jueves, febrero 16, 2012

Glorias olímpicas: Sawao Kato


Hubo una época en la que los japoneses eran los reyes de la gimnasia olímpica masculina. Fue una pléyade de grandes deportistas, que dieron su nombre a muchos de los principales elementos de esta disciplina: Endo, Tsukahara, Kasamatsu. El más grande de ellos, Sawao Kato, es también el máximo medallista olímpico de Japón, con 8 medallas de oro, 3 de plata y una de bronce.

Era la época en la que la gimnasia era, sobre todo, expresión de gracia, elegancia y originalidad; en la que una presentación estética, emocionante y bien llevada abría la puerta al triunfo. Después llegarían los soviéticos, y sus exhibiciones de estabilidad y fuerza. Ahora es tiempo de los chinos, donde lo que más importa es la dificultad de la ejecución.

Sawao Kato era un niño estudioso y disciplinado, al que le interesaban poco los deportes. Pero en el gimnasio se enamoró de la barra fija, y se dedicó a ella con la misma ética de trabajo que aplicaba a sus estudios. De inmediato los profesores notaron que estaban frente a alguien que combinaba el talento natural con la dedicación extrema.

El máximo exponente de la escuela del virtuosismo, hizo su debut olímpico en México 1968, y peleó el oro all-around con otro grande de la gimnasia, Mijail Voronin, hasta llevárselo al final, con un extraordinario 9.9 en el ejercicio a manos libres. Kato encabezó al equipo japonés que obtuvo el oro colectivo (donde también estaba su hermano Takashi) y asimismo subió a lo más alto del podio en la prueba de manos libres, se llevó el bronce en anillos y hubiera logrado más, de no ser por una lesión en el tendón de Aquiles, que llegó a poner en peligro su carrera deportiva.

En Munich 72, Kato repitió como líder del equipo campeón, obtuvo el oro individual, y también en las barras paralelas; se quedó con la plata en caballo con arzones y barra fija.

Finalmente, en Montreal 76, volvió a ser el gimnasta japonés mejor calificado en el equipo que obtuvo el oro y también ganó en las paralelas, pero fue derrotado, en cerrada lid (apenas un punto), por Nikolai Andrianov y tuvo que conformarse con la plata all-around. Iniciaba la era del dominio soviético de la gimnasia masculina.

Como se puede ver, Kato no era un especialista, sino un gimnasta completo. Prueba de su versatilidad es que sólo en salto de caballo se le escapó una medalla olímpica. Se caracterizaba por tener ejecuciones limpísimas, con gran expansión y por algunas innovaciones sorprendentes, más que por trabajar con grados altísimos de dificultad. Es el último de los grandes gimnastas clásicos.

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