Mexicanos en GL. Junio 2017
Dice T.S. Eliot que abril es el mes más cruel. En el caso de
los beisbolistas mexicanos en Grandes Ligas ha sido este junio. De lejos, el
peor en muchos años: mensis horribilis.
Los abridores estuvieron del nabo, Adrián González fue al quirófano, al joven
Urías le fue todavía peor y, para colmo, el único pelotero nacional que destacó
a lo grande, Roberto Osuna, dejó de jugar varios días por un problema mental de
ansiedad.
Roberto Osuna estuvo intratable en junio, sólo aceptó una carrera en 12 apariciones en el montículo y obtuvo salvamento en todas las oportunidades que tuvo. Su problema ha sido mental, y fuera del diamante. Declaró que fuera del campo se ha sentido “ansioso y perdido”. De hecho, es posible que su excepcional desempeño esté ligado a su situación mental. Los Azulejos de Toronto deben cuidar la joya que tienen, y darle el tratamiento que necesita. En el año lleva 2-0, con 19 rescates y 2.25 de efectividad (carreras limpias admitidas por cada 9 innings lanzados); tiene 44 ponches y ha otorgado, frente a ellos, sólo 3 bases por bolas.
Joakim Soria tuvo un junio aceptable, como preparador de cierre con los Reales de Kansas City. Incluso se llevó dos victorias (una totalmente rapiñada, porque falló en el relevo). El de Monclova tiene 4 ganados, 2 perdidos, 11 holds (ventajas sostenidas en situación de rescate), 3.44 de carreras limpias y 46 chocolates recetados.
Jorge De la Rosa sigue funcionando bien en el bullpen de los Diamondbacks, aunque Fernando Rodney haya mejorado y se aferre al puesto de cerrador. El de Monterrey lleva en la temporada marca de 3-1, 3.77 de limpias, 9 holds y 26 ponches.
Oliver Pérez tuvo un junio casi perfecto, en el que mejoró mucho sus números y además se llevó el tercer salvamento de su carrera. El especialista zurdo de los Nacionales de Washington tiene en el año PCL de 3.78, 7 holds y 21 ponches. No lleva decisión.
Marco Estrada no estuvo mal, sino pésimo durante junio. Sólo una de sus 6 aperturas fue de calidad (menos de 3 carreras limpias con 6 entradas lanzadas, o más). En el mes perdió 4 juegos, sin ganar ninguno y tuvo un horrendo 9.11 de limpias. A uno de los lanzadores a los que menos le pegan le batearon .353 en el mes. Bajó sus números a 4 ganados, 6 perdidos, 4.86 de efectividad y 105 ponches. Si los Azulejos consideran que no tienen con qué pelear su división, Marco sería moneda de cambio y podría cambiar equipo.
Jaime García tuvo 2 salidas de calidad, entre sus cinco aperturas de mayo, pero ambas las perdió… y cuando se equipo batea, el tamaulipeco no anda fino. Hace rato que perdió su knack ponchador. En la temporada: 2-6, 4.35 de PCL y 69 rivales pasados por los strikes.
Héctor Velázquez fue de nuevo llamado al equipo grande de Boston, y esta vez no desentonó. Tuvo un excelente relevo largo para llevarse su primera victoria en grandes ligas y luego tuvo una apertura decente, que pudo haber ganado, pero en la que lo sacaron con dos outs en la quinta entrada. Se pensaba que se quedaría otro rato en la rotación de los patirrojos, pero decidieron contratar a un veterano para esa posición y Héctor regresó a AAA. Uno pensaría que es porque no lanza la pelota a 100 millas por hora (aunque sus lanzamientos engañosos pueden con todo). En la temporada: 1-1, 9 ponches, 5.27 de efectividad.
Carlos Torres cumple correctamente en el relevo de Milwaukee, pero en junio estuvo menos efectivo que en los meses anteriores. El récord en el año: 4-4, 4.33 de limpias, 11 ventajas sostenidas y un salvado, junto con 35 sopitas de pichón.
Luis Cessa regresó de AAA a la rotación de los Yanquis, tras la lesión de C.C. Sabathia. Sin haber lanzado muy mal, el veracruzano acumuló derrotas. En la campaña: 0-3, 5.42 de efectividad y 14 ponchecitos.
Sergio Romo tiene una campaña de altibajos en un equipo que ha tenido puras alzas Dejó su lugar como preparador de cierre de los Dodgers y lo han enviado al relevo medio: lleva 7 holds, marca de 1-1 y 6.20 de PCL.
Miguel González fue un desastre en junio. Le metieron 18 carreras (15 limpias) en menos de 16 entradas. Obviamente, perdió sus 3 aperturas. El Mariachi fue enviado a la lista de lesionados, y es posible que haya querido pitchear por encima de una lesión. En lo que va de la temporada: 4-8, 5.15 de efectividad y 45 rivales pasados por los strikes.
Adrián González jugó un ratito sólo para certificar que la lesión en la columna era más seria de lo que se pensaba. Tiene un disco herniado y ya le hicieron la epidural. No tiene fecha clara de regreso y los Dodgers, ahora con el novato Cody Bellinger pegando los jonrones que antes conectaba el tijuanense, no lo extrañan mucho. El Titán declaró que, si persisten las molestias, se retirará cuando termine su contrato, el año próximo. Su marca en 2017: .263 de porcentaje, un cuadrangular y 20 carreras producidas.
Julio Urías estaba en AAA, esperando su momento de regreso a la Gran Carpa cuando sintió un pinchazo en el hombro al hacer un lanzamiento. ¿El resultado? Una cápsula que tuvo que ser removida mediante operación que puede tener efectos colaterales (es la misma tras la cual Johann Santana nunca volvió a ser el mismo). La gran promesa zurda del pitcheo mexicano quedó fuera de acción entre 12 y 14 meses. Lo veremos, si acaso, tras el Juego de Estrellas del 2018. Deja sus números del año: 0-2, 5.40 de PCL y 11 ponchados.
Fernando Salas ha sido sinónimo de inconsistencia, como los Mets neoyorquinos para los que juega. Junio no fue la excepción. En el año 1-2 (y la victoria fue una rapiña absoluta), 11 ventajas sostenidas y efectividad (es un decir) de 6.31.
Yovani Gallardo dejó la rotación de los Marineros de Seattle, como habíamos previsto, y fue degradado al bullpen, tras tener sólo una de calidad, entre sus tres salidas de junio. Como relevista largo, el michoacano se apuntó el primer rescate de su carrera ligamayorista, pero no lo utilizan mucho. Sus números: 3-7, 6.06, 58 ponches y un juego salvado.
Giovanny Gallegos ha ido y venido de AAA, y los Yanquis lo usaron preferentemente para trapear innings (lanzar en juegos muy abierto) hasta que se decidieron a regresarlo a ligas menores. En 2017 lleva 0-1, 7.15 de PCL y 11 ponches.
Vidal Nuño ha tenido suerte parecida a la de Gallegos, pero con los Orioles y con peores números. Volvió al equipo grande e igual está de regreso en AAA: 0-1, 10.43 de limpias y 13 chocolatines.
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