Ole Einar Bjørndalen, leyenda viva del biatlón, era el
atleta olímpico invernal más laureado al momento de su retiro, en 2018. Ganó 13
medallas olímpicas y 8 de ellas fueron de oro. También subió a 45 podios
mundialistas, de los cuales 20 correspondieron al primer lugar.
Lo que caracterizó desde el principio a Bjørndalen fue su
capacidad como esquiador de fondo, que fue el deporte en el que se inició. Era
mejor en las carreras relativamente cortas. Posteriormente desarrolló sus
habilidades como tirador, para ser competitivo en biatlón.
Su historia olímpica no empezó bien. De local, en Lillehammer
94, quedó en el lugar 28 en los 10 kilómetros; se fue hasta el puesto 36 en los
20 y el equipo noruego, por primera vez en muchas olimpiadas quedó fuera de las
medallas, con un triste 7° lugar en el 4 x 7,500.
En Nagano 98, Ole Einar obtuvo sus primeras medallas
olímpicas: un oro en el sprint de 10 kilómetros y una plata en el relevo por
equipos. En los 20 kilómetros tuvo que conformarse con un 7° lugar.
La historia del oro en los 10 kilómetros de Nagano es la que mejor nos
dice quién era este atleta. Cerca de dos kilómetros antes de que llegara a la
meta, la carrera (en la que los competidores no salen en masa) se canceló por
mal clima, porque se consideró que se había convertido en algo desigual para
quienes salían después. Bjørndalen llevaba largos 15 segundos de ventaja sobre
su más cercano competidor. Mientras todo el equipo noruego dejaba salir su enojo
y su frustración, porque ya se sentían con la medalla de oro, lo que hizo el biatleta
fue llamar a su coach mental, quien le dijo que había tenido suerte, porque al
otro día podía hacer la carrera perfecta. Sólo con estabilidad mental podía dar
a todas las dianas y no basarse en su mayor velocidad sobre los esquíes. Y la competencia
del día siguiente fue perfecta. Ganó por más de un minuto.
El entrenamiento mental, en el que Bjørndalen fue uno de los
pioneros, lo hizo una persona estrictamente dedicada a su deporte. Una persona que
mantenía su vida privada alejada de los reflectores.
Para Salt Lake 2002, Bjørndalen ya era el favorito en el
biatlón, pero como también quería demostrar y demostrarse sus capacidades en el
esquí de fondo, intentó ser el primer atleta en ganar medalla olímpica en ambas
disciplinas. Quedó en 5° lugar en los 30 kilómetros y se pensó que el esfuerzo
le cobraría caro en las competencias de biatlón, que empezaban apenas dos días después.
El resultado fue sorprendente: oro en el
sprint 10 kilómetros, oro en la persecución de 12.5 kilómetros, oro en los 20
kilómetros y oro en el relevo. Nadie antes que él había barrido en todas las
competencias de su especialidad
La cita de Turín 2006 fue la única en la que Bjørndalen no
subió a lo más alto del podio. Pero obtuvo tres medallas: plata en los 20
kilómetros (fue el más rápido sobre los esquíes, pero sufrió dos minutos de
penalización por sendos errores en el polígono de tiro) y en la persecución de
12.5; bronce, en los 15 kilómetros. En Vancouver
2010, el biatleta noruego falló otra vez en su competencia preferida, que eran
los 10 kilómetros, quedando en el lugar 17. A cambio, se llevó la plata en los
20 k. y el oro en el relevo.
Su despedida olímpica fue en Sochi 2014, cuando ya tenía 40
años. Ahí volvió el atleta de inicios de su carrera, con más fuerza en las
competencias más cortas: oro en los 10 kilómetros y en el relevo mixto. En
cambio, se fue hasta el lugar 33 en los 20 k. Luego aparecieron los problemas
del corazón y el retiro. Al cabo la gloria estaba ya ganada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario