Hay deportistas
olímpicos que se comen toda la gloria en unos juegos. Hay otros que olimpiada
tras olimpiada demuestran ser los mejores. Sobran los dedos de una mano para
contar a quienes lograron el oro en cuatro ocasiones consecutivas. Paul
Elvstrom es uno de ellos. Es el máximo exponente del deporte danés y de su
deporte, la vela. Y Elvstrom es mucho más que un tetramedallista.
Su primera medalla de
oro fue en 1948, cuando tenía 20 años, en la categoría Firefly. El joven
velerista se había dado cuenta que la mayor parte de los competidores no tenía
un gran físico y consideró que el entrenamiento de gimnasio le sería muy útil.
Corría 5 kilómetros diarios y hacía ejercicios de pierna y abdomen. Además se
construyó un hiking bench (el aparato
con el que el velerista se sujeta los pies y se estira paralelo al agua) con el
que entrenaba horas en el sótano de la casa familiar. La fuerza permitía a
Elvstrom estar mucho más tiempo en esa posición durante las regatas.
En 1952 se introdujo
la class Finn y Elvstrom volvió a llevarse el oro. Ya para entonces, Elvstrom
se colgaba “sin pensar en ello y sin cansarme” y descubrió que así su mente
funcionaba mejor. Manejaba su dinghy
como en automático y siempre lo hacía bien.
Para los juegos de
1956 su dominio era absoluto. Se entrenaba imaginándose en medio de una regata
corta, durísima, frente a rivales ilusorios. Se llevó con
tranquilidad su tercer oro olímpico. Repitió la hazaña en 1960.
Para entonces,
además de la creación del banquito, había sido pionero en el uso de suéteres
mojados (para incrementar el peso, pero que requerían de más fuerza), y el
inventor de un salvavidas ligero que no estorba los movimientos del velerista,
así como de botas especiales.
Para 1964 decidió
tomarse un descanso, y volvió a competir, a los 40 años, en los Juegos
Olímpicos del 1968 (las competencias de vela fueron en Acapulco), en los que
terminó en cuarto lugar en la clase Star.
Los de México no serían sus últimos juegos. Junto con su
hija menor Trine participó en Los Ángeles 84, a los 56 años. La pareja
padre-hija rozó el podio al quedar cuartos. Sus últimos olímpicos fueron los de
Seúl, donde el sexagenario Elvstrom y su hija Trine se fueron hasta el lugar
número 13. Habían pasado 40 años de la primera medalla de oro.
Arquitecto de profesión, Elvstrom tiene una empresa dedicada al diseño de veleros y la producción de arreos para el deporte, creados por él, como las sogas flexibles de hoy en día. No sólo es una gloria olímpica y el más grande velerista; es también el máximo innovador de su disciplina.
1 comentario:
Hello,
I am writing on behalf of Centre Screen Productions, a company in London currently producing exhibits for the Olympic Museum in Lausanne, Switzerland.
For one of our exhibits, we would like to use the above image of Paul Elvstrom, as found on your blog. Do you hold copyright to this image, or can you advise me who does?
Please if you could get back to me regarding this via email - katrin@centrescreen.co.uk
We would really like to use this image and would really appreciate your help.
Kind regards,
Katrin
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