martes, abril 04, 2006

La Decisión de Lavolpe, un minicuento


Son las 22:30, hora del centro de México. Todo listo para la conferencia de prensa que el país, en vilo, espera. Las televisoras interrumpen sus programas más exitosos para transmitir el gran evento: el anuncio de los 23 elegidos para ir a Alemania.

En el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol entra una llamada al celular de Ricardo Lavolpe. Se escucha una voz de mujer:

-Oshe viejito, ¿de verdad no tenés un huequito para el Chiquis?

-Pero pebeta, ¿qué querés? Me vas a poner en un predicamento.

-Mirá viejo lindo, tus nietecitos están muy entusiasmados porque su papito va a ser mundialista. No los querés hacer shorar ¿verdad?

-¡Pero si son unos bebes!

-Unos bebes que quieren ver a su papá en Alemania.

-¡Sha no me empelotes! Veré qué puedo hacer.

Mientras los reporteros deportivos hacían tiempo y las televisoras perdían dinero, Lavolpe entra en retardo, con cara de pocos amigos, a la conferencia de prensa. Su cabeza da vueltas. Ama de verdad a su hija, la más pequeña. No quiere contrariarla. Súbitamente, llama a Jorge Campos para reunirse tras bambalinas.

-Oshe Campos, ¿qué te parecé si en vez de 23 convocamos a 26?

-Pero brodi, tu habiaj dicho que veintitré y ya tenemos la lijta.

-Sí, pero he pensado un poco más, y debemos aumentar. Mirá, inclushamos a Huiqui, al Cabrito... y al Chiquis. Luego los cortamos... o a otro, si se lesiona o anda bajo de juego, o si Sinha no se recupera.

-Ay brodi, ejto a Cuautemo no le va a gustar.

Fin de la plática. Regreso de ambos a la sala de prensa. Inicio de las especulaciones.

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