa una cosa: mis piernas mejoran, pero mis pulmones de fumador (y eso que ahora uso unos filtros que se quedan con parte de la mierda que antes entraba a mi cuerpo) atentan contra mis tiempos.
En la búsqueda de tiempos y lugares oficiales (vendrá actualización), en el sitio web de la empresa organizadora, me encontré que ya ni el póster estaba en la página, pero -cosas de la red- ví que estaba mi foto entre las de la Carrera de la Primavera. Es a la llegada. Nótese cómo le gano a un chavo... pero como llego al mismo tiempo que una señora mayor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué rico es correr y la satisfacción de llegar a la meta. Los que nos echamos los cinco, por lo menos una vez al año en la Carrera Avon, por lo menos nos sentimos bien por varias cosas. Felicidades por seguir corriendo y escribiendo. ¿Ya vio la publicidad de la carrera Nike? Me gusta y ayer vi una que me dio mucha risa: Te va a doler pero te va a gustar. Hablando, claro, de no poder moverse al otro día de los dolores que dan a los que no entrenamos. Muchos besos y, sí, lo extrañ.
Ziggymoon