Mexicanos en GL.
2013
Terminó la temporada regular en Grandes Ligas, y se pueden sacar dos conclusiones.
La primera es que, si hay una constante entre los peloteros mexicanos, es que
Adrián González entregará buenos números. La otra es que, si los mexicanos no
fueran tan aguantadores e insistieran en seguir jugando cuando están
lesionados, mejor gallo les cantaría.
Aquí, el desempeño del contingente nacional, de acuerdo con lo realizado en la
temporada (como siempre, se incluyen los mexico-americanos que estuvieron en el
equipo de México en el Clásico Mundial).
Adrián González es sinónimo de consistencia. No es el jonronero de
largos vuelos tras su lesión en la espalda de hace dos años (el Titán explica que cambió su swing y
ahora son más comunes los batazos de línea), pero sigue bateando bien, fuerte y
oportuno, además de contar con un guante privilegiado. En el año bateó para
.295, con 22 jonrones y 100 carreras impulsadas. Es el sexto año que produce
100 o más carreras (una vez se quedó en 99), y es el primer mexicano en lograr
esos números en ligas mayores. Veremos su desempeño con los Dodgers en la
postemporada.
Sergio Romo fue de lo mejor
que tuvieron los Gigantes en un año de vacas flacas. Tuvo un septiembre malón,
que no ocupa lo realizado a lo largo del año. El cerrador californiano tuvo
marca de 5 ganados y 8 perdidos, con un muy respetable 2.54 de carreras limpias
(recibidas por cada nueve entradas lanzadas) y, sobre todo, hay que anotarle
sus 38 salvamentos (en 43 oportunidades).
Jorge De la Rosa tuvo en 2013 uno
de sus mejores años. El zurdo de los Rockies tuvo 25 salidas, 14 de ellas de
calidad (lanzó al menos 6 entradas y recibió 3 carreras limpias o menos), que
hubieran sido más si el regiomontano fuera más resistente. Su recurrente
problema en el pulgar, que tiende a ampollársele le costó algunas aperturas,
que lo hubieran acercado a obtener la cifra mágica de 20 victorias. Terminó el
año con 16 ganados, 6 perdidos, 3.49 de PCL y 112 ponches.
Miguel González, a diferencia
de sus compañeros de los Brewers, el Mariachi
de los Orioles comenzó bien la temporada, pero luego tuvo un bajón inexplicable…
hasta que aparecieron una lesión y su respectivo descanso. Otra vez, su regreso
equivalió a un repunte, muy claro en septiembre. De sus 28 aperturas, 19 fueron
de calidad. Terminó 2013 con marca de 11-8, 3.78 de PCL y 120 chocolates.
Yovani Gallardo empezó mal el
año, combinando una buena salida con una muy mala. El michoacano de los
Cerveceros de Milwaukee en realidad tenía un problema en el tendón de la corva,
que estaba afectando su mecánica de pitcheo. Hasta julio, la lesión lo mandó a
descansar unos días y, de regreso y recuperado, estuvo intratable. Tuvo 31
aperturas; 17 de ellas de calidad (7 de 8, tras su regreso de la lista de
lesionados), y terminó la campaña con marca de 12-10, 4.16 de PCL y 144 ponches
(por primera vez en un lustro no alcanzó los 200). Empató a Rodrigo López en el
quinto lugar de pitchers mexicanos más ganadores en Grandes Ligas.
Marco Estrada, al igual que
Yovani, tuvo un mal comienzo en 2013. Su lesión lo obligó a estar más tiempo en
la lista de lesionados y, a su regreso, mostró el por qué está considerado como
uno de los máximos prospectos de los Cerveceros. Antes de que se notara su lesión tenía marca
de 4-4, con efectividad de 5.32; tras la rehabilitación, 3-0 y un minúsculo
2.15. En el año: 7-4, 3.87 de limpias y 118 ponches. 12 de sus 21 salidas
fueron de calidad.
Jaime García fue capaz de
lanzar y dominar bateadores con su hombro desgarrado. Eso lo obligó a operarse
antes de media temporada. El tamaulipeco de los Cardenales quedó con marca de
5-2, 3.58 de limpias y 43 ponchados.
Óliver Pérez no tuvo un año tan bueno como el anterior,
pero fungió más que decentemente como especialista zurdo en el relevo de los
Marineros de Seattle, En la campaña, 3-3, 3.74 de PCL, 2 rescates, 8 holds (entró en situación de salvamento
y dejó el juego ganado) y 74 ponches.
Joakim Soria regresó a
Grandes Ligas tras más de un año, debido a la segunda operación Tommy John a la
que ha sido sometido. Con los Rangers de Texas fue discreto, aunque ganó el
partido que los mandó a los playoffs. El de Monclova pasó 2013 con récord de
1-0, 3.80 de limpias y 6 holds.
Luis Ayala fue, junto con
César Ramos, el único pitcher mexicano que estuvo activo todo el año y nunca
visitó la lista de lesionados. Comenzó con los Orioles y pronto fue transferido
a los Bravos de Atlanta. El relevista mochiteco tuvo marca del año de 2-1, 3.21 de efectividad y 10 holds, con 24 ponches.
Cèsar Ramos, relevo intermedio
de las Rayas de Tampa Bay, fue jornalero todo el año. El angelino terminó
temporada regular con 2-2, 4.14 de PCL,
un salvado, un hold y 53 sopitas de
pichón.
Fernando Salas estuvo a ratos
en las menores, pero casi siempre en el bullpen de los Cardenales de San Luis. Su
marca del año, 0-3, con 4.50 de
efectividad, un hold y 23 ponches.
Alfredo Aceves fungió como relevo largo (más bien malito) y como
quinto abridor (bastante bien) de los Medias Rojas de Boston, hasta que el Patón y los patirrojos se hartaron
mutuamente, con la consecuencia de que el sonorense fue descendido a las
menores, por indisciplinado. Sus números en 2013: 4-1, 4.86 de efectividad y 24
ponches.
Scott Hairston jugó en los
jardines con Cachorros y Nacionales, sin lograr la titularidad. Buen poder, con
10 jonrones y 26 productivas, pero muy bajo porcentaje de bateo: .191
Ramiro Peña estaba en el sueño de
una buena temporada como titular de los Bravos, pero una lesión truncó el
sueño. El utility regiomontano terminó el año con .278, 3 jonrones y 12
producidas.
Jerry Hairston Jr. fue
ajonjolí de todos los moles con los
Dodgers; el veterano utility bateó para .211, 2 vuelacercas y 22 impulsadas.
Sigue siendo buen fildeador, pero sin el rango de antes.
Luis Mendoza empezó lanzando
de manera decente (era el quinto abridor de Kansas) pero con poco apoyo
ofensivo de sus compañeros, fue
decayendo y acabó trapeando innings (es decir, relevos largos en juegos ya
decididos por paliza). En el año: 2-6 y 5.36, con 64 ponches recetados. 8 de
sus 15 aperturas fueron de calidad.
Luis Cruz tuvo en 2013 un annus terribilis. Empezó como titular de los Dodgers y, a pesar de
la confianza del manager y de las lesiones de otros infielders, terminó
perdiendo la titularidad, primero, y el lugar en el róster después. Lo
contrataron los desesperados Yanquis… y a los pocos días el Cochito se lesionó. Sus tristes números :
.145 de porcentaje, un jonrón, 11 remolcadas y un robo.
Édgar González no pudo siquiera
mantenerse en el equipo más flojo de las mayores. Un ratito de abridor, otro de
relevista y una marca con los Astros de 0-1 y 7.50 de carreras limpias.
1 comentario:
Como soy deportista me gusta mucho tanto jugar como ver otros torneos. Por eso me gusta mucho cuando veo notas y biografias de diversos jugadores. Ojala que luego de conseguir mis Vuelos a Mexico pueda tener entradas para algun partido
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