El senador Santiago Creel ha lanzado una propuesta para -según él- solucionar el debate sobre la pertinencia de despenalizar el aborto. Facilitemos las reglas para la adopción, dice, y así evitaremos que las madres se deshagan de hijos no deseados mediante la interrupción voluntaria de su embarazo.
Va una modesta proposición al respecto.
Que la legislación sobre el aborto siga como hasta ahora, a condición de que:
1. Todos los hijos no deseados sean adoptados por los militantes y adherentes del PAN.
2. Que aquellos militantes destacados, con puestos de elección popular o con grandes fortunas adopten en proporción a sus cargos y sus ingresos.
3. Que los infantes adoptados sean tratados exactamente igual que los hijos propios. Que los lleven a la misma escuela, hasta la universidad; que igual les revisen la tarea, les hagan fiesta de cumpleaños con pastel, mago y piñata, los lleven a pasear al parque, les compren su Cajita Feliz y les digan que los quieren mucho.
Veamos una traducción en expresión numérica aproximada:
Según los cálculos de la Secretaría de Salud, en el país se realizan cada dos años tantos abortos como militantes y adherentes del PAN: 1 millón 100 mil. Esto quiere decir que, en promedio, cada panista deberá adoptar un niño cada dos años. Sin embargo, para respetar jerarquías, lo ideal sería que cada uno de los 200 mil militantes del PAN adopte un niño al año, y todo adherente (hay 900 mil) lo haga cada tres años. Queda un sobrante de aproximadamente 50 mil angelitos anuales. Estos pueden ser distribuidos entre la militancia destacada, bajo estos criterios:
Presidente Municipal de localidad inferior a 50 mil habitantes: un niño extra al año.
Presidente Municipal de localidad entre 50 mil y 300 mil habitantes: dos niños.
Presidente Municipal de localidad superior a 300 mil habitantes: tres niños.
Diputado local: dos niños extra al año.
Asambleista del DF: tres niños extra.
Diputado federal: cuatro niños.
Senador de la República: cinco niños.
Coordinador de los Senadores (e impulsor original de la medida): 15 niños extra
Secretario de gobierno municipal panista (localidad superior a 300 mil habitantes): dos niños extra.
Secretario de gobierno estatal panista: cuatro niños.
Gobernador: ocho niños.
Jefe de unidad del gobierno federal: un niño extra
Subsecretario: cuatro niños.
Secretario: seis niños (Secretario de Salud: 20 niños extra).
Presidente de la República: 20 niños extra.
Miembro del CEN panista: diez niños.
Presidente del CEN: 20 niños extra.
Diego Fernández de Cevallos (pensando en el tamaño de su patrimonio): 257 niños extra al año.
Sería una propuesta sana para la nación. Sobre todo porque Diego se la pasaría festejando cumpleaños infantiles y no tendría tiempo para sus múltiples tenebras.
Además, al poco tiempo, los panistas serían los principales impulsores de una reforma que derogara la ley absurda y medieval que rige sobre el aborto en México.
Otra ventaja es que Serrano Limón no es miembro del PAN. Ningún pobre niño caería en sus garras.
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