miércoles, julio 10, 2024

Leyendas olímpicas: Ian Thorpe


 

A veces es complicado ser grande. Parece que tienes más edad y el cuerpo es más difícil de manejar. Es, además, una vía para la precocidad y, en ocasiones, la precocidad quema. Pero también da ventajas, sobre todo si el tamaño es útil para la competencia. Todos estos problemas y ventajas están en la carrera y en la vida de Ian Thorpe, el Torpedo Australiano, el olímpico que sí fue profeta en su tierra.

Thorpe destacó como nadador desde pequeño, a pesar de que tenía un estilo desaliñado, producto de una alergia al cloro superada a base de nadar muchas albercas. Sus largas piernas y brazos lo ayudaban. En una nación de nadadores, donde la competencia interna es durísima, Thorpe ha sido el hombre más joven en formar parte del equipo nacional: lo hizo a los 14 años. 

A los 15, participó en sus primeros campeonatos mundiales, lo hizo como local, en Perth 1998. Allí obtuvo dos medallas de oro; una como parte del relevo 4 x 200 y la otra en los 400 metros libres. El campeón mundial más joven de la historia. 

Se venían los Juegos Olímpicos de Sydney, y Australia había encontrado un nuevo consentido en un deporte en el que es potencia. Llovieron sobre Thorpe ofertas publicitarias y entrevistas en los medios. Era una esperanza nacional que, además de todo, seguía creciendo en tamaño y en capacidad atlética: rompió los récords del mundo en los 200 y 400 metros. Algunos periodistas insistían en que Thorpe explicara por qué, siendo lo famoso que era, no tenía novia.

Llegó la cita del 2000 y todos en Australia calificaban a Thorpe como invencible. La presión era enorme en la final de los 400 metros, pero el Torpedo la superó, rompiendo su propio récord y derrotando por más de tres segundos al medallista de plata. Repitió el oro como parte del relevo 4 x 100 libres, pero la presión pudo más en la prueba de los 200 metros, donde fue superado por el neerlandés Pieter van der Hoogenband. Australia ganó el oro en el relevo 4 x 200 libres y en el relevo combinado se tuvo que conformar con la plata. El adolescente Thorpe sacó de sus primeros juegos 3 medallas doradas y dos plateadas.

Luego vendría una anécdota en medio de una tragedia. Thorpe estaba de vacaciones en Nueva York el 9 de septiembre de 2001, y fue a visitar las Torres Gemelas. Ya había subido y se dió cuenta de que había olvidado su cámara fotográfica en el hotel, que estaba cerca, así que regresó por ella. Desde ahí vio el atentado que cimbró el principio de siglo en el mundo. Se salvó por unos pocos minutos (y porque todavía no había iPhones).

En los Mundiales de 2003, el nadador australiano amplió sus miras. Pasó a competir también los 200 metros combinados y los 100 libres. En Barcelona logró cuatro medallas individuales: oro en los 200 y 400 libres, plata en el combinado y bronce en los 100. Además, fue parte del relevo ganador en el 4 x 200.

Antes de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 hubo una gran polémica, porque Thorpe tuvo una salida en falso en la prueba de 400 metros del selectivo australiano. "Tragedia nacional", dijo el Primer Ministro. Entre escándalos, se arreglaron las cosas para que de todos modos el Torpedo compitiera: la presión social hizo que se le cediera el lugar. En Atenas, Ian Thorpe volvió a cumplir. Ganó la llamada precozmente "carrera del siglo", los 200 metros, superando a Van der Hoogenband y a Michael Phelps, y estableciendo récord olímpico. También se llevó el oro en los 400 y trató de completar la tripleta con los 100 metros libres, pero se tuvo que conformar con el bronce. Adicionalmente, Australia se llevó la plata en el 4 x 200. El total olímpico de Ian Thorpe creció a 5 oros, 3 platas y un bronce. 

Meses después de sus triunfos en Atenas, el Torpedo anunció su retiro. Pasarían años para que intentara un regreso, que fue infructuoso. Y varios años más para que, en 2014, por fin saliera públicamente del clóset y se dedicara a defender a las personas que sufren de bullying, como él lo padeció. 
 

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