viernes, noviembre 02, 2012

Seis años de calaveras

Hago calaveritas "literarias" desde hace años, con el seudónimo de Tamiahua. Aquí, una selección de las que he publicado en Crónica durante los últimos seis años. Van en orden cronológico.





Hugo Chávez

Estaba Chávez contento
(petrodólares contaba)
cuando le llegó la muerte
pa’ llevarlo a su morada

“!Erej muerte imperialista
al servicio del tal Bush!”,
gritó Chávez asustado
y ya en pose de avestruz.

La calaca, guapachosa,
se puso a bailar melao
y le dijo al pobre Hugo:
“Caballero, se ha espinao”.

George W. Bush

A Bush Junior alcanzó
la calaca muy hambrienta;
y el gringo se sorprendió
al verla tan harapienta.

“¿Tu quien ser? ¿Por qué venir?
¡Esta ser la Casa Blanca!
¡Yo mandar a mis guaruras
Y demostrarte quien manda!”

“Soy tu novia”, dijo Muerte,
“que me amas, lo has mostrado,
en Irak, Beirut en llamas, y
adonde al Army has mandado”.

“Y me ves llena de harapos,
tan jodida, te aseguro,
porque vine de mojada
y tuve que saltar tu muro”

George ya nada pudo hacer;
su novia gran beso le dio
le chupó el último aliento
y al infierno lo envió.


José Cristóbal Quirino


Murió Cristóbal Quirino
en Pátzcuaro ya lo velan
con los cantos se consuelan
entre olores copalinos.

“Ese nunca se hizo maje”,
dice un deudo muy dolido
“fue campeón de canotaje.
¿Dónde estará el ser querido?”

Más allá del horizonte
está su destino final:
le hará la chamba a Caronte
en boga de eternidad.


Roberto Madrazo

Aún estaba caliente
el cadáver de Roberto
y él ya tenía su tridente
con dos segundos de muerto.

Si cuesta tanto trabajo
cruzar el río de la muerte,
y si es un gran relajo
llegar al infierno inerte,
¿Cómo le hizo Madrazo?
No fue pura buena suerte
sino que tomó el atajo.

Zhenli Ye Gon

Cuando cargaban un barco
con pura pseudoefedrina,
llegó la muerte catrina
a llevarse al chino narco.

Zhenli, al verla, asustado,
exclamó desesperado:
“Molilme, Palca, no quielo,
felpal me da mucho mello”.

La Flaca, sin más desgaste,
dijo –sonrisa de hielo-:
“Chinito, ya te flegaste,
ola coopelas… y cuello”.


El entierro de Felipe

Es Felipe Calderón
el que yace en esa caja
con presidencial mortaja
va derechito al panteón

¿De qué murió? Pues les digo
que al parecer se espinó
 y que un yunque lo aplastó.
Lo victimó fuego amigo.

Cuanto todos se persignan
pa’ sepultar al finado
que se escucha una consigna
que El Peje se había inventado.

No creía que Calderón
muerto y bien muerto estaba,
e indignado reclamaba
una nueva votación.

¿Qué decía la muletilla?
(da pena pensar en eso):
“Hueso por hueso /
Costilla por costilla”

Marcelo en el infierno

Sin poder ya celebrar
cumpleaños de gobierno,
el carnal Marcelo Ebrard
se fue directo al averno.

En el infierno encontró
pobres diablos a millones,
ambulantes a montones,
rateros y mordelones.
Como en casa se sintió.

Había un aire irrespirable,
todo el lugar olía a azufre,
un tráfico inescapable
para el ánima que sufre.

¿Es que eso puede empeorar?
Satanás dijo: “eso quiero”,
y ordenó, sin más dudar,
que gobernara Marcelo


Paola Espinosa

Palmó Paola Espinosa
tras un clavado mortal,
sí guardó la vertical
pero cayó como losa.

La culpa fue de la fosa
Que de clavados no era;
¡Pobre de Paola hermosa!
Era fosa panteonera.

Sven Goran Eriksson

Le platicaron a Sven
que México era un edén,
mas Eriksson no sabía
que aquí a la muerte hallaría

La Calaca confesó:
“Soy fanática del Tri,
ya no quiero verlo así.
¡Su juego es muy aburrido,
ni parece que están vivos!”…
y al sueco se escabechó.


Marcelo Ebrard

Ya murió el carnal Marcelo.
Por una grieta cayó
allá por Iztapalapa
se lo tragó el agujero
Llegó a fétidas regiones
de donde nadie se escapa
(es que el Drenaje Profundo
es umbral del inframundo)

Dicen que tranquilo está:
que ya no tiene tensiones,
que en el Averno no hay
tráfico o manifestaciones.


Barack Obama

Cuando a pocos días estaba
de festejar su victoria
llegó la Parca malvada:
le quitó a Barack la gloria.

Cuando mustio acompañaba
a la muerte el pobre Obama
y se empinaba a la fosa,
se dio cuenta de una cosa:
¡Blanca calaca inhumana…
con carnet… republicana!

Agustín Carstens

Agustín Carstens murió.
Los médicos no deciden
qué fue lo que lo mató
y pa’ nada que coinciden.
Unos creen que “un catarrito”;
otros, que la indigestión.

El catarrito devino
en tremenda pulmonía
y con frenón asesino
deshizo la economía.

La indigestión, con impuestos
de IEPS, ISR e IVA
también tuvo un fin funesto:
sólo el dólar fue p’arriba

Agustín nomás no entraba
en una caja muy chica,
pero el diablo economista
solución le dio a la traba:
“Esto es igual que el garlito,
de la reforma fiscal:
todo cabe en un jarrito
sabiéndolo acomodar”

Silvio Berlusconi

Al cavaliere rampante
que Italia mal gobernaba
la calaca le echó el guante
cuando a jueces sobornaba.

Entre fiestas y velinas,
como emperador romano,
tenía la Bota en la mano.

No sabía que la Catrina
odia tanta presunción…
y que lo manda al panteón.


Manuel Camacho

Al pobre Manuel Camacho
la muerte de dio su abacho
y le dijo: “Ay muchacho,
¿Por qué siempre has sido gacho?
Te lo digo sin empacho:
¿Qué es eso del FAP, a lo macho,
si no unes medio cacho?
¿Tú de izquierda? Ni un pizcacho.
¡Ex salinista, caracho!,
y por eso te despacho”.

Chicharito Hernández

Ya se murió el Chicharito,
que tantos goles metiera,
lo cubre el polvo bendito
de las tierras panteoneras.

Mucho lo llora la gente
de Manchester y mexicana.
(Por complacer a un agente,
a cambio de buena lana
la encanijada Pelona
mandó al Chícharo a la lona)

Cuanto no será el espanto.
¡El vil agente era El Vasco!
Querrá repetir el fiasco 
y alinear al Guille Franco

Mario Vargas Llosa

Ya se murió Vargas Llosa.
También el Escribidor,
Zavalita, el Hablador,
van para la misma fosa.

Van Antonio Consejero,
el Ambrosio, Cayo Mierda,
y Palomino Molero,
Fushía y Anselmo en la selva…

Caen El Jaguar y El Esclavo,
Panta, Pochita, Pichula,
Don Rigoberto, Tía Julia,
y también María Cuadrado.

En la sombra sepulcral,
Mayta, Lituma, el Chivo,
la triste Urania Cabral,
la radiografía del mal,
del fanático obsesivo
y del sabio amor carnal.

Muertos están, mas reviven,
los personajes y autor;
vuelven con cada lector,
nacer mil veces consiguen.


Felipe Calderón

Ya bien muerto y enterrado
estaba el Presi en su caja;
muy tranquilo en su mortaja
no se dio por enterado.

“¡Estoy muy vivo!”, decía,
“y al mando de la nación”.
Pobrecito, repetía:
“¡Es cosa de percepción!”.

Ernesto Cordero

Murió Ernesto Cordero,
pero no se fue pa’l cielo.
Al Averno fue a parar,
tuvo cita con Satán.

Le pregunta, preocupado:
“¿Qué pecado cometí?
No sé por qué estoy aquí”.
Y el Chamuco, muy taimado:
“Pues soberbia… y avaricia
(y un poquito de estulticia)”.

“Tu castigo será eterno,
muy difícil, como ves:
vivirás en este infierno
con 6 mil pesos al mes”.

El Canelo y JC Junior

El Canelo y Chávez Junior
se paseaban, valentones,
presumiendo cinturones
que dicen “Campeón del Mundo”

Con la Flaca se dan tope
y ésta les grita indignada:
“¡Sólo le ganan a bofes,
se los llevó la fregada!”.

A los dos –qué gran bochorno-
les dio eterno cloroformo


Adrián González

La muerte se llevó a Adrián
que tantos hits conectara,
no le importó el qué dirán
ni su fama o lana o nada.

El reclamo de los fans
a la Flaca no hizo mella:
“Esos Red Sox eran flans,
y ese Titán, de grosella”.

AMLO

El Peje se enamoró
de una vistosa Morena,
y como estaba tan buena
al sol azteca dejó.

Cuando de paseo la saca
algo muy extraño ocurre:
esa morena se escurre
y se convierte en calaca

"Ejto é un compló del PRIÁN,
del IFE, el TRIFE y Satán",
exclamó el Peje enojado
y también algo asustado.

La morena descarnada
le respondió con voz crítica:
"Soy cenizas, polvo, nada,
y soy tu muerte política"



Enrique Peña Nieto

Enrique Peña murió
sin llegar a Presidente
y, por si tienen pendiente,
esto después le pasó:

Llegó a las puertas del cielo
y se encontró con San Pedro
quien le puso dura prueba
para su vida postrera:

"Un breve interrogatorio
de una pregunta toral
me define si usted va 
a cielo, infierno o purgatorio:
los tres libros diga usted
que más marcaron su vida".

Con la mirada perdida,
Enrique al limbo se fue.


Sergio "Checo" Pérez

Hecho la mocha iba Checo
y su auto aceleraba
cuando vio por el espejo
que la muerte lo acechaba

Tras observar el reflejo
de neumáticos de fuego
Checo suspiró aliviado:
no era Pastor Maldonado.

La muerte le dio un cerrón
para hacer su mala obra;
Sergio, con hábil maniobra
en la curva la esquivó.

Checo no cabía en sí
y empezaba a festejar...
cuando -saliendo de pits-
Pastor lo vino a chocar.


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