Mexicanos en GL. Abril 2018
Al término de la temporada 2016 en Grandes Ligas, dijimos
que era momento de un cambio generacional en los peloteros mexicanos. El primer
mes de la campaña 2018 nos dice que ese cambio ya está en curso. La sangre
nueva irrumpe en la Gran Carpa y va dejando atrás a la mayoría de los
veteranos, que hace años nos dieron muchas alegrías. De ahí el rimbombante
título de esta entrada. El poder del bate de Christian Villanueva, la variedad
de lanzamientos de Héctor Velázquez, el control de Víctor Arano, son el llamado
del futuro del beisbol mexicano allende la frontera.
Aquí el balance del contingente nacional en el primer mes de la contienda, ordenado de acuerdo con el desempeño de cada uno en la temporada (como siempre, incluimos a los paisanos que han jugado con México en el Clásico Mundial)
Christian Villanueva se ganó a pulso la titularidad en la tercera base de los Padres de San Diego y se ha convertido en un toletero espectacular. Dio muestras de ello el día que conectó tres jonrones en un juego (su selecta compañía mexicana en esto es un club exclusivo: Beto Ávila, Vinicio Castilla, Erubiel Durazo y Adrián González). Luego tuvo una racha de tres partidos en los que conectó un cuadrangular diario (y no fueron cuatro por un atrapadón de Chris Taylor) y llegó a encabezar las Mayores en OPS (que es el índice que mejor mide la efectividad de un bateador). Como fildeador no es precisamente Aurelio Rodríguez (lleva ya cuatro errores) y tiende a poncharse mucho. Difícilmente sus extraordinarios números de abril podrán extrapolarse para toda la campaña, pero es seguro que brillará en ella. Lleva .321 de porcentaje, con 8 cuadrangulares, 19 carreras producidas y un robo de base. Su OPS, de 1.103 es el cuarto mejor de todas las mayores.
Héctor Velázquez sabe hacer una cosa: sacar outs. Inició como cuarto abridor de los Medias Rojas de Boston, por las lesiones de Eduardo Rodríguez y Drew Pomeranz. Ganó sus dos juegos y, con la llegada de los titulares, pasó al relevo. Donde lo pongan funciona y, cosas de la vida, relevando dos salidas malitas de Rodríguez y Pomeranz se hizo de otras dos victorias (también porque los patirrojos fueron una máquina de buen bateo). Puede lanzar un inning, dos, tres, cuatro, los que le digan. Su variedad de lanzamientos hace particularmente difícil adivinarlo. En abril, marca de 4-0, un excelente 2.05 de efectividad (carreras limpias permitidas por cada nueve entradas lanzadas) y 15 rivales pasados por los strikes.
Roberto Osuna se convirtió en el lanzador más joven en llegar a cien salvamentos en las mayores. El taponero sinaloense de los Azulejos de Toronto inició el año con nueve apariciones seguidas sin permitir carrera, hasta que desperdició un rescate ante Boston. Lleva marca de 0-0, con 7 partidos salvados, 11 ponches y 2.19 de PCL.
Fernando Salas se ha convertido en una de las razones por las que los Diamantes de Arizona iniciaron tan bien la temporada. En el relevo intermedio ha estado normalmente intratable: lo normal es que, o mantiene la ventaja que le dejaron, o cuelga ceros y su equipo da la vuelta. Sólo en un par de ocasiones le han anotado. Sus numeritos: 3 ganados, 1 perdido, un hold (ventaja sostenida en situación de salvamento) y 1.56 de efectividad.
Víctor Arano coleccionó innings perfectos. Al inicio de la temporada lanzó 8 y un tercio sin que se le embasara un solo jugador (y el primero que se le embasó fue por error de fildeo), y para entonces –tomando en cuenta la campaña anterior- llevaba la friolera de 35 outs consecutivos. El sobrino del enorme Trespatines terminó el mes con 13 ponches en 12 innings, y un minúsculo 0.75 de porcentaje de carreras limpias. Lamentablemente, un tirón en el hombro lo mandó a la lista de lesionados comenzando mayo.
Joakim Soria quiere que a Roberto Osuna le cueste trabajo alcanzarlo como máximo taponero mexicano de la historia. Ahora como cerrador de los Medias Blancas de Chicago se ha apuntado 4 rescates (el equipo es malito) y ha desperdiciado uno. El de Monclova tiene 2.19 de efectividad y 10 chocolates recetados.
Jorge De la Rosa ha sido otra de las piezas importantes de los Diamondbacks. En el relevo intermedio, el veterano ha podido controlar la situación (se le embasan alguito, pero se quedan suspirando sin anotar). Sólo una vez timbraron en su contra, y el zurdo regiomontano se llevó la derrota. Su marca de abril: 0-1, 4 holds, un excelente 0.96 de limpias y 6 ponches.
Adrián González acabó con los Mets de Nueva York y se pensó que, tras la pésima temporada de 2017, sus días ligamayoristas estaban contados. Tiene que hace una sesión diaria de terapia para la espalda para seguir jugando. Llegó con bajas expectativas, pero las ha superado, sin que ello signifique que sea el Titán de antes. Ha jugado la primera base contra pitchers derechos. Su guante sigue siendo exquisito, su poder sigue a la baja, y –sobre todo- sigue siendo un pelotero clutch. Pocos tablazos, pero al momento justo. Eso explica su línea de bateo: .227, 3 jonrones (incluido un Grand Slam) y 17 empujadas.
Jaime García, ahora con los Azulejos, no ha lanzado mal, pero tampoco bien. Cinco salidas, ninguna desastrosa, pero sólo una de calidad. 2 victorias, 2 derrotas, un poco agraciado PCL de 5.40 y 28 ponchados.
Luis Cessa, con los Yanquis, tras un par de actuaciones en el relevo, estuvo por abrir un juego (pero fue suspendido por lluvia), de ahí pasó a AAA y luego a la lista de lesionados. Efectividad de 4.50 y 5 pasados por los strikes.
Carlos Torres llegó a mitad de mes a los Nacionales de Washington (ya se sabe que cambia a cada rato de equipo). En ese lapso, ha lanzado pelota de 4.91, con 4 ponches.
Marco Estrada inició bien y se ha ido lentamente para abajo. El sonorense de los Azulejos tuvo dos salidas de calidad para iniciar la temporada 2018, y luego tres aperturas deficientes. Al hombre del gran cambio de velocidad le siguen pegando poco, pero cuando lo hacen a menudo le vuelan la barda. Sólo en una de sus apariciones –que perdió- no le conectaron jonrón. Lleva marca de 2-2, 6.00 de PCL y 23 sopas de pichón
Sergio Romo está en el bullpen de las Rayas de Tampa Bay y su desempeño ha sido desigual. Cuando estaba empujando para tirarle el puesto de cerrador al inconsistente Alex Colomé, le volvieron a pegar con gusto. Sus números: 5.59 de PCL, un hold, dos rescates desperdiciados y, eso sí, 14 chocolatotes a los bateadores rivales.
Miguel González obtuvo un buen contrato con los Medias Blancas, pero ha decepcionado. Tres salidas, tres palizas, una peor que la anterior. Al final de mes le diagnosticaron una lesión en el hombro (tal vez fue eso lo que afectó al Mariachi). Horribles números de abril: 0-3, 12.41 de limpias y sólo 5 ponches.
Alex Verdugo se integró a los Dodgers hacia finales de mes. La enfermería en la que se ha convertido ese equipo asegura que se quedará un rato. Le dio tiempo en abril para conectar 2 hits en 5 turnos al bat.
Yovani Gallardo fue dejado libre por los Cerveceros de Milwaukee, con los que había firmado, por su pésimo desempeño en la pretemporada. Lo rescataron los Rojos de Cincinnati, pero sólo para darse cuenta de que no trae nada en la pelota. Le pegaron con tubo al veterano michoacano y los Rojos lo despidieron. Sus números: 0-0, un impresionante, por lo feo, 30.86 de PCL y un par de ponchecitos.
Efrén Navarro es, a los 31 años, el típico pelotero de reemplazo. Esta vez estuvo un rato con los Cachorros de Chicago. Bateó un hit en 6 turnos (y se ponchó cuatro veces) antes de regresar a las Menores.
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