domingo, septiembre 20, 2020

Mis villanos (fílmicos) favoritos

 Los villanos son indispensables en el cine, y también son abundantes. Si uno ha visto mil filmes, ha conocido a más de mil villanos. Pero hay unos inolvidables, casi siempre porque son particularmente odiosos. Aquí una lista de los que considero los mejores, por razones varias. Son mis villanos fílmicos favoritos.

Harry Powell, The Night of the Hunter (1955)


Harry Powell, interpretado por Robert Mitchum, es el villano más completo que me ha tocado ver. Es un asesino despiadado, que se ceba en las personas débiles. Es un misógino y abusador de niños. Pero además es un falsario, que utiliza la moral y la hipocresía para dar otra imagen de sí. Si tiene un Dios, es el dios de los cínicos. A diferencia de otros, que utilizan las normas morales para hacer el mal (como la enfermera Ratchet, en One Flew Over the Cuckoo's Nest (1975) o que son completamente amorales, como Anton Chigurh, de No Country for Old Men (2007), el Reverendo Harry Powell sí conoce la diferencia entre el bien y el mal. Y elige el mal. Y durante toda la película el espectador no hace más que odiarlo.

Coronel Hans Landa, Inglorious Basterds (2009)


Hans Landa, genialmente interpretado por Christopher Waltz, es el caso más acabado del villano que amas odiar. Astuto, cultivado, cínico, provisto de un fino sadismo, arrogante, pero sobre todo ambicioso y oportunista. Es el político que es cortés porque está esperando el momento para atrapar su presa, el militar capaz de matar a sangre fría. El hombre que no tiene más lealtad que con sus intereses. Y todo lo hace con una vena sarcástica que termina por crear un personaje inolvidable.

Phyllis Dietrichson, Double Indemnity (1944)


En este film, uno de los más logrados del género del film-noir, Barbara Stanwyck es el epítome de la femme fatale. Una mujer fría y manipuladora, que utiliza el arte de la seducción para sus propios fines, y que no se toca el corazón para matar, traicionar y deshacer a todo el que se ponga en su camino. La película tiene la ventaja de que, desde el principio uno sabe quienes son los asesinos, y eso permite ir estudiando el terrible personaje.

El Jaibo, Los Olvidados (1950) 

Hay distintas maneras con las que se responde a la marginación. El Jaibo, en la interpretación legendaria de Roberto Cobo, responde con violencia, traición y una dosis de sadismo, que se ensaña en los más débiles. Es un auténtico hijo de la chingada, aunque en el fondo sea débil, él también.

Hans Beckert, M (1931)


Hay distintos tipos de sicópatas en el cine, todos terribles. Pero hay unos que están tan pirados que no s dan cuenta. como Jack Torrance, en The Shining (1980) o que entienden su condición con cinismo, como el excelente Guasón en The Dark Night (2008), pero Hans Beckert, en la interpretación de Peter Lorre, la sufre. Es algo que puede más que él, un monstruo interno. Eso lo hace humano y, al mismo tiempo, doblemente horroroso.


Julie Roussel/Marion Vergano, La sirène du Missisipi (1969)


El personaje que interpreta Catherine Denueve en esta joyita de Truffaut es un caso de femme fatale que se comporta como el alacrán de la fábula. Ya hizo daño, mucho. Y aún cuando no tiene caso y está acorralada, lo sigue haciendo. El filme también es un estudio de la dependencia: para un buen sádico se requiere un masoquista. Un personaje similar, pero más lineal y que tiene un final horrendo, es el de Leila Hyams en Freaks (1932).

Zé Pequenho, Cidade de Deus (2002)


Zé Pequenho, interpretado por Douglas Silva y Leandro Firmino es una suerte de Jaibo recargado, en un contexto donde el narcomenudeo multiplica la violencia. Pero Zé Pequenho tiene un pie metido en la psicosis: desde niño encontró placer al matar. Era yerba mala (y otra vez hay una película que muestra que la marginalidad no marca caminos únicos). 

Terminator, The Terminator (1984)


Si hay un malvado de trágico destino, ese es Terminator, el original. No importa que sea un robot. Terminator es ese obstáculo que parece irremontable al que se enfrentan tantos buenos en las películas. Pero el guión tiene tantas vueltas de tuerca -algunas se resuelven en la segunda película- que al final resulta que toda la terquedad y la violencia de Terminator, a quien los espectadores quieren ver destruido, tenían una sola finalidad: su derrota. Fue enviado a perecer por sus jefes robóticos porque de su brazo cercenado nacerá la estirpe que dominará al mundo (y en un buen juego de espejos, Kyle Reese es enviado también a morir, pero a engendrar a John Connor, el líder de los humanos rebeldes). Al estar marcado por la tragedia, sin saberlo, me parece que el androide personificado por Arnold Swartzenegger es mucho mejor villano robótico que HAL 900, el de 2001, Odisea Espacial (1969).

Brick Top, Snatch (2000)


Por una parte, Brick Top, actuado por Alan Ford es de los pequeños jefes del crimen organizado más creíbles; por la otra, es cruel, tramposo, mal hablado, iracundo y no exento de torpezas. Eso lo hace un villano particularmente aborrecible. No importa que sea un personaje menor. Esa misma película tiene otro malo difícil de olvidar: Boris The Blade, que es prácticamente inmorible.

Cruella De Vil, One Hundred and One Dalmatians (1961)


Termino, por ahora, con una villana de caricatura. Está en la lista por mala, por fea, y porque es de muy mal gusto usar pieles de perritos dizque para implantar una moda. De niño odié a esa cacatúa.



 


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