lunes, octubre 04, 2010

Dos estrellas indiscutibles, un novato memorable y una enorme decepción


Mexicanos en GL. 2010

Terminó la temporada regular 2010 en Grandes Ligas. Las dos estrellas indiscutibles de la pelota nacional, Adrián González y Joakim Soria, brillaron por su consistencia. Yovani Gallardo está a punto de madurar otro grande. Jaime García tuvo un año de novato memorable… pero para otros jugadores 2010 resultó agridulce, o de plano muy amargo, como para Oliver Pérez. De último momento, los Padres de San Diego (y de Adrián González) se cayeron del camión que los llevaba a postemporada. Eso deja a sólo dos mexicanos en activo para los playoffs: Jorge Cantú de los Rangers de Texas y Ramiro Peña, de los Yanquis neoyorquinos.  
Y ahora, el desempeño del contingente nacional, en orden descendente según lo logrado en la temporada.



Adrián González, por sí solo, explica buena parte de la notable campaña de los Padres, de los que fue bujía. Salvo una ligera baja en mayo, se mantuvo siempre en los primeros planos ofensivos  Sus números del año: .298, 31 cuadrangulares y 101 carreras producidas. Le bateó .337 a los zurdos (rompiendo las reglas del inexistente “librito”). Para darnos una idea de lo que sería en un parque menos inhóspito que el Petco, Adrián bateó de visitante para .315, con 20 jonrones y 59 impulsadas… y es el primer jugador en toda la historia de San Diego en conectar 30 o más vuelacercas por cuatro temporadas seguidas. El que los Padres no hayan calificado lo alejará del título de Jugador Más Valioso de la Nacional (que deberá ir, si la lógica se impone a Joey Votto).

Joakim Soria, si nos atenemos a los números, es el mejor cerrador de Grandes Ligas. El que tuvo esta temporada el mejor porcentaje de salvados sobre oportunidades de rescate… y el que lidera las Mayores en esa tabla desde julio de 2007, cuando tomó el papel de cerrador de Kansas City. Pero juega para los paupérrimos Reales y está lejos de las candilejas. De no haber fallado en su última aparición del año, hubiera encabezado la Liga Americana en rescates, a pesar de jugar para el peor equipo de su división. Sobra decir que ha roto prácticamente todos los récords de la franquicia. Su marca del año: 1 ganado, 2 perdidos, 1.78 carreras limpias admitidas por cada 9 innings lanzados, 43 rescates (frente a sólo 3 desperdicios) y 71 ponches propinados (más de uno por entrada).

Jaime García, con los Cardenales de San Luis, tuvo una temporada de ensueño. El zurdo de Reynosa se coló a la rotación de los pajarracos con una buena primavera y terminó por convertirse en una de las figuras del equipo y fuerte candidato para novato del año, en una de las generaciones más brillantes de los últimos tiempos (sus principales competidores son el receptor Buster Posey, de los Gigantes, el jardinero Jason Hayward de los Bravos y el torpedero Starlin Castro, de los Cachorros). Jaime terminó la campaña con 13 ganados y 8 perdidos, 2.70 de PCL –el cuarto mejor de la liga- y 132 ponches. 19 de sus 28 aperturas fueron de calidad. Para darnos una idea de lo que esto significa, cuando Fernando Valenzuela ganó el premio Cy Young al mejor pitcher y el Novato del Año, tuvo marca de 13-7, 2.48 de efectividad y 180 ponches, 16 de sus 25 aperturas fueron de calidad. Eso sí, El Toro tuvo 8 juegos completos, García sólo 1, que fue blanqueada.    

Yovani Gallardo fue el único lanzador de lujo con el que contaron los Cerveceros de Milwaukee. Normalmente muy certero, entró en un par de “slumps” de pitcheo a media campaña, que le impidieron tener una gran temporada. Aún así, apunta a grandes cosas. Terminó el año con 14-7, 3.84 de limpias y 200 ponches, con dos blanqueadas. Es apenas el segundo lanzador de los Cerveceros en ponchar a 200 o más enemigos en dos años consecutivos… curiosamente el anterior, hace 23 años, fue Teodoro Higuera. De sus 31 salidas, 17 fueron de calidad (lanzar 6 entradas o más, permitir 3 carreras limpias o menos). Con Yovani también hay que señalar su bat: .254 con 4 jonrones y 10 impulsadas.

Jorge De la Rosa perdió un par de meses por un problema en el dedo y tardó un poco en retomar su ritmo de pitcheo. El zurdo de los Rockies terminó la campaña con 8 ganados, 7 perdidos, 4.26 de carreras limpias y 113 chocolates. De sus 20 salidas, 12 fueron de calidad (y las últimas tres, a pesar de ello, las perdió, en plena debacle de Colorado). Se supone que el año próximo, agente libre, obtendrá un buen contrato.

Elmer Dessens, como el vino viejo, mejora con la edad. El veterano sonorense resultó ser de lo más salvable de los Mets de Nueva York, con quienes se desempeñó como relevista intermedio. Acabó la temporada con récord de 4-2, 11 holds (o ventajas sostenidas en situación de rescate) y un salvamento desperdiciado. Su PCL, 2.30 es el más bajo de su carrera ligamayorista.

Jorge Cantú vivió un año en la montaña rusa. Comenzó a tambor batiente, con los Marlines, y rompiendo el récord de más partidos consecutivos produciendo carrera a inicios de temporada. Luego, mientras su bat se iba paulatinamente apagando, fue transferido a los Rangers de Texas, que sólo lo usaron frente a lanzadores zurdos. La oscuridad era casi total cuando conectó el jonrón que aseguró el pase de los tejanos a postemporada y en las últimas semanas le dieron más juego. Sus números del año: .256, con 11 vuelacercas y 56 producidas.  

Jerry Hairston Jr. fue pieza importante de los Padres en sus buenos momentos, se lesionó dos veces en el año… que coincidieron (quién sabe si coincidentalmente) con malos resultados para su equipo. El utility, además de brindar grandes servicios con el guante, bateó para .244, con 10 jonrones, 50 remolcadas y 9 robos de base.

Rod Barajas jugó una parte de la temporada con los Mets, y otra –tras un receso por lesión- con los Dodgers de Los Angeles. Bateó con poder: .240, con 17 cuadrangulares y 47 impulsadas.

Alfredo Aceves inició muy bien con los Yanquis, como relevo largo, pero una dolencia en la espalda lo mantuvo fuera por más de media temporada. Terminó bajo cirugía. Al final, los Bombarderos del Bronx prefirieron no arriesgar su recuperación. En 2010:  3-0, un juego salvado, 3.00 de PCL.

Dennys Reyes se mantuvo como especialista zurdo de los Cardenales. El de Higuera de Zaragoza terminó 3 ganados, 1 perdido, 1 salvado, 6 holds, tres rescates desperdiciados y PCL de 3.55.

Rodrigo López fue el pitcher mexicano que más innings lanzó en 2010: 200.  Fue el único miembro de la rotación de Arizona que cumplió con todas sus salidas. De las 33 que tuvo, 15 fueron de calidad. Su porcentaje de carreras limpias admitidas, 5.00 –que está por debajo de la media, pero no mucho- se tradujo, en un equipo malo, en 7 victorias y 16 derrotas (es la segunda vez que lidera una de las ligas mayores en esta indeseable categoría). Fue el lanzador más bombardeado: aceptó 37 jonrones. A cambio, ponchó a 116 rivales. Si algo puede decirse del veterano de Tlanepantla, es que fue un profesional cumplido.

Fernando Salas. El derecho sonorense se desempeñó en la segunda mitad de la temporada como relevo intermedio con San Luis. Récord de 0-0, 3,52, una ventaja sostenida y un rescate desperdiciado.

Francisco Rodríguez, relevo intermedio de los Angeles de Los Angeles, terminó el año con 1-3, 2 holds, un rescate desperdiciado y 4.37 de PCL.

Scott Hairston inició como titular en el jardín central de San Diego, pero terminó calentando la banca. En el año bateó para .210, con 10 jonrones, 36 empujadas y 6 robos de base.

Ramiro Peña participó en 95 juegos con los Yanquis de Nueva York, pero en 25 de ellos sólo como corredor emergente y en otros tantos como emergente de bateo o fildeo. El joven utility regiomontano bateó para .227 con 18 producidas y 7 robos

Juan Castro fue por un rato, durante la lesión de Jimmy Rollins, paracorto titular de los Filis, pero perdió el puesto y acabó fuera del róster.  Regresó con los Dodgers, pero brevemente: .194 con 13 producidas.

Luis Cruz se tomó una tacita de café con los Cerveceros. Fue 17 veces al bat y pegó 4 hits, entre ellos un bonito triple productor.

Augie Ojeda, aunque estuvo todo el año en el róster de Arizona, jugó bastante poco. Bateó para  .190, con 5 producidas.

Marco Estrada (0-0, con 9.53 de PCL) tuvo una desangelada actuación con los Cerveceros antes de lesionarse. No parece que en Milwaukee haya mucho interés en su regreso.

Luis Mendoza (0-1, 22.50 de PCL), volvió a probar suerte en la Gran Carpa, ahora con los Reales, y volvió a fallar. Ahora estrepitosamente.  

Oliver Pérez tal vez no fue el peor beisbolista mexicano en Grandes Ligas de 2010, pero sí la más grande decepción. Abrió siete partidos (dos aperturas fueron de calidad), pero lo normal en ellos era que le pegaran o le ganara el descontrol. Pasó al bullpen y fracasó. Lo mandaron a la lista de lesionados hasta que fue imposible esconder que lo suyo, más que la rodilla física era la confianza mental. Regresó al róster y en tres meses y medio apenas le dieron oportunidad de lanzar 7 entradas: sólo en una de ellas no le anotaron carrera y se las arregló para perder dos juegos más, dejando su marca de 2010 en 0-5, con 6.80 de PCL y más pasaportes que ponches. Una lástima. El gran contrato que firmó (36 millones de dólares por tres años) ha sido señalado como una de las causas por las que la directiva de los Mets despidió al gerente general Omar Minaya.  

(Tomé la caricatura de Joakim Soria del blog de un chavo que se llama Alán Rodríguez)

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