Mexicanos en GL. Mayo
Dicen que octubre es el mes más cruel, para mayo no fue para nada amable con los peloteros mexicanos de Grandes Ligas. Entre bates sin pólvora y oportunidades perdidas, fue una larga tarde gris, en la que hubo –sin embargo- algunos destellos: joyas de pitcheo de parte de dos de nuestros abridores, que presagian un mejor junio, al menos en el rey de los deportes. Aquí, la segunda entrega –mayo- del análisis de los mexicanos en Grandes Ligas, en orden de su desempeño individual de toda la temporada. Oscar Villarreal. Dicen en el futbol que “portero sin suerte no es portero”. Eso también se aplica en el beis: no puede haber relevista sin suerte. Y a Oscar la suerte le ha favorecido, los Bravos de Atlanta parecen especializarse en dar la vuelta a la pizarra mientras él lanza, aunque en mayo no haya tenido el desempeño espectacular de abril y aumentado su porcentaje de carreras limpias a 4.32. Villarreal ya no amenaza con birlarle el puesto de cerrador a Chris Reitsma (aunque tal vez Ray o Remlinger se lo quiten), pero con 7 victorias y 0 derrotas es el máximo ganador de Atlanta y el tercero en el viejo circuito. David Cortés. El de Mexicali no vio mucha acción con los Rockies durante mayo, pero sigue contribuyendo a que el staff de lanzadores de Colorado deshaga el mito del Coors Field. Su record se mantiene en 3-0 y 2.25. Rodrigo López. El inicio de mayo fue la continuación de una pesadilla para el de Tlanepantla, pero al final del mes revirtió la situación con dos victorias seguidas. En una de ellas lanzó una joya de pitcheo, dejando en 2 hits a los Marineros de Seattle. “Era como estar frente al mejor Greg Maddux”, dijo Richie Sexson, todavía desconcertado por las curvas y las rectas a media velocidad que le lanzó el de los Orioles, quien lleva 3 ganados, 7 perdidos y 6.88 en carreras limpias. Oliver Pérez. Si pitcheo es el nombre del juego, “mecánica” es el nombre del pitcheo. Ajustes a la mecánica de lanzamiento llevaron al zurdo de los Piratas a tener cuatro salidas de calidad seguidas. Una victoria y dos magníficos juegos que los relevistas se encargaron de tirar a la basura. Lleva récord de 2-5 y 5.47 en carreras limpias, pero esos números ya no le hacen justicia. Elmer Dessens. Dicen que a la oportunidad la pintan calva. Se le presentó al sonorense, quien era el único pitcher decente de los Reales en la campaña, luego de que Ambriorix (neta, se llama así) Burgos echara a perder tres salvamentos seguidos. Elmer tuvo dos oportunidades y falló clamorosamente: entre las dos sacó 3 outs, le anotaron 7 carreras y se llevó sendas derrotas. Volvió a la zona de trapeo, y volvió a hacerlo bien, al grado de ganar un juego. Lleva 3-5, con 4.67 de limpias. Adrián González. Se mantiene en la titularidad de la primera base en San Diego, pero con problemas crecientes por su falta de contundencia. Batea para .250, con 5 jonrón y 20 producidas. Jorge Cantú. Los Mantarrayas de Tampa Bay –y los aficionados mexicanos- esperan con ansias que el de Reynosa regrese al line-up, tras rehabilitarse de una fractura en el pie. Lleva .291, un cuadrangular y 11 impulsadas, y en junio regresará al diamante. Vinicio Castilla. Con problemas en el codo y en la caja de bateo, Vinny bateó por debajo de los .200 durante mayo, bajando su promedio a .216 con un solo jonrón y 17 producidas. A ver si el calor que se avecina le sienta bien al oaxaqueño. Juan Castro. Con discreción, se ha mantenido en el line-up inicial de los Mellizos. Su bateo, como de costumbre, es débil, lo que compensa a la defensiva. Lleva .238 de promedio, un jonroncito, 13 producidas y un robo. Miguel Ojeda. Su mal desempeño al bat ha provocado que el de Guaymas vuelva a tener que compartir con Danny Ardoin la receptoría de los Rockies. Su promedio en mayo fue un mísero .172, con lo que bajó a .230 con dos cuadrangulares y 11 impulsadas. Alfredo Amézaga. Ha logrado jugar en siete de las ocho posiciones de campo con los Marlines de Florida, a ver si un día lo ponen a imitar a Bert Campaneris, quien jugó las 9 en un juego. El utility de Obregón lleva .255 con dos remolcadas y tres robos. Jorge de la Rosa. La inconsistencia sigue haciendo mella en el regiomontano de los Cerveceros, quien ahora está siendo utilizado, preferentemente, en juegos ya decididos. A fin de mes, lo pusieron como quinto abridor en un juego en el que el manager no le echó ganas. Lleva 2 ganados y un perdidos, con un alto 8.31 en carreras limpias. Dennis Reyes. Ha lanzado pocas entradas, y en juegos no comprometidos, pero lo ha hecho bien. No lleva decisión, pero un agradable 1.49 en PCL. Es hora de que los Mellizos le den más chance. Esteban Loaiza. El tijuanense ha hecho ya salidas de rehabilitación en las sucursales de Oakland. Ojalá a su regreso mejore notablemente del 0-3, con 8.35 de carreras limpias con el que comenzó, horrendamente, la temporada. Humberto Cota. El manejo de pitchers le permitió a Cota desplazar al toletero Ryan Doumit en abril, pero en mayo, mientras a Doumit lo mandan al jardín, el dominicano Ronny Paulino ha suplido a Cota, quien no se cansa de perder oportunidades. La razón es sencilla: dejó de controlar tan bien a los lanzadores y su bat se hizo de spaghetti: bateó para .125 en mayo: en la campaña su porcentaje es .222, con las mismas 3 impulsadas de hace un mes. Oscar Robles. Los malvados Dodgers tienen como yo-yo al utility, quien se la pasa viajando entre el equipo grande y las sucursales de ligas menores. En la ofensiva, su éxito no ha estado en el bat, sino en su paciencia para agenciarse bases por bolas. Por eso lleva más carreras anotadas que hits. Ricardo Rincón. Terminó una temporada de olvido para el relevista veracruzano, operado del manguito rotador (y eso vaya que ha de doler). Sólo lanzó 3 innings y un tercio, y le anotaron cuatro carreras limpias.
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