jueves, septiembre 29, 2011
El blues del Titán
Mexicanos en GL. 2011
La temporada regular 2011 de Grandes Ligas terminó con un día histórico. Cinco horas en las que las suertes de los equipos se fueron trocando y, como en un guión hollywoodesco, todo cambió cuando faltaba un strike para terminar los juegos. El increíble tobogán de los Medias Rojas le repitió a Adrián González la broma del año pasado: quedar afuera de la postemporada en el últimísimo momento. Son los blues septembrinos que fustigan al Titán.
Por lo demás, 2011 fue el año en el que Adrián se consolidó como superestrella del beisbol. El año en que Yovani Gallardo dio el salto en pos del estrellato, el de la consolidación de Jaime García como lanzador de primera línea, el que demostró que Alfredo Aceves es un caballo de hierro y Joakim Soria es humano, el de la enésima resurrección del inmorible Rodrigo López, el del extraño retorno de Luis Mendoza, el primer año del siglo en el que ningún mexicano debutó en las Mayores, el año que no extrañamos a Oliver Pérez (y tal vez por eso, los pitchers mexicanos tuvieron marca ampliamente ganadora).
Aquí, el desempeño del contingente nacional, de acuerdo con lo realizado en la temporada.
Adrián González fue uno de los jugadores más consistentes del fuerte line-up de Boston. Durante buena parte del año lideró las Mayores en porcentaje de bateo, sólo para perder ese liderato ante Miguel Cabrera faltando tres días para el final. Quedó en segundo lugar, con .338, fue tercero en carreras producidas, con 117 y tercero en OPS (porcentaje de embasamiento más slugging, que mide la capacidad ofensiva total de un jugador). Fue líder de todas las GL con 213 hits (rompiendo, por cierto, el record para mexicano que había implantado Vinicio Castilla en 1998). En lo único que quedó por debajo de lo esperado fue en la producción de cuadrangulares. El Titán disparó 27, cuando se creía que superaría los 40 (se adujeron primero, molestias en el hombro y, más tarde, en el codo). Su fildeo, como siempre, de excepción. En septiembre bateó para .318: él seguía empujando mientras su equipo se desinflaba.
Yovani Gallardo confirma todo lo bueno que se dijo de él cuando apareció en el firmamento de Grandes Ligas. Sigue siendo ligeramente inconsistente, pero normalmente es muy dominador. Prueba de ello es que alcanzó, por tercer año consecutivo, la marca de 200 ponches. Es el primer lanzador de los Brewers que lo hace (el de Michoacán estaba empatado con otro mexicano, el histórico Teodoro Higuera). Y prueba de que terminó con el brazo afilado, es que fue designado para abrir la postemporada por Milwaukee. En la temporada regular, 33 aperturas (23 de ellas, de calidad: es decir, lanzó al menos 6 entradas y permitió 3 o menos carreras limpias), para una marca de 17-10, con 3.52 carreras limpias permitidas por 9 entradas lanzadas y 207 ponchados.
Alfredo Aceves fue otra de las figuras de los Medias Rojas que no se deshizo durante las últimas semanas. Las buenas actuaciones del relevista largo de San Luis Río Colorado hicieron que se convirtiera en clamor su paso a la rotación de abridores. El manager Terry Francona dijo otra cosa y quién sabe si estará de vuelta en 2012. El Patón ganó uno de los partidos clave y tuvo un hold en el definitivo, que perdió el cerrador Papelbon. Aceves terminó la campaña con 10-2, 2 salvamento, 3 desperdicios, 11 ventajas sostenidas, efectividad de 2.61 y 80 enemigos ponchados. La oposición le bateó para .204. Sólo al seguro ganador del Cy Young, Justin Verlander, le batearon menos.
Fernando Salas fue la buena sorpresa entre los peloteros mexicanos. Ganó la posición de cerrador de los Cardenales de San Luis y, en general, tuvo una muy buena campaña. Lamentablemente, perdió el puesto de taponero en el mes de septiembre, tras un par de malas actuaciones. En el año: 5-6, 2.28 de limpias, 24 salvados, 7 desperdicios, 6 holds (ventajas sostenidas en situación de rescate) y 75 ponches.
Jaime García demostró, en términos generales, que la temporada que lo hizo competir por el título de Novato del Año no fue una casualidad. En 2011 volvió a empezar a tambor batiente aunque, en la medida en que avanzó la campaña, se le hizo difícil alargar su estancia en la lomita. Tuvo un muy buen septiembre, con 2.64 de PCL, pero no ganó uno de los juegos claves de su equipo. En el año, 13-7, con 3.56 de limpias y 156 ponches. De sus 32 aperturas, 18 fueron de calidad. Justifica el buen contrato que firmó con los Cardenales.
Joakim Soria tuvo en 2011 la menos buena de sus campañas en Grandes Ligas. El de los Royals siguió en la lista de los cerradores confiables, pero esta vez quedó fuera de la elite. Tuvo 5 ganados, 5 perdidos, 28 salvamentos, 7 rescates desperdiciados (su máximo histórico) y PCL de 4.07 (nunca había tenido más de 2.48). No jugó las últimas dos semanas por una molestia en el tendón de la corva derecha.
Luis Ayala, aprovechando que su cambio de velocidad fue en 2011 el lanzamiento más mortífero para los bateadores contrarios a los Yanquis, hizo muy buenos números en la campaña, aunque se le recordará por su desastrosa actuación del último día, que permitió resurgir a los Rays (y sepultar a los Red Sox). En el año tuvo 2-2, con 2.09 de efectividad y 4 ventajas sostenidas (holds).
Jorge De la Rosa era una de las razones por las que los Rockies de Colorado esperaban llegar a la postemporada. El zurdo regiomontano empezó bien, con 6 aperturas de calidad, pero en su décima salida se rompió los ligamentos del codo, fue sujeto a una cirugía Tommy John y se ha recuperado tan bien que ya pudo tener una sesión de bullpen. Su marca en 2011: 5-2, 3.51 y 52 ponchados.
Rodrigo López. El mexiquense se incorporó a los Cachorros a finales de mayo y terminó por convertirse en el quinto abridor de la escuadra de Chicago. Fue de manos a más (con un excelente septiembre, en el que su PCL fue de 2.74). Se vio mejor como abridor (14 aperturas, 6 de calidad) que como relevista. Su marca del año: 6-6, con 4.42 de limpias y apenas 54 ponches en 97 entradas lanzadas.
Marco Estrada combinó en el año las posiciones de abridor y relevista, con resultados ligeramente del lado positivo, aunque la mala suerte lo persiguió a la hora de los ganados y perdidos. Acabó con marca de 4-8, con 4 holds y 3 desperdicios, y PCL de 4.08.
Rod Barajas. Fiel a su costumbre, el receptor de los Dodgers vio partida su campaña con un pase por la lista de lesionados y tuvo más poder que porcentaje. Es un titular indiscutible en esa difícil posición, pero está lejos de los mejores. Terminó 2011 con .230, 16 jonrones y 47 producidas.
Jerry Hairston Jr. inició la temporada con Washington y la terminó con Milwaukee. El utility fue, valga la redundancia, de mucha utilidad a los Cerveceros durante las lesiones del camarero Ricky Weeks y la baja de juego del antesalista Casey McGehee. En el año, .270, 5 vuelacercas, 31 carreras producidas y 3 robos.
Luis Mendoza. El lanzador veracruzano, que había fracasado rotundamente en sus anteriores incursiones en GL, tuvo una gran temporada en las menores. Fue elegido “pitcher del año” en la Liga de la Costa del Pacífico. Los Reales lo subieron al equipo grande en septiembre. Tuvo dos salidas, ambas de calidad y salió con la victoria. Su marca de 2011: 2-0, 1.23 de limpias y 7 sopitas de pichón recetadas.
Scott Hairston jugó un poco menos de la mitad de los partidos, cubriendo los jardines para los Mets. Desde mediados de agosto integró parte de la lista de lesionados. Sus números de 2011: .235 de porcentaje, con 7 jonrones, 24 producidas y un robo.
Jorge Cantú sería en los Padres el sustituto de Adrián González, en la primera, en el tolete y en el cariño de la afición. No lo fue y a mitad de temporada le dieron las gracias. Colorado lo contrató pero no le dio juego en Ligas Mayores. Sus números del año: 194, con 3 jonrones y 16 impulsadas.
Francisco Rodríguez, (0-0, un hold y 4.31 de limpias) inició como relevo intermedio de los Angelinos, pero muy pronto se lesionó y no volvió al equipo.
Juan Castro se tomó una tacita de café con los Dodgers, en la que será muy probablemente su última temporada en GL (su decimoséptima, son la que empató al gran Fernando Valenzuela como los mexicanos con más campañas en la Gran Carpa). Apenas bateó 4 hits en 14 turnos, con una impulsada, para un porcentaje de .286.
Alfredo Amézaga jugó 20 juegos con los Rockies en la primera mitad de la temporada y otros tantos con sus amados Marlines de Florida en la segunda. El utility sonorense no se quedó con ninguno de los dos equipos. Su marca de bateo en la temporada lo explica: apenas .184, con 4 producidas.
Ramiro Peña estuvo dos ratitos con los Yanquis, con una operación del apéndice en medio. El infielder jugó poco. Bateó para .100 (que es menos de la mitad de la Línea Mendoza, que establece el mínimo para mantenerse en la Gran Carpa, si uno fildea bien), con un jonrón y 4 impulsadas.
Dennys Reyes logró formar parte del róster inicial de los Medias Rojas, pero se vio horriblemente descontrolado en la lomita y fue removido desde abril. Terminó con 0-0 y 16.20 de carreras limpias.
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1 comentario:
Lo malo es que Adrian se quedo fuera de la potemporada.
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