miércoles, octubre 01, 2014

El campeón productor (y los otros)



Mexicanos en GL. 2014

Culminó la temporada regular de Grandes Ligas y, como en años anteriores, después de varias vueltas, los peloteros mexicanos terminan acomodándose aproximadamente en los mismos lugares. De muy pocos se puede decir que hayan tenido un año diferente este 2004. Eso significa que uno de ellos, Adrián González, destaca notablemente sobre el resto.

Adicionalmente, el Titán tijuanense fue el máximo productor de carreras de las Ligas Mayores, con 116. Obtener una corona ofensiva en el beisbol más competitivo del mundo es algo que sólo habían logrado, antes de Adrián, Beto Ávila, en porcentaje (1954) y Vinicio Castilla, también en producidas de la Liga Nacional (2004).

Aquí el seguimiento del contingente nacional, de acuerdo con el desempeño acumulado en la temporada (como siempre, incluimos a los paisanos que han jugado con México en el Clásico Mundial) 

Adrián González tuvo un septiembre de slugger, con 8 cuadrangulares, 25 producidas y un porcentaje de bateo no muy alto. Como de costumbre, empezó caliente, se enfrió en mayo y junio, para luego tener una extraordinaria segunda mitad de temporada. En el año bateó para .273, un porcentaje por debajo de su promedio histórico (debido, principalmente a que este año no le bateó bien a los lanzadores zurdos), con una cantidad decente de jonrones (27) y las 116 producidas que le dieron el título. Esa capacidad productora, más relevante en un año dominado por el pitcheo, se debe, en parte, a que sus compañeros le dieron bastantes oportunidades de impulsarlos a jom (y ganó tranquilamente una carrera por la corona que parecía parejera, cuando un bolazo en la cara mandó al quirófano a Giancarlo Stanton). En el fildeo, si hay justicia, Adrián debe ganar el guante de oro para la primera base. Otro gran año para el de los Dodgers.

Miguel González hubiera sido el lanzador número 13 de efectividad en la Liga Americana si hubiera lanzado tres entradas más (si no hubiera tenido dos breves viajes a las menores en el año). El Mariachi de los Orioles tuvo un PCL (carreras limpias admitidas por 9 entradas lanzadas) de sólo 2.19 después del Juego de Estrellas. 15 de sus 26 salidas fueron de calidad (duraron 6 o más entradas, con 3 o menos carreras limpias admitidas).  Terminó la campaña regular con marca de 10-9, 3.23 de carreras limpias y 111 ponchados.

Sergio Romo, a pesar de que perdió el puesto de cerrador de los Gigantes de San Francisco, por un pésimo mes de junio, termina con buenos números. En el año, su marca es de 5-4, 24 juegos salvados en 29 oportunidades, 11 holds (ventajas sostenidas en situación de salvamento) y 59 ponches, con 3.72 de carreras limpias.

Joakim Soria inició el año como efectivo cerrador de los coleros Rangers de Texas; los Tigres de Detroit, que lo querían para reforzar su bullpen en pos del campeonato de su división, se lo llevaron… y ahí se encontró de nuevo detrás de Joe Nathan. No pudo pelearle la competencia de la última entrada a causa de una lesión que lo relegó un mes. Su marca en 2014: 2-4, 3.25 de efectividad, 18 salvados (17 de ellos con los Rangers), 48 ponches y un hold. Recordemos que cada salvamento de Soria constituye un nuevo récord para mexicanos. El de Monclova lleva 178 en su carrera ligamayorista.

Yovani Gallardo, en términos estrictos de efectividad, la de 2014 ha sido la mejor campaña completa de su carrera. Terminó recibiendo 3.51 carreras limpias por cada 9 entradas lanzadas. Si vemos su temporada desde la perspectiva de ganados y perdidos, fue de las malitas: 8 victorias y 11 derrotas. Esto se debe al poco apoyo ofensivo que se lo tocó en suerte (su compañero de equipo Wily Peralta, con 3.53 de PCL, ganó 17 juegos y perdió 11). El michoacano tuvo 32 salidas, de las cuales 20 fueron de calidad. En el camino, Gallardo llegó a las 81 victorias en su carrera, con lo que superó a Rodrigo López en el quinto lugar entre los lanzadores mexicanos. También se convirtió en el máximo ponchador en la historia de los Cerveceros de Milwaukee (este año recetó 146 chocolatotes), que no dudaron en renovarle su contrato: 13 millones de dólares para el próximo año.  

Jorge De la Rosa, el extraño pitcher que domina el Coors Field (y que, por tanto, es el único abridor confiable de los Rockies de Colorado, quienes lo contrataron por 25 millones de dólares para los próximos dos años), terminó la temporada con 14-11 y llegó al doble dígito de victorias por cuarta ocasión en su carrera. 21 de las 32 aperturas del zurdo neoleonés fueron de calidad. Su PCL fue de 4.11 y ponchó a 139 rivales.

Fernando Salas, bajita la mano, fue una de las claves del gran año de los Angelinos de LA, una garantía en el relevo intermedio. A pesar de no haber cerrado a tambor batiente la campaña, el de Huatabampo culminó con  5 ganados – 0 perdidos, 3.38 de efectividad, 8 holds y 61 ponches.

Oliver Pérez es el ejemplo exitoso de una estrategia cada vez más común en las Mayores: la reconversión de abridores en crisis en relevistas exitosos. En su tercer año como especialista zurdo, ahora con Diamantes de Arizona, el de Culiacán volvió a ser efectivo. Ganó 3, perdió 4, tuvo 15 holds, 2.91 de efectividad y mejoró todavía más su capacidad ponchadora: se escabechó a 76 en sólo 58 entradas lanzadas. El 20 de septiembre logró algo insólito: ponchó a 4 en un solo inning (uno de los ponchados se le embasó en wild pitch). Es el primero del equipo de Arizona que lo logra (y, que yo sepa, el primer mexicano).

Marco Estrada empezó en la rotación de Milwaukee y se pasó la segunda mitad de la temporada en el bullpen. La democión fue porque aceptaba demasiados jonrones (de hecho, terminó liderando las mayores en ese negativo departamento). En el relevo, empezó trapeando innings, luego se asentó y fue utilizado en juegos cerrados. Su campaña: 7-6, 4.36 y 127 ponchados.

Jaime García no acaba de reponer su hombro, que no se arregla desde mediados de la temporada de 2012. Como aquel entonces, y como el año pasado, lanzó unos cuantos juegos (7 aperturas, 5 de ellas de calidad) antes de volver a la lista de lesionados, con problemas de siempre. Su temporada para los Cardenales: 3-1, 4.12 de efectividad y 39 ponches

César Ramos pasó el año en el relevo intermedio de Tampa, fue utilizado normalmente en situaciones de poca tensión (“trapeo de innings) Su récord en el año, 2-6,  efectividad de 3.70, 2 holds  y 66 ponchados.

Ramiro Peña pudo ser titular en la intermedia de los Bravos, tras el fiasco anunciado de Dan Uggla. Cayó en el bateo en el momento de pelear por el puesto, y lo perdió con el novato LaStella. Al menos terminó bastante por encima de la Línea Mendoza (algo necesario para un buen fildeador como el de Monterrey). En el año: .245, 3 jonrones, 9 producidas y una base robada.

Scott Hairston fue usado poco por los Nacionales de Washington. El jardinero méxico-americano parece que va de salida. Bajteó.208, con un cuadrangular y 8 impulsadas.

Alfredo Aceves estuvo un rato de vuelta con los Yanquis, el equipo con el que llegó a Grandes Ligas. No duró mucho, y terminó suspendido, cuando estaba en AAA, por uso de “droga recreativa”. Luego lo corrieron. El año del Patón: 1-2, 6.52, un hold y 16 ponches.

Alí Solís
jugó un rato en junio, no volvió. El receptor no dio de hit en su corta estadía en las mayores (empujó una carrera).

A ver si el año próximo comentamos un debut de mexicano en Grandes Ligas, porque en 2014 no hubo.

1 comentario:

Francisco Moreno dijo...

Me encanta este seguimiento. Gracias por los datos y por tu blog.

Tengo entendido que Gallardo también ha tenido 4 ponches en un inning. Creo que fue en 2011. Habrá que corroborarlo...