martes, noviembre 20, 2012
El robo del medallón (minicuento)
El ladronzuelo sale de la tienda donde acaba de comprar cigarros. Atisba el panorama. Ubica a una mujer muy alta en el arroyo; ha bajado de la banqueta, debe estar esperando un taxi o un camión. Tiene bien apretada la bolsa de mano, pero le cuelga libremente en el pecho una brillante cadena dorada.
El muchacho esboza una rapidísima sonrisa, se sube a su motocicleta, arranca, baja a la calle, acelera, jala con fuerza y precisión la cadena. La rompe. La mujer se dobla y lanza un grito seco.
Él ya dio la vuelta en la esquina. Voltea un instante a ver su botín, qué extraño grabado. En eso se da cuenta de que va en sentido contrario y un auto está por impactarlo. Hace una maniobra para esquivarlo, pero termina estampado en un poste. La moto, deshecha.
Escucha entonces un resuelto taconeo que viene hacia él. Es el mujerón, que se le planta enfrente y le dice con voz muy grave:
-Gracias, me arrancaste el medallón mágico que me obligaba a andar de travesti. Puedes quedártelo.
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