martes, octubre 18, 2011

El remero que se privaba


Hace unos once años, a la preparatoria de mi hijo Camilo llegaron unos promotores deportivos que dieron una plática para entusiasmar a los jóvenes en la práctica del remo. Un puñado de ellos se animó y se pusieron a entrenar, muy temprano en las mañanas, en el canal de Cuemanco. 
Mi hijo contaba que uno de los cuates remaba con tanta pasión que al terminar las prácticas “se privaba”. No es que se desmayara, sino que acababa tan exhausto, porque lo había dejado todo en el entrenamiento, que se estaba un rato con la mirada perdida y sin poder reincorporarse.
La mayoría de los muchachos duraron poco. Camilo defeccionó tras un año y medio de desmañanadas y alguna que otra caída (eso de que se te vuelque el bote a las 6 de mañana en Cuemanco está del carajo). El remero que se privaba, Alan Armenta, mantuvo la disciplina y no cejó. El año pasado ganó el oro en los JCC, ahora es campeón panamericano en 2 pares de remos cortos ligeros, junto con Gerardo Sánchez.
Pienso en la plática motivacional. Esa semilla rindió frutos para México una década después.

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