martes, febrero 08, 2011

Biopics: Anecdotario sinaloense

Un retén
En parte como respuesta a unos cursos de actualización muy chafas que había organizado la rectoría de la UAS, en la Escuela de Economía hicimos un curso al que invitamos profesores de alto nivel, sobre todo del CIDE (recuerdo que las mejores sesiones fueron con Gerardo Aceituno). Uno de quienes vino fue Samuel Lichtensztejn, ex rector de la Universidad de la República, de Uruguay, quien estaba refugiado en México por la dictadura militar de su país (y que luego sería Ministro de Educación y Cultura).
Una vez fui a recoger a Samuel a su hotel, y de camino a CU nos topamos con un retén militar, a la altura de La Lima.
-Chin, a ver cómo nos va, no tengo licencia –dije, un poco malora.
Lichtensztejn se puso blanco como hoja cuando los militares nos hicieron la seña de detenernos Apenas bajamos del carro, el pobre hombre levantó los brazos, los puso sobre el toldo, y abrió las piernas, dispuesto a ser cacheado.
-No es necesario, señor –dijo el soldado, mientras sus compañeros revisaban la cajuela y los compartimentos.
De regreso al auto, Samuel confesó:
-¡Qué miedo! Pero aquí los militares son amables; allá te abren las piernas a patadas antes de revisarte.

Don Juan en Culiacancito
Flores Carrasco, nuestro secretario de Relaciones Juveniles, en sus tiempos libres trabajaba como payaso, junto con su hermano. Su personaje era “El Mosquito Prieto”. Una vez fuimos al pueblo de Culiacancito a un festival de teatro popular, en el que ellos iban a protagonizar un sketch (y más tarde nosotros aprovecharíamos oportunistamente la circunstancia para hacer una Asamblea Popular). Uno de los grupos que les antecedió interpretaba algunos parlamentos de Don Juan Tenorio.
“Ay Don Juan Don Juan te imploro: o arráncame el corazón, o amáme porque te adoro" –decía la actriz que encarnaba a Doña Inés.
“Y de ahi qué” –respondió con acento ranchero, muy quitado de la pena, el Tenorio, a quien posiblemente se le olvidó el parlamento, pero no el sentido del personaje.

Imperialismo
Tras aquella asamblea popular, se armó el comité de base de Culiacancito. A la segunda visita, el presidente de ese comité nos dijo que éramos mucho mejores que los del Partido Comunista, más claros, más sencillos, más directos. Él había estado en el PCM, y nos contaba que los compas “pescados” citaban a la célula a una casa en las afueras del pueblo y les echaban largos rollos marxistas, que para ellos eran incomprensibles. Hasta que uno se cansó:
-Están ustedes habla y habla del imperialismo, compas, y nosotros no entendemos. A ver, dígannos, ¿qué es el imperialismo?
-Me extraña esa pregunta, camarada –dice el cuadro del PC, algo indignado-, el imperialismo es la fase superior del capitalismo.

Un método contra el calor
El calor en Culiacán nunca dejó de ser asfixiante. El método que más me funcionó era bañarme con agua helada antes de salir a trabajar y ponerme una camisa que tenía guardada, desde hacía horas, en el congelador. La sensación de frescura se quitaba apenas me subía al carro (y eso que le hice un respaldo al asiento, con periódicos recubiertos de tela) y el método no impedía que cinco minutos después, al llegar a Ciudad Universitaria, ya estuviera chorreando sudor.

Sin claxon
Un buen método para no meterse en broncas en Culiacán es que el claxon no funcione, que era mi caso. Pero hay que acompañarlo con la sana costumbre de mantener la boca cerrada.
Una vez se me cierra un carro y grito: “¡Idiota!”. No lo hubiera hecho. En el semáforo se baja un tipo malencarado con una pistola en la mano.
-¿A quién le dijiste pendejo? –me increpa.
-Yo no le dije así –respondí, y estrictamente hablando era verdad.
-Órale, salte a darnos unos plomazos –grita y amenaza con darme un cachazo; yo prefiero poner el brazo en la ventanilla, por si intentaba dármelo de verdad.
Para entonces otros carros se habían detenido, y un par de ciudadanos avanzaban hacia el bravucón para calmarlo. Allí acabó. No creo que la reacción de la gente hubiera sido igual hoy.

El Beto Meza y otros famosos mentirosos
Sinaloa es tierra de mentirosos de fama nacional. El Güilo Mentiras representa al sur del estado. Decía que una vez estaba orinando, “y por los meados que se me sube un alacrán, del susto dejé de mear y el alacrán se cayó”.
Del norte era Don Teofilito, cuya lancha pesquera había naufragado cerca de Japón. Él y un compañero se salvaron. “Nadamos y nadamos, y yo estaba bien cansado, ya creía que me moría del cansancio, cuando voy viendo entre las olas la bahía de Topolobampo”.
Nuestro compañero Heriberto Meza Campusano no se quedaba atrás, en representación del centro del estado. Decía las mentiras más grandes con la cara más seria: no te las creías, pero parecía que él sí se las creía. Contaba que una vez estaba en el edificio de la Facultad de Ciencias de la UNAM (el que hoy ocupa unos centros de posgrado, en el medio de la parte más antigua del campus). En la azotea. “Y ya ves que ahí hay una gran bola de hierro, loco. Ahí estábamos unos compas y yo, y de repente que empieza una de esas tormentas que hay en el DF. Yo tenía la mano puesta en la bola de hierro y que veo venir un rayo, quito la mano hecho la madre y el rayo cayó en la bola, fundió el metal”.

“Parantes”
Yo no entendía por qué las asambleas y consejos en Sinaloa eran tan caoticas, hasta que, en un momento de iluminación, Mi René (Jiménez Ayala) dio con la razón. Alguien hablaba, pero otro lo interrumpía con una moción. Ese otro, a su vez, era interrumpido con una “moción de la moción”. Pero el que se chingaba a todas las mociones era el “parantes”.
-Tiene la palabra el compañero Verdugo –dice la mesa.
-¡Par’antes! –grita alguien desde gayola, y se lanza con su rollo.


(En la foto, mientras canto La Balada de Deng Xsiao Ping en una reunión; en la guitarra está el compañero Palafox, dirigente del sindicato de Pesca en la grilla, pero "Ingue Su" a la hora de esa rola; a la derecha de Palafox, Armida Campos)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Luis Demetrio Meza
hijo de Beto meza
Amigo se me hace que no conto bien la historia de me APA y se lo digo por lo siguiente: Resulta que yo estaba ahí, claro muy pequeño y si bien es cierto lo que comenta del rayo, lo que no dijo fue que yo le grite APA quita la mano ahí viene un rayo. Imagínese usted si no le grito que desgracia hubiera ocurrido…


Saludos…

FBR dijo...

Luis Demetrio: es usted digno hijo de su padre.
Seguro fue usted el que, cuando Beto lo levantó de la cuna se agarró de una barra y se puso a hacer cabriolas de gimanasia, mientras su padre nomás se quedaba con la cobijita.
Créame que me dio mucha pena cuando me enteré de la muerte de Heriberto.

Anónimo dijo...

Gracias amigo un saludos desde Culiacan, sinaloa...
le agradesco sus comentarios....

atte.
Luis Demetrio Meza
luismezalopez@hotmail.com

Anónimo dijo...

De pura casualidad tendra algunas fotos de aquellos tiempos???
le agradeceria me las enviara a mi correo

luismezalopez@hotmail.com

gracias....