Mexicanos en GL. Julio-agosto 2020
La pandemia todo lo trastoca. Empezó una
extraña temporada de Grandes Ligas, de sólo 60 juegos, con estadios vacíos, con
algunos cambios en las reglas y con nuevo formato de postemporada. A pesar del
retraso, ha estado interesante. La nota más duradera para la historia de los
peloteros mexicanos en las Mayores es que Oliver Pérez rompió la marca de más
temporadas jugadas en la Gran Carpa, con 18, superando a una leyenda, el Toro
Valenzuela y a Juan Gabriel Castro.
Como corresponde a una campaña atípica, en la
actual vemos un notable cambio de caras entre los beisbolistas mexicanos. En un
mes, hubo seis debuts. A cambio, algunos rostros veteranos, sobre todo entre
pitchers abridores, parece que ya no se verán más. Y algunos novatos
prometedores se perderán parte, cuando no toda la temporada 2020.
Aquí el balance del contingente nacional en el año, ordenado
de acuerdo con el desempeño de cada uno en la temporada (como siempre, incluimos
a los paisanos que han jugado representando
a México en el Clásico Mundial o en otro torneo de primer nivel)
Alex Verdugo pasó a los Red Sox en el intercambio que llevó al estelar Mookie Betts a
los Dodgers de Los Ángeles. Iba a empezar la temporada lesionado, pero el retraso
por el COVID le permitió recuperarse, llegar en forma y quedar como jardinero
titular de los patirrojos. Ha estado consistente con el bat y bien en el fildeo,
donde también ha demostrado tener gran brazo. Es actualmente el segundo mejor
del equipo de Boston en WAR (carreras por encima de reemplazo). Sus números en la
primera mitad: .306 de porcentaje de bateo, 5 jonrones, 12 carreras impulsadas,
23 anotadas y 3 robos de base. Si la lógica del cambio era, para los Medias
Rojas, sacrificar resultados inmediatos para ganarlos en el futuro, es probable
que hayan acertado. Verdugo es una estrella en ciernes.
Giovanny Gallegos tuvo en 2019 su primer año como titular. En 2020, a pesar de que en sus Cardenales
de San Luis hubo un brote de COVID que los obligó a suspender varios juegos, ha
estado absolutamente intratable. En 8 entradas que ha relevado el zurdo
sonorense no ha permitido carrera, y sólo dos bateadores se le han embasado. Todo
esto le ha alcanzado para ganar un juego y apuntarse dos salvamentos. Tiene
perfecta efectividad de 0.00 y 10 ponches. Se afianzó como cerrador del equipo.
Joakim Soria ha tenido bastante actividad con los poderosos Atléticos de Oakland, y
ha sido factor para ese poderío. Ha participado en 15 juegos y en sólo tres de
ellos ha admitido carrera. Tiene marca de 2-1 (y la derrota fue por la carrera
de un corredor que dejó de herencia), con dos juegos salvados y tres holds (ventajas
sostenidas en situación de rescate). Admite 1.72 carreras limpias admitidas por
cada 9 entradas lanzadas y ha ponchado a 17 rivales.
Oliver Pérez, en el año en que estableció su récord, ha estado efectivo con los Indios de Cleveland. La suya es una historia de reconversión exitosa de sí mismo: pasó de ser un pitcher abridor que prometía muchísimo a uno que coleccionaba derrotas y, luego, tras un año fuera de las Mayores, regresó como especialista zurdo en el relevo. Lo interesante en 2020 es que, con la nueva regla que obliga a los lanzadores a enfrentar al menos a tres rivales, lo ha hecho mejor que en otros años. Si proyectáramos sus números a toda la temporada, sería la segunda mejor de su ya larga carrera. Además, ejerció un liderazgo inédito en el equipo, contra los pitchers estelares que habían roto la burbuja de protección y se habían ido de fiesta en plena pandemia. Tanto así, que uno de ellos, Mike Clevinger, fue cambiado a San Diego. El culichi tiene marca de 1-0, un salvamento, tres holds, 10 chocolates recetados, y una magnífica efectividad de 1.35. A cambio, cuenta con un rescate desperdiciado… precisamente a costa de Mike Clevinger, el día que éste regresó de su suspensión.
Sergio Romo ha estado más que cumplidor, como preparador de cierre o cerrador de los
Mellizos de Minnesota. De 13 juegos en los que ha participado, sólo le han
anotado carrera en tres, pero en uno le pegaron hasta con la cubeta. Sus
números del año: 0-1, 3 salvamentos, 8 holds, 3.86 de efectividad y 14
pasados por los strikes.
Julio Urías es, por el momento, el único abridor mexicano en Grandes Ligas. El joven
zurdo sinaloense de los Dodgers ya no tiene el límite de entradas con el que lo
cuidaron en años anteriores. Aun así, no llega muy lejos en los juegos que abre,
por su poca economía en los lanzamientos. De 6 aperturas, dos han sido de
calidad y se ha llevado la victoria. En las otras, permitió pocas carreras,
pero sólo una vez llegó a los 5 innings de rigor. Además del 2-0, tiene un más
que decente 3.67 de PCL y ha ponchado a 24 rivales.
Víctor González llegó a tomarse
una tacita de café con los Dodgers, lanzó una entrada, recibió una carrera y
regresó al llamado “grupo taxi” (esta temporada no hubo ligas menores). Lo
volvieron a llamar y cambió la historia, con actuaciones muy buenas en el
relevo. El nayarita terminó el mes con 2-0, un muy buen 2.00 de carreras
limpias y 8 sopitas de pichón servidas.
Roberto Osuna llegó en mala condición física a los entrenamientos, tras haber pasado
varios meses en confinamiento en México. Tal vez los Astros se aceleraron un poco
al ponerlo a competir y, tras haber tenido tres excelentes actuaciones, en la cuarta se lesionó seriamente del codo. Es posible que le tengan que volver a hacer la
cirugía Tommy John, con lo que se perdería, incluso, parte de la temporada
2021. Su marca del año 0-0, 2.08 de carreras limpias, un rescate y un hold.
Luis Cessa, tras haber salido
positivo al coronavirus, regresó a los Yanquis como relevista largo, y
trapeador de innings. Ha participado en 9 juegos, con uno salvado y un hold,
4.09 de ERA y 12 ponches.
Luis Urías fue transferido en el invierno a los Cerveceros de Milwaukee. El de Magdalena
de Kino inició en la lista de lesionados, pero luego ha pasado a disputar la titularidad
en el infield cervecero. Ha mostrado maravillas con el guante, pero su bat aún
no tiene la consistencia que tradicionalmente ha mostrado en las menores y que
se le dificulta en las mayores. Sus números: .250 de porcentaje, 5 producidas y
un robo.
Isaac Paredes debutó a mediados de agosto con los
Tigres de Detroit y actualmente pelea por la titularidad en la tercera base. Se
espera mucho de su bateo… lo suficiente como para compensar sus deficiencias
fildeadoras. En el rato que lleva jugando, el hermosillense acumula .258, un
jonrón con casa llena y 6 carreras impulsadas.
Humberto Castellanos, quien contribuyera a la obtención del
boleto olímpico para México, debutó como relevista con los Astros de Houston,
con los que se ha tomado dos tacitas de café de tres y dos juegos,
respectivamente. Le fue mejor en la primera vuelta. Su efectividad: 6.75, con 5
ponchados.
Ramón Urías, hermano mayor de Luis, y también
jugador de cuadro, debutó con los Orioles de Baltimore. Él sólo se tomó una
tacita, yéndose de 5-1, para .200 de porcentaje.
Jesús Cruz también degustó brevemente el sabor
de Grandes Ligas. Le resultó algo amargo al potosino, porque en una entrada con
San Luis le anotaron dos carreras y a los pocos días los Cardenales le dieron
las gracias. Ahora está sin equipo.
Luis González no llegó ni a tacita. Tomó dos
buchitos, bateando como emergente para los Medias Blancas de Chicago. La
primera vez lo golpearon (y anotó carrera); la segunda lo poncharon… y lo
regresaron al “grupo taxi”.
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