Sigue
la lista interminable de filias y fobias deportivas, ahora sobre los dos
deportes sobre ruedas que me gustan.
Ciclismo
A
diferencia de otros deportes, mi afición por el ciclismo ha sido más bien de
adulto. De niño seguía los resultados de la Vuelta de la Juventud y admiraba al
malogrado pedalista regiomontano Radamés Treviño, pero era una afición de
lejecitos.
En
la segunda mitad de los años 70, seguí el Giro d’Italia y entendí un poco de
ciclismo de ruta (mi amigo Otello manejaba un equipo amateur), pero no fue
hasta la segunda mitad de los 80 que lo comprendí un poco mejor y hasta bien
entrado el siglo XXI que acabé de agarrarle la onda (sin que por ello sea un
experto, ni mucho menos).
Con
esos asegunes, vamos.
Equipos.
Siempre
me han simpatizado los equipos españoles, la seguidilla
Reynolds-Banesto-Movistar. Por luchones y porque ahí están los ciclistas que me
caen bien.
En cambio, me caen mal los equipos hiper-planificados, como en su
momento fueron Discovery Channel y US Postal y hoy lo es el Sky. El Sky me cae
particularmente mal por dos razones: su dependencia extrema en mediciones
computarizadas y la rigidez con la que tratan las jerarquías del equipo… lo que
luego quedará bien claro con las filias y fobias por corredor.
Corredores
Filias.
1.
Nairo Quintana. Su debut en el Tour de France, cuando las circunstancias lo
pusieron al frente de Movistar fue sensacional. Un escalador extraordinario y,
al menos en sus inicios, un hombre sencillo. Que Froome le tema es un plus.
2.
Raúl Alcalá. Lo conocí en su fuga, casi en solitario, durante los Juegos
Olímpicos de Los Ángeles 1984, lo seguí como gregario –de hecho, mirándolo
aprendí mucho de lo que significa ese trabajo- y como líder, tanto en las
vueltas europeas (ganó una etapa en el Tour de France) como en la Vuelta a
México, que ganó muchas veces.
3.
Miguel Induráin. De los que he visto, el ciclista más grande que ha existido
(acoto que nunca vi a Eddy Merckx)
4,
Marco Pantani. Primero, lo admiré como escalador nato, capaz de ganar vueltas
diseñadas para otro tipo de corredores. Luego, me encantó su estilo agresivo,
lejano de los cálculos de los contrarrelojistas. Finalmente, su tragedia humana
–fue asesinado por la mafia de las apuestas- me genera compasión.
5.
Peter Sagan. De los velocistas, es el que me cae mejor. Entre otras cosas,
porque también aguanta algo de montaña.
Fobias
1.
Chris Froome. Es un fuera de serie, sí, pero no conozco a alguien más
chuparrueda que el británico. Gana porque tiene los mejores gregarios del
mundo, porque los hacen sacrificarse una y otra y otra vez. Me dio gusto que
Gerraint Thomas finalmente demostrara quién es quién. También que la dura
prueba olímpica de ruta en Río 2016 fuera demasiado para él.
2.
Lance Armstrong. Por un prejuicio confeso, me caía mal que un gringo ganara las
vueltas clásicas europeas, pero cuando apareció su lucha contra el cáncer, mi
fobia se atenuó, sólo para solidificarse cuando se descubrieron todas sus
trampas.
3.
Greg Lemond. Aquí sí es clarísimo mi prejuicio antiyanki.
4.
Floyd Landis. Del equipo de Armstrong. Gringo y tramposo. No está más arriba en
las fobias porque, con todo, no tenía el nivel de Armstrong y Lemond.
5.
Cadel Evans. Nada más porque le ganó a los simpáticos hermanos Shleck en el Tour
de 2011.
Fórmula
1
Es
la única categoría del automovilismo que sigo y que me gusta. Empecé viendo por
televisión los Grand Prix de México en los años sesenta, y fui a la famosa carrera
de 1970, donde el público cruzó las vallas. Sigo la categoría con regularidad
desde hace más de medio siglo.
Escuderías.
Filias
De
niño y jovencito, yo era más de corredores, pero mi estancia en Módena me
convirtió en ferrarista di ferro. No
se puede ser otra cosa cuando todos los días pasas en tu bici frente a la
fábrica de Ferrari, cuando tienes amigas de Maranello y cuando las primeras
vueltas en bici de tu hijo mayor fueron en el mítico autódromo de Módena.
Con
la llegada del Checo Pérez, también simpatizo con Force India- Racing Point
Fobias
Toda
aquella escudería que atente contra el primado de la Ferrari. Esto significa
que la fobia es cambiante: En los ochentas y noventas me cagaban Williams y
McLaren; luego fueron Renault y Red Bull. Ahora espero, apasionadamente, que
los Mercedes tengan severos problemas de motor y frenos.
Corredores
Filias
1.
Jim Clark. Idolazo de mi infancia. El Escocés Volador era el más rápido y el
más galán. Momento máximo: en el Gran Premio de México 1964, última vuelta, va
de líder y ganará el Campeonato Mundial, y que le truena el motor a unos metros
de la meta. Clark se baja y empuja, desesperado, el Lotus. Le alcanzó para
llegar quinto, pero perdió el Campeonato.
2.
Ayrton Senna. Aunque no corría para Ferrari, tenía demasiado carisma. Además,
no he visto mejor piloto bajo la lluvia que Senna. Pero dice la canción que un
día, en una curva, llegó Dios y le dijo “Cierra los ojos”, y Ayrton los cerró.
3.
Michael Schumacher. No me caía bien cuando corría para la competencia, pero las
más gozables temporadas de Ferrari fueron bajo su gran conducción.
4.
Sebastian Vettel. Situación parecida a la de Schumi, aunque sin los campeonatos
con el cavallino rampante. El tipo me
parece simpatiquísimo.
5.
Carel Gaudin de Beaufort. Este conde holandés era un auténtico amante de la
Fórmula 1. Tanto, que se compraba sus autos para competir. Era malísimo y
siempre chocaba. Eso me divertía de niño. Hasta que se mató.
Fobias
1,
Lewis Hamilton. Una sola razón para esta fobia. Gana demasiadas veces.
2.
Jenson Button. Mamón desde siempre, me cayó mal cuando ganó el campeonato en
2009, pero todavía peor por su mala relación con el Checo Pérez.
3.
Alain Prost. En los tiempos de hegemonía de la Marlboro-McLaren era el gacho
del equipo, porque el otro era Senna. Pilotazo. Pero ni cuando se pasó a Ferrari
me cayó bien.
4.
Pastor Maldonado. Si el conde Gaudin de Beaufort era un peligro para sí mismo,
Pastor lo era para todos los demás pilotos. Jamás lo escuché aceptar uno sólo
de sus múltiples errores. Una mala broma de PDVSA.
5. Esteban Ocon. Pinche berrinchudo.