Tiene varios récords en su haber. Es el
deportista que más veces ha sido abanderado de la delegación olímpica mexicana.
Es el esquiador alpino con más apariciones en Juegos Olímpicos. También, el atleta
invernal con más tiempo entre su primera y última competencia olímpica: 30
años. Y el esquiador alpino más viejo en una competición olímpica. El que no
haya ganado nada en competencia es lo de menos.
Hubertus von Hohenlohe Fürstenberg desciende de
la más rancia nobleza europea, por ambas ramas, pero nació en la Ciudad de
México, donde su padre administraba la fábrica de Volkswagen. Cuando tenía
cuatro años de edad, su familia se mudó a España, y luego a Austria, donde
Hubertus estudió y desarrolló su gusto por el esquí alpino.
Aunque era un buen esquiador, y llegó a obtener
un 5° lugar en la prueba combinada de Madonna del Campiglio, dentro de la serie
mundial de 1981, nunca tuvo oportunidad de ser parte del fuerte equipo
austriaco. Lo que hizo fue ayudar a crear la Federación Mexicana de Ski. Eso le
permitió participar, como único integrante mexicano, en los juegos de Sarajevo
84, donde obtuvo el lugar 26 en el slalom, entre 103 participantes. Esa misma
posición, la 26, es la mejor que había logrado dos años atrás Von Hohenlohe en
el Campeonato Mundial -y que no repetiría en las siguientes 18 ocasiones en las
que participó.
En su primera participación olímpica, Hubertus
tenía 25 años. La leyenda se desarrollaría posteriormente. Volvió a competir en
Calgary 88 (su mejor posición, 30° en el slalom), en Albertville 92 (llegó en
el lugar 36 en la combinada) y Lillehammer 94 (lugar 48 en el descenso libre). En
el camino, se dedicó a la fotografía (“fotógrafo de calle sin calle”, se autodefine)
y le dio por convertirse en cantante pop, primero con su nombre y luego como
Andy Himalaya y como You Know Who. Como esquiador se puso él mismo el mote de “Desastre
Real”. Se creó un personaje y se hizo una figura en el mundillo del esquí
alpino y alrededores del jet set.
Para las citas olímpicas de 1998 y 2006, no
hubo delegación mexicana a los Juegos Olímpicos Invernales, y Von Hohenlohe no
fue incluido en la de 2002. Pero volvería como único representante nacional en Vancouver
2010, a los 51 años de edad, para terminar en el lugar 46 en el slalom y 78 en
el slalom gigante. Eso no sería todo, porque Hohenlohe, además de deportista,
fotógrafo, cantante, animador de fiestas y publicista, también es diseñador, y
para Sochi 2014 diseñó su propio traje de esquí, al estilo mariachi. Compitió
sólo en slalom -al cabo ya tenía 55 años-, cayó y no terminó la prueba. Su
última participación en el circuito profesional fue a los 62 años, en 2021,
donde terminó dando trompicones cuesta abajo. Y su última contribución olímpica
fue el diseño, tipo Día de Muertos, de los trajes de la delegación olímpica invernal
de México que le siguió, la de Pyongchang 2018.
Entre el glamour, la perseverancia y el relajo
de aprender a no tomarse en serio, Hubertus Von Hohenlohe se convirtió en una
leyenda invernal, porque nos recuerda que los olímpicos son también Juegos.