martes, mayo 14, 2024

Leyendas olímpicas: El Dream Team


Cuando se incorporó el basquetbol a los Juegos Olímpicos, en Berlín 1936, la preocupación de todos los equipos era evitar enfrentarse a Estados Unidos en alguna ronda preliminar, porque era eliminación segura. Peleaban por la plata. El dominio del equipo de las barras y las estrellas fue abrumador, a pesar de que jugaba con baloncestistas universitarios, hasta la polémica final de Munich 1972 ("los tres segundos más largos"). Poco a poco, el resto del mundo parecía estar alcanzando a Estados Unidos, y prueba de ello es que perdió la semifinal en Seúl 1988. Para los Juegos siguientes, la cosa parecía todavía más color de hormiga para los inventores del basquet, porque Yugoslavia traía un equipo imponente, con Drazen Petrovic, Toni Kukoc y Vlade Divac, entre otros, que se coronó campeón mundial en 1990.

Entonces vino un gran cambio, con un acuerdo. La NBA decidió que sus jugadores sí podían participar en los Juegos Olímpicos, y el COI decidió exactamente lo mismo. Todo ello coincidió en un momento en el que varios de los mejores basquetbolistas de la historia -unos jóvenes, otros veteranos- jugaban en la NBA. Era la ocasión propicia para armar la mejor combinación posible de jugadores en muchas décadas, un equipo de ensueño: el Dream Team.

Los miembros de esa escuadra eran, casi todos, superestrellas: los veteranos Magic Johnson y Larry Bird, y varios que estaban en su momento máximo: Michael Jordan, Scottie Pippen, Karl Malone, Charles Barkley, Patrick Ewing. Otras estrellas fueron John Stockton, Chris Mullin, David Robinson y Clyde Drexler. El último jugador fue un colegial: Christian Laettner.

El equipo se acopló en poco tiempo, jugó como maquinita y aplastó a todos sus rivales en el Torneo de las Américas, calificatorio para Barcelona 92. Mientras tanto, el equipo yugoslavo se pulverizaba en medio de la guerra civil: Croacia y Eslovenia pudieron asistir a los Olímpicos, pero no el resto de las naciones que formaban la federación yugoslava. No con bandera. No como equipo. Lo del Dream Team iba a ser un paseo espectacular.

En la sede olímpica la excitación por ver esa pléyade de basquetbolistas era tal que los periodistas acreditados podíamos entrar a cualquier evento deportivo... menos al basquet cuando jugara el equipo estadunidense. Para eso se requerían permisos especiales. O comprar en reventa un boleto.

El primer partido olímpico, contra Angola, aunque fue una paliza, resultó ser el que menos ayudó a la imagen del equipo. Acostumbrados a jugar con todo, no se medían: hubo un tramendo codazo de Charles Barkley contra un jugador de Angola. Se empezó a criticar al equipo por su poco espíritu olímpico.

A partir del siguiente enfrentamiento, los jugadores estadunidenses fueron más cuidadosos en su juego y en sus declaraciones. Pasaron por encima de todos sus rivales. anotaron más de 100 puntos en cada juego y ganaron con una abrumadora diferencia promedio de 43.8 puntos por partido. A la postre, Barkley sería el jugador más efectivo del equipo. La final fue contra Croacia, donde los miembros del Dream Team se encargaron de secar a Tony Kukoc, luego de que los croatas habían logrado ponerse arriba efímeramente. Estados Unidos ganó 103-70. Fue el partido más cerrado.

El campeonato legendario del Dream Team ayudó a promocionar el basquetbol. Los baloncestistas universitarios ya no serían los representantes de EU en los Juegos Olímpicos. Hubo un tiempo en que los estadunidenses creyeron que bastaba con presentar un equipo de buenos jugadores o de estrellas de la NBA para quedarse con el oro, pero la dura realidad les ha mostrado dos cosas: que el basquetbol ha crecido mucho en el resto del mundo y que el Dream Team es irrepetible.

 

  

miércoles, mayo 01, 2024

Un abril de cimas y abismos

 


Mexicanos en Grandes Ligas. Abril.

Es difícil imaginar que, en un grupo variado de deportistas, todos jueguen bien o todos lo hagan mal. Más difícil todavía en el beisbol, donde son comunes las rachas. Pero los peloteros mexicanos en este principio de temporada se han ido a los extremos. Entre los jugadores de posición, hay dos que han destacado, uno está en sus niveles acostumbrados y hay otros que hacen parecer a Mario Mendoza -el de la famosa Línea- como un slugger. Del lado de los pitchers, la proporción cambia, pero es significativo que quien no recibió menos de 3 carreras limpias por 9 innings lanzados en el mes, recibió 6 o más. Nada en medio. ¿Se normalizarán las estadísticas a lo largo del año o seguiremos viendo estos contrastes? Sólo el tiempo lo dirá.

Aquí, ordenada como de costumbre por su desempeño a lo largo de la campaña, la actuacion del contingente nacional:

Isaac Paredes. El de Hermosillo está cerca de la cima, le está pegando con furia a Doña Blanca, enviándola a menudo por encima de la barda por la esquina del jardín izquierdo (y una vez, cosa rara, por el jardín central). Y tiene más contacto en general que el año pasado. Con el guante ha estado bien y es el mejor jugador de Tampa Bay en el mes. Sus números: .291 de porcentaje, 7 jonrones, 17 producidas y un OPS de .867. Va a ritmo de superar los 40 palos de vuelta entera y las 100 empujadas. A ver si lo consigue.

Javier Assad. El joven lanzador tijuanense, de variado repertorio, es una de las razones -la otra es Shota Imanaga- por la que los Cachorros de Chicago iniciaron mayo en el primer lugar de su división. En ninguna de sus 6 aperturas le han hecho más de dos carreras. Su único pero es que no ha pasado de la sexta entrada. Lleva marca de 2 ganados, 0 perdidos, una magnífica efectividad de 1.97, 27 ponches y un promedio de bateo en contra de apenas .205.

Jarren Durán. El veloz jardinero de los Medias Rojas empezó candente, se enfrió un poco y de nuevo tomó ritmo. Batea para .269, un jonrón, 14 producidas, 18 anotadas y, cosa importante, 9 bases robadas. Su OPS , que es hoy la estadística de bateo más representativa, es de .717.

Andrés Muñoz. El tirafuegos mochiteco, cerrador de los Marineros de Seattle, ha tenido un par de parpadeos, pero en general tuvo un buen mes de abril. Cuando viene controlado es imposible hacerle daño. Tiene marca de 1-2, con 5 partidos salvados, 3 holds, 16 ponches, 2.25 de efectividad y los rivales le batean para .190. Su mayor problema ha sido el control.

JoJo Romero, en el relevo intermedio de los Cardenales, ha estado casi intratable. Prueba de ello es que solo ha admitido 1.72 carreras limpias por cada 9 innings lanzados, que se le embasa menos de un bateador por entrada y que lleva 10 holds. Ha pasado a 16 por los strikes.

Alex Verdugo. Ahora desbarbado y enfundado en la franela de los Yankees, Dugie ha cumplido tanto a la defensiva como con la majagua. Sus números hablan de consistencia: .267, con 4 cuadrangulares y 13 impulsadas. Recibe más bases por bolas que ponches. Su OPS, de .806 es el segundo mejor entre lis titulares de los Yankees. Además, tiene una base robada.

Brennan Bernardino. A pesar de una gran pretemporada, no estuvo en el róster inicial de Medias Rojas. A mediados de mes lo llamaron, y ha estado magnífico. Tiene 0.79 de PCL, un hold y 11 ponches en orras tantas entradas lanzadas. Su marca, de 0-1… la única carrera     ue le han metido.

Víctor Gonzalez. El nayarita, ahora con los Yankees, hay dado muchas de cal y pocas de arena, obligando a los bateadores al contacto débil. Lleva 1 ganado y 1 perdido, dos salvamentos (uno, con una enorme jugada defensiva suya), así como un hold y sólo 4 ponches. Su efectividad, 2.61.

Daniel Duarte lo estaba haciendo muy bien en el relevo intermedio de los Mellizos de Minnesota, pero vino un lesión en el codo y, aunque no fue de cirugía Tommy John, le dijo adiós a la temporada.

(Aquí tendríamos que poner un abismo)

Randy Arozarena ha tenido el peor inicio de temporada en su carrera ligamayorista. Hundido en un profundo y preocupante slump, después de un inicio aceptable, es una de las razones por las que Tampa no ha levantado como se esperaba, Batea para .143, con 3 jonrones, 9 producidas y 4 robos. Si eso parece pobre, en la segunda mitad del mes bateó para .106. Su OPS, de .455, es de los peores entre los titulares indiscutibles.

Giovanny Gallegos ha estado la mar de inconsistente, En algunas ocasiones, el sonorense ha sido el pitcher dominante que conocemos, pero en al menos tres de ellas, lo han tundido literalmente a palos. Le ha alcanzado para rapiñar dos victorias y un salvamento, además de apuntarse dos holds, pero su PCL ha sido una montaña rusa. Un impresentable 9.00. Sigue ponchando bastante, a 13, pero está lejos de competir por el puesto de cerrador de lis Cardenales.

Joey Meneses. ¿Quién iba a decir que, a estas alturas de la campaña, Cabajoey iba a tener más bases robadas que cuadrangulares? Con la pólvora mojada, batea para .227, con 13 producidas, OPS de .536 y no se ha volado la barda. ¿Cómo le hizo para robarse una base? Misterios insondables del beisbol.

Luis Urías, ahora con Seattle, juega en la parte flaca del platoon (sólo contra pitchers zurdos). Bien a la defensiva, ha apostado por el poder por encima del contacto. El resultado es un lastimoso .161 de promedio de bateo, pero en OPS no se ve tan mal: .687., porque todos sus hits han sido se extrabase. Se ponche un montón, 35% de las veces que se para en la caja de bateo, Lleva 2 cuadrangulares y 7 producidas.

Manuel Rodríguez. Buena pretemporada, pero lo llamaron al equipo grande de Tampa Bay en la última semana de abril, Una buena participación y otra mala. El yucateco trae 7.71 de PCL. No puede sino mejorar.

Rowdy Téllez. Aunque a él,  con los Piratas, le toca la oarte gorda del platoon (batea contra lanzadores derechos), tiene números tan malos como los de Luis Urías. .205 de porcentaje, .552 de OPS y el mismo jonrón con 7 producidas, sólo que con el triple de veces al bat.

Alejandro Kirk. Si bien ha estado excelente a la defensiva, su flojo bateo le ha hecho perder la titularidad en la receptoría de los Azulejos, .196 de porcentaje, un solo jonrón, 11 empujadas al plato y .536 de OPS no alcanzan, por muy buen machete que se tenga. 

Taijuan Walker. Estuvo lesionado casi todo el mes. Abrió un juego, lo hizo mal, pero -como el ao pasado-la ofensiva de sus Filis lo ayudó e incluso se llevó la victoria. El PCL dice que debería haber sucedido otra cosa: 8.63.

Ramón Urias vive una situación parecida a la del legendario Mario Mendoza. Guantes de seda, enorme fielder, pero su bat le impide llegar muy lejos, Lo banquearon u un tiempo, por la llegada del novato sensación Jackson Holliday…  quien acabó bateando todavía menos. Debe aprovechar que regresaron al chamaco a las Menores. Los números de Ramón: .174, un vuelacercas y 3 producidas, OPS en .434

Alek Thomas. Inició como titular en el jardín de Arizona, pero se lesionó pronto. .214, un jonrón, 4 empujadas.

Austin Barnes, en la suplencia de catcher de los Dodgers, una carrera impulsada, .238 de porcentaje, poco tiempo de juego.

Patrick Sandoval ha sido uno de los peores abridores de la joven campaña. 7 salidas, 1 juego ganado y 5 perdidos, se le embasan casi dos rivales por entrada, nunca se ha visto firme. El primero de mayo mejoró su efectividad (es un decir) a 5.91, ha ponchado a 38.

Alan Trejo. Poquita acción como torpedero suplente de los infumables Rockies, con el bat ha dado sólo dos hitcitos. Su porcentaje es de .091. Con eso se dice todo.