Ambos corrían descalzos para ir a la escuela. Muchos
kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. Ambos fueron policías y medallistas
olímpicos. Pero a partir de ahí, la historia varía…
Amos Biwott sorprendió a todos en México 68. Era un
atleta keniano desconocido, que corría sin técnica, pero con gran velocidad los
3 mil metros steeplechase. De hecho, no era su prueba: falló para calificar en
la escuadra de su país en los 10 mil metros. Biwott libraba las vallas de
manera peculiar, sobre todo la fosa, donde se paraba en el obstáculo y desde
ahí saltaba para librar el agua, creando todavía más asombro en el público. Con
un cierre espectacular, el único atleta con los pies secos se llevó el oro. Sería el primer oro olímpico de Kenia
en esa prueba. El primero de muchos, porque –a menos que haya boicoteado unos juegos-
la nación africana desde entonces se queda con el máximo laurel en el
steeplechase.
Biwott recibió por su victoria una beca para
terminar la secundaria y un apoyo de un dólar diario para el resto de su vida.
Un dólar. No calificó a los siguientes juegos, los de Munich 72 y se retiró
poco después. Luego se hizo policía y terminó en la cárcel, acusado de robo. De
ahí pasó a ser vigilante en un Parque Nacional y, más tarde, campesino de
subsistencia. Siembra maíz y tiene cuatro vacas. Se queja amargamente de su
gobierno, de su comité olímpico y de su pobreza. No tiene ni para ir al estadio
a ver alguna competencia atlética.
Kipchoge Keino es contemporáneo de Biwott y también
era policía en Kenia. Pero él sí era conocido al llegar a México: había roto
los récords mundiales de 3 mil y 5 mil metros. En México 68 compitió en los
1500, en los 5 mil metros y en los 10 mil. En esta última competencia, iba
adelante faltando tres vueltas cuando un tremendo dolor en el riñón lo sacó de
la pista. Tenía una piedra, que le extirparon después de los Juegos.
Aún en esa condición, corrió los 1500, pero el
autobús que lo llevaba a la final se atascó en el tráfico de la Ciudad de
México, así que Kipchoge se bajó y corrió hasta el estadio para llegar a tiempo.
Y se llevó el oro, derrotando al favorito Jim Ryun y estableciendo récord
mundial. En los 5 mil, haciendo equipo con Neftalí Temu, pudo superar al
mexicano Juanito Martínez, pero no al marroquí Mohammed Gamoundi, y se quedó
con la plata.
Keino regresaría para Munich 72. Allí se convirtió
en el sucesor de Biwott, al ganar la medalla de oro en los 3 mil steeplechase. Y
obtuvo la plata en los 1500.
De regreso en su país, el oficial Keino se retiró y
compró una granja. Empezó a aceptar huérfanos. Dos. Luego fueron seis. Luego diez.
Aquello se convirtió en la Casa Infantil Kip Keino. Muchos de los niños se
convirtieron después en doctores y empresarios. Kaino recibió doctorados Honoris
Causa y está en el Salón de la Fama del Atletismo. Puso una fundación con la que construyó una
escuela para 300 niños y preside el Comité Olímpico de Kenia.