viernes, junio 28, 2024

Glorias olímpicas: Ramón Fonst

 

Cuba ha dado al mundo grandes deportistas. Pero si uno le pregunta a un cubano quién es el mejor de todos los tiempos, el primero que suele venirle a la mente es Ramón Fonst, el Nunca Segundo.

Ramón Fonst Segundo nació en La Habana, Capitanía General de Cuba, Reino de España, en 1883. Moriría en esa misma ciudad en 1959, ya habiendo triunfado la revolución castrista. En el interin, a punta de espada y de otras armas de la esgrima, fue el primer medallista olímpico latinoamericano, el primer campeón, el máximo medallista cubano de todos los tiempos (sólo puede ser empatado por Mijaín López, si éste gana en París 2024) y el más longevo campeón de esgrima del subcontinente.

En los Juegos de 1900, la esgrima fue el deporte en el que más atletas se inscribieron. Sólo en espada participaron 102 tiradores. Entre ellos, un jovencito de 16 años que hubo de derrotar a su padre para que éste lo dejara inscribirse en la justa. Ramón Fonst, aunque había crecido en Francia, decidió participar representando a su tierra natal, que para entonces apenas había alcanzado la independencia, pero estaba bajo el protectorado de Estados Unidos.

Larguirucho, zurdo, elegantísimo en el estilo, avanzó a través de las diferentes etapas, a pesar de que los jueces evidentemente favorecían a los competidores locales. Llegó a la fase final, cada uno de los últimos nueve tiradores tenía que enfrentarse a los otros ocho. El adolescente Fonst sólo perdió dos duelos y se coronó campeón olímpico. Posteriormente compitió en el campeonato que incluía a profesionales -fue una concesión que tuvo que hacer Pierre de Coubertin a los organizadores-: un round robin con duelos a un solo toque. Fonst perdió sólo uno, ante Albert Ayat. Suficiente para quedarse sólo con la plata.

Regresaría a competir en la siguiente cita olímpica. Saint Louis 1904. Lo hizo en florete individual, donde ganó el oro de manera invicta. También en espada, su especialidad, se llevó los máximos laureles. Y compitió en florete por equipos, una alineación constituída por dos cubanos (Fonst y Manuel Díaz) y un estadunidense, Albertson Van Zo Post. Este equipo derrotó en la final, por 7 combates a 2, a la selección de EU, y ocupó lo más alto del podio. El cuarto oro y la quinta medalla para el fuera de serie cubano.

Por distintas razones, Fonst tardaría un tiempo en volver a la cita olímpica. Entre ellas, la I Guerra Mundial. Durante la misma, el cubano hizo distintas exhibiciones: en una de ellas, derrotó a 100 rivales sin perder un solo punto. Hubo un torneo mundial y Fonst lo ganó en las tres armas: florete, espada y sable. No volvería a competir en unos Juegos Olímpicos hasta París 1924, cuando acababa de cumplir 41 años. Fue el abanderado de su delegación y compitió en espada. Pasó las dos primeras rondas perdiendo uno solo de los duelos, pero se quedó en la raya de conseguir otra medalla, al ser eliminado en la semifinal. Los espadachines cubanos, por su parte, cayeron en cuartos de final en la prueba por equipos.

No sería el final de la carrera deportiva de Fonst. Los primeros juegos deportivos regionales de la historia, los Juegos Centroamericanos y del Caribe serían otra marquesina. En los primeros, realizados en México 1926, el Nunca Segundo se llevó las tres medallas de oro individuales de la esgrima, y una más, por equipos, en florete. No se retiraría hasta Panamá 1938, en otros JCC, donde -con 55 años- Fonst todavía obtendría un oro y una plata por equipos, en espada y florete. Serían las medallas 124 y 125 de una carrera brillantísima. Como Fonst también practicó boxeo, ciclismo y tiro, resultaba natural que se convirtiera, años después, en presidente del Comité Olímpico Cubano. Una gloria olímpica que nunca se alejó del deporte.


jueves, junio 27, 2024

Elecciones europeas: los otros populismos


Entre el 6 y el 9 de junio, los ciudadanos de los 27 países de la Unión Europea eligieron a los nuevos miembros del Parlamento Europeo, y los resultados han alarmado a muchos. En parte es porque en los dos países más grandes hubo un avance notable de la extrema derecha; en parte porque, salvo excepciones, los partidos tradicionales han sufrido un varapalo y aparecen nuevos tipos exitosos de política populista.

Hay que decir, de entrada, que el Parlamento Europeo no tiene tanta capacidad de decisión; el sistema de la alianza está dominado por los burócratas que administran los grandes acuerdos. Los electores suelen estar conscientes de ello y, por lo tanto, escasea el llamado “voto útil”. En ese sentido, los resultados de estas elecciones sirven más para decirnos nos dicen más acerca de cómo piensan los europeos y menos sobre posibles resultados en próximas elecciones nacionales, donde cuentan otros factores.

Los datos señalan cuatro cosas a nivel agregado. Un desplome de liberales y verdes. Un avance del centro-derecha y la ultraderecha. Un estancamiento de las fuerzas socialdemócratas y de izquierda. La irrupción de partidos y personajes difícilmente clasificables, que obedecen por lo general a la lógica del populismo.

Los datos a nivel agregado esconden que hubo resultados muy diversos, según el país. Demos un vistazo a algunos.

En general, los partidos socialdemócratas aguantaron la oleada de la derecha, pero hay una excepción importantísima: Alemania. Ahí, el SPD, partido del todavía canciller, quedó en tercer lugar, con 14% del voto, dos puntos porcentuales debajo de Alternativa para Alemania (Afd), formación de ultraderecha nacionalista, anti-inmigrantes y euroescéptica. Las elecciones fueron ganadas por los democristianos, el partido que lideró Angela Merkel.

Lo más notable es que, si ponemos la votación en un mapa, los democristianos ganan en lo que fue la Alemania Occidental, y AfD lo hace en la antigua Alemania Oriental. Los pocos puntos rojos (del SPD) están en las grandes ciudades, Berlín incluida. Hay quien dice que esto se debe a que en la RDA nunca hubo desnazificación.

Quien tal vez ayude a explicar esta duda es un extraño partido nuevo: Alianza Sahra Wagenknecht (BSW, por sus siglas en alemán). Sahra Wagenknecht es la líder carismática de la agrupación, que obtuvo 6% del voto. BSW fue el tercer partido más votado en Alemania oriental, por encima de los socialdemócratas. Es una escisión de La Izquierda, harta de dos cosas: la parte progresiva de la agenda (ecologismo, derechos de la comunidad LGBTIQ+, apertura a los inmigrantes), pero insistente en la parte social (igualdad económica, mejores salarios). Durante años La Izquierda dominó en el este alemán, dando la impresión de que había un ala progresista en esa zona: lo que en realidad había era una nostalgia del viejo régimen autoritario, satélite de la Unión Soviética.

En Francia, hubo una victoria amplia de la coalición de ultraderecha liderada por el partido de Marine Le Pen y un desplome catastrófico de la alianza macronista, que apenas superó a la coalición socialdemócrata, que tuvo resultados respetables respecto al pasado inmediato. Tampoco le fue mal a la izquierda radical y populista de Melenchon, que obtuvo el cuarto lugar con 10%, mientras que el centro-derecha tradicional se vio reducido a la mínima expresión.

Ante los resultados, Macron decidió llamar a elecciones anticipadas. Parece ilógico después del batacazo. No lo es. Es posible que Le Pen y aliados de derecha, aún con la previsible defección de gaullistas hacia ellos, no alcancen la mayoría absoluta. En la miriada de partidos franceses, alcanzaron entre todos 44% de la votación en las elecciones europeas. Macron supone que, con distintas proporciones de los dos bloques, la próxima Asamblea Nacional no será tan diferente de la actual.

En Italia, lo que hubo esencialmente fue un reacomodo de los votos dentro de la coalición de derecha gobernante: Fratelli d’Italia, el partido de la canciller Meloni, crece a costas, sobre todo, de la Liga, que es rebasada también por Forza Italia. Gana los nacionalistas, pierden los regionalistas. En tanto, el socialdemócrata PD, escorándose a su izquierda, gana dos diputados y también le va bien a la Alianza Verde-Izquierda. Los perdedores son el viejo populismo del Movimiento 5 Estrellas y los partidos centristas y liberales.

Los patrones de la votación en España fueron claros: avance de la derecha, pero más del PP que de Vox; el PSOE que aguanta y la izquierda radical que sufre una devastadora derrota (en particular, Podemos). La novedad, que un nuevo partido populista de derecha, Se Acabó la Fiesta, guiado por Alvise Pérez, un activista de redes sociales, logró tres diputaciones. Ese partido se dice antisistema y anticorrupción, y se maneja sobre todo en la red, a través de la desinformación y las posverdades en su lucha contra “el Estado profundo”.

Hablando de redes, termino con un país pequeño, pero con una anécdota significativa. En Chipre, Phidias, un youtuber de 24 años, obtuvo 19% del voto y su escaño en el parlamento. Admite no tener claridad ideológica, que nunca antes había votado, que sabe poco de política y menos de la Unión Europea, pero que “ya no soportaba que los nerds de Bruselas sean los que mandan”. Obtuvo 40% del voto de los jóvenes chipriotas.


miércoles, junio 19, 2024

Leyendas olímpicas: Mo Farah

Hay infancias difíciles, y la de Mo Farah. Nacido en Somalia, en plena guerra civil, su padre murió por una bala perdida cuando el niño tenía cuatro años. Su madre, que tenía otros siete hijos, lo mandó con familiares a Djibouti y desde ahí lo enviaron a Gran Bretaña con documentos falsos. El nombre era el de otro niño: Mohammed Farah. Tenía 9 años. No llegó con los parientes lejanos que irían a recibirlo. En cambio, fue llevado a casa de una mujer, donde trabajó de sirviente desde una edad muy pequeña. Recordaba con nostalgia los días en Somalilandia cuando jugaba futbol con una pelota hecha de calcetines viejos envueltos en una bolsa de plástico.

Iba poco a la escuela, pero aun así, el maestro de educación física quedó impresionado por su capacidad en la carrera. El muchachito, en primero de secundaria, se atrevió a decirle al coach acerca de su situación. El maestro avisó a la escuela y a los servicios sociales, Mo fue rescatado y enviado con los parientes lejanos, que lo trataron bien. 

Inició a entrenar en serio, y destacó a nivel nacional. Lo suficiente como, ayudado por su mentor de la escuela, Alan Watkinson, para obtener la nacionalidad británica a los 17 años. Fue sexto lugar en los 5 mil metros planos en el Mundial de Osaka 2007 y pasó a vivir con unos corredores kenianos. Estos tenían una rutina: entrenar, comer, dormir, entrenar, comer, dormir. Para Mo, esto era demasiado: entrenaba, salía con amigos, jugaba videojuegos. En los olímpicos de Pekín 2008 terminó en el lugar 17 y no pasó a la final. Entonces decidió ir a Kenya con sus cuates y hacer exactamente lo mismo que ellos: entrenar, comer, dormir, entrenar.

Para los mundiales de Daegu, en 2011, ya era una corredor muy difícil de vencer: obtuvo oro en los 5 mil y plata en los 10 mil.  Estaban por venir los juegos de Londres, donde competiría como local. Decidió entrenarse con el famoso entrenador cubano-americano Alberto Salazar. 

En Londres 2012, se llevó el oro en los 10 mil metros, al parar el cronómetro en 27:30:42. Esa victoria le quitó la presión y corrió los 5 mil con mayor tranquilidad, para coronarse campeón olímpico en la distancia, con 13:41:66. Empezaba una era de dominio total.

En los Mundiales de Moscú 2013 repitió el doble-doble: campeón en los 5 y 10 mil metros. En 2015, en Pekín, repitió la hazaña. En el entretiempo había roto el récord europeo de los 1500 metros planos y corrido el medio maratón en menos de una hora. Era el superfavorito para Río 2016.

En Brasil no decepcionó.  Se llevó el oro en los 5 mil metros y, en la final de los 10 mil, fue tropezado por el estadunidense Gallen Rupp, se levantó, alcanzó al grupo y ganó en un cierre de alarido. Fue el primero en conseguir dos dobles-dobles olímpicos consecutivos en esas distancias, desde los inmortales Emil Zatopek en 1948-52 y Lasse Virén en 1972-76. 

2017 sería un año de claroscuros. Por un lado, se convirtió en tricampeón mundial consecutivo en los 10 mil metros, en la justa londinense. No pudo convertirse en tetracampeón en los 5 mil, porque obtuvo plata. También fue nombrado caballero por la corona británica. Pero por el otro lado, descubrieron una trama de dopaje en el grupo entrenado por Alberto Salazar. Farah siempre salió limpio de todas las pruebas antidoping; otros, no. Salazar fue suspendido por cuatro años.

Mo no intentó emular a Zatopek de 1952, quien también ganó el maratón olímpico en esos juegos, pero se decidió a intentar ganar la prueba para Tokio 2020. Pasó de la pista a la ruta. Lo hizo bien, llegando a ganar el maratón de Chicago de 2018 con un tiempo excelente de 2:05:11. Pero llegaron las lesiones, terminaba los maratones en buenos lugares, pero no se sentía capaz de llegar al podio olímpico.

En 2022, reveló ante la BBC que había sido víctima de tráfico de personas. Su nombre de nacimiento era Hussein Abdi Kahin, y había tenido miedo durante muchos años que, si se sabía, le hubieran despojado de su nacionalidad británica. Ahora estaba seguro de que no sería así, y le puso Hussein a uno de sus hijos. Meses después, anunció su retiro.


martes, junio 11, 2024

Glorias olímpicas: Krisztina Egerszegi


Krisztina Egerszegi es la nadadora más joven en obtener un oro olímpico. Es la segunda, tras Dawn Frazer, en conseguir tres preseas doradas en la misma prueba durante tres juegos olímpicos consecutivos. Es la máxima ganadora de medallas de oro individuales en la natación femenina. Es, además, uno de los casos más claros de talento natural para un deporte. Pareciera que Egerszegi estaba más en su elemento en el agua que sobre la tierra.

Aprendió a nadar a los cuatro años, cosa normal. Lo que no es normal es que a los cinco años ya llamara la atención del entrenador del equipo nacional húngaro, y que a los seis ya fuera alumna de uno de los coaches de elite de la nación magyar. A los doce, era parte de la selección mayor de su país. Se entrenó en los cuatro estilos, pero su fuerte, su natural, era el nado de dorso.

Se estrenó en los Juegos Olímpicos de Seúl 88, a los 14 años. Pesaba entonces 44 kilos, 20 menos que la rival más liviana. Aún así obtuvo el oro en los 200 metros espalda, rompiendo de paso el récord olímpico, y la plata en los 100 metros del mismo estilo. 

Tras ser doble campeona mundial en 1990, su siguiente cita olímpica fue en Barcelona 92. Ahí sería la reina de los juegos. Ganó tres medallas doradas: en los 100 y 200 dorso y en los 400 combinado individual, demostrando que no sólo era una especialista, sino una nadadora completísima.

No destacó en lo Mundiales de 1994 (si por no destacar se entiende ganar sólo una plata), y eso, en vez de empujarla al retiro, la llevó a retarse a sí misma para Atlanta 96. Repitió el oro en los 200 metros espalda y se llevó el bronce en los 400 combinados. Decidió no competir en los 100 metros dorso, pero curiosamente, el tiempo con el que abrió su nado en los cuatro estilos (precisamente es el nado de espalda) era suficiente para ganar el oro en la prueba en la que no se inscribió. De ese tamaño su dominio en la especialidad.

¿Cuál era el secreto de Krisztina? La referencia es que le encantaba entrenar, que no ponía reparos a las exigencias de su entrenador Laszlo Kiss, que le gustaba mucho estar en el agua. Que para ella no era una agonía, sino un gozo. Cuando se retiró, declaró que ahora nadaría por diversión: siempre lo hizo por gusto. Egerszegi es la mejor respuesta a la eterna pregunta: "¿Qué cuenta más, el talento o la disciplina?". Ninguno por sí solo es suficiente y cuando la combinación es al 100 por ciento, el resultado es la gloria olímpica. Hay un asteroide que tiene su nombre.




sábado, junio 01, 2024

Randy, sin azúcar


 Mexicanos en GL, mayo.

Han pasado dos meses de la campaña en Ligas Mayores y queda claro que será de luces y sombras para los peloteros mexicanos, con muchas sombras y poco espacio para medias tintas. Mientras Andrés Muñoz y Javier Assad destacan con el brazo, Jarren Durán lo hace con la velocidad e Isaac Paredes y Alex Verdugo lo hacen con el madero, otros han tenido un par de meses para el olvido, perdiendo la titularidad o siendo bajados a ligas menores. El caso más extraño es el de Randy Arozarena, considerado hasta el año pasado uno de los mejores jardineros izquierdos de la Gran Carpa, que ahora está tan irreconocible que hasta la chispa parece haber perdido. 

Aquí un breve análisis del contingente mexicano, ordenado de acuerdo a su desempeño a lo largo de la temporada (como siempre, incluimos a los paisanos que han representado a nuestro país en un torneo importante).

Andrés Muñoz. El tirafuego mochiteco está dando los frutos que esperaba la paciencia de los Marineros de Seattle. Es hoy uno de los cerradores de elite. Ayudado por una mejora en su control, tuvo un mayo excepcional, en el que ganó un juego, salvó 7, ponchó a 1.5 bateadores por entrada lanzada, le anotaron una carrera en 13 innings y, por supuesto, le batearon poquísimo: .152. En la temporada tiene marca de 2 ganados, 2 perdidos, 1.42 carreras limpias admitidas por cada 9 entradas lanzadas, 12 rescates, 3 holds (ventajas sostenidas en situación de salvamento) y 35 ponches.   

Isaac Paredes no estuvo tan jonronero en mayo como lo había estado en abril, pero igualmente sigue siendo el mejor bateador (y, en general, el mejor pelotero) de las Rayas de Tampa Bay. Durante años ha sido considerado un bateador de poder, más que de contacto. En 2024 ha sido diferente: batea para .294 y no ha sido cuestión de suerte (su BABIP es de .316). ¿Las razones? Esencialmente dos: una todavía mejor disciplina en el plato (se poncha sólo el 16 por ciento de la veces) y un mejor ángulo de su swing, que se traduce en más líneas y menos roletazos (sólo la tercera parte de las veces que lo sacan de out). En el año acompaña su porcentaje con 10 cuadrangulares, 32 carreras producidas y un OPS de .890, que lo colocan claramente entre los grandes toleteros de la liga.

Javier Assad ha continuado con sus buenas actuaciones. A diferencia de Muñoz, el tijuanense no depende de su velocidad, sino de la variedad de sus lanzamientos y de la colocación exacta, trabajando las esquinas de la zona de strike. Tras un sinker de 93 millas, viene una curva de 78 y el bateador se queda viendo visiones. Su estilo lo obliga a hacer muchos lanzamientos para sacar los outs (17 por entrada, en promedio), lo que complica que lance más de 6 innings por partido. En el mes tuvo sólo una mala salida: la única vez que le han anotado más de dos carreras limpias, y perdió. Su marca del año: 4-1, 2.27 de efectividad, 61 ponches y los rivales le batean para .211.

Alex Verdugo ha estado muy bien con el guante y, con el madero, está en la ruta para superar su marca de jonrones en una campaña. Ahora con los Yankees, el nacido en Arizona, pegó 4 palos de vuelta entera en mayo. Sus números en lo que va de la temporada: un decente, pero no presumible .256 de porcentaje, 8 cuadrangulares, 29 producidas, 28 anotadas, un robo de base y OPS de .748, que lo coloca entre los buenos bateadores. Como siempre, se poncha poquísimo. 

Jarren Durán vio disminuir en mayo tanto su porcentaje de bateo como su capacidad de robar bases (ya no está entre los líderes de las mayores). El jardinero de los Medias Rojas batea para .253, con 3 jonrones, 23 impulsadas y 32 anotadas. Se ha estafado 11 colchonetas y su OPS es de .744, muy similar al de Verdugo.

JoJo Romero se ha vuelto una pieza clave en el bullpen de los Cardenales y ya está siendo usado normalmente como preparador de cierre. Es quien mejor efectividad tiene en todo el roster de pitcheo del Birdos, con 1.30. Tiene marca de 2-0, lidera las Grandes Ligas en holds, con 18, se le embasa menos de un jugador por entrada y ha recetado 26 sopas de pichón.

Brennan Bernardino ha fungido como opener y como relevista intermedio de los Medias Rojas. El zurdo iene 2 ganados y 1 perdido, un minúsculo 0.78 de PCL, ha ponchado a 22 y tiene 2 holds en su cuenta de la temporada. 

Víctor González, tercer relevista zurdo consecutivo en esta lista, ha cumplido según lo esperado con los Yankees. El nayarita lleva marca de 2-1, dos salvamentos, 3.31 de efectividad, 2 holds y sólo 6 ponches. Le batean para un minúsculo .153. Su problema ha sido el control: da 5 pasaportes por cada 9 entradas lanzadas.

Manuel Rodríguez. al parecer, pasará el año en la puerta giratoria. Sus números, a primera vista, no lo justifican: 1-1, 2.79 de limpias, un hold y 9 ponches en el mismo número de entradas. Uno rasca un poquito más y ve que el yucateco, aunque ha solido salir de los atolladeros, no ha sido dominante: se le embasan por hit o base 1.55 jugadores por entrada y le batean para .282, Inicia junio en AAA.

Randy Arozarena. Para dar una idea del desastre que ha sido esta temporada para este superestrella, baste señalar que, entre los titulares indiscutibles, es el que peor porcentaje de bateo tiene: .158. Como tiene poder, hay otros dos peloteros titulares, solamente dos, que tienen peor OPS. El de Randy es .565, cuando ya .600 se considera muy bajito. ¿Qué ha pasado? Esencialmente, que ha estado persiguiendo la pelota con el bat: se ha ponchado el 29% de las ocasiones que se ha parado en la caja. Para colmo, ha tenido mala suerte: su BABIP de .186 indica que debería de tener un promedio no tan malo. En mayo estuvo ligeramente mejor que en abril, pero aún así es un Randy apagado, al que ya han bajado en el orden al bat y sentado alguna vez. Lleva 8 jonrones, 19 producidas y 7 bases robadas. En los jardines ha estado excelente, como siempre.

Joey Meneses mejoró notablemente su porcentaje en mayo, pero desde una base muy pobre. También ya supo lo que es volarse la barda. El sinaloense, sin embargo, está poco a poco perdiendo la titularidad indiscutible de los Nacionales: no fildea mucho, y un primera base debe tener mejores números con la majagua. En lo que va de la campaña: .245, 2 cuadrangulares, 26 producidas, 2 robos y un famélico OPS de .614.

Daniel Duarte. Para él, ya terminó la campaña, porque se sometió a una cirugía del hombro. Deja números buenos: 1-0, 2.25 de limpias y 3 ponchecitos.

Taijuan Walker tuvo una salida de calidad en mayo, pero en general el abridor de los Phillies ha estado muy poco efectivo. El bateo de Filadelfia esconde eso en el ramo de ganados y perdidos, con su marca de 3-1, pero viene acompañada de un mal PCL de 5.51 y la tendencia a que le peguen jonrones (6, en 32 entradas lanzadas) y le bateen en general (.302). Ha ponchado a 25.

Patrick Sandoval no tiene a su alrededor un equipo bueno que le esconda las malas aperturas. El resultado es que, a pesar de que 3 de sus 12 salidas han sido de calidad, lleva récord de 2-8 en ganados y perdidos. Su efectividad es de 5.34. Lo que se puede decir a su favor es que ha estado más ponchador que en otros años. Lleva 64 chocolates.

Ramón Urías jugó muy poco en mayo. Ha sido desplazado a la banca, a pesar de su gran fildeo. Con el bat no estuvo mal en el mes, pero eso le da, en el año, para apenas .221 de porcentaje, con 2 jonrones, 5 producidas y 11 anotadas. 

Alejandro Kirk es otro que perdió la titularidad, a manos de Danny Jansen. La nave del Capitán está en pairo. Su porcentaje de bateó es idéntico al de Ramón: .221, pero el receptor de los Azulejos ha pegado sólo 1 cuadrangular y tiene 13 carreras empujadas. 

Luis Urías, tras jugar el lado flaco del platoon de tercera base en Seattle (jugando sólo ante pitchers zurdos), fue bajado a AAA. En la temporada, un bajísimo .152 de porcentaje, 3 vuelacercas y 12 producidas.

Jonathan Aranda salió de la fractura en el dedo que impidió que iniciara la temporada, se incorporó a las Rayas a mediados de mayo y ha jugado normalmente la parte ancha del platoon (ante lanzadores derechos) ya sea como primera base o como bateador designado. En ese ratito, .214, un jonrón, 3 impulsadas y 7 anotadas.

Alek Thomas sigue en la lista de lesionados: .214, un jonrón y 4 producidas para el jardinero de los Diamondbacks.

Rowdy Téllez ha sido todo un fracaso con los Piratas. Cubre la primera base, ahora ya eventualmente, ante su pobre desempeño con el tolete. El que fuera slugger de los Cerveceros está bateando para .177 con un cuadrangular y 8 producidas, practicamente nada de poder aislado y un vergonzoso OPS de .462.

Austin Barnes, eterno receptor sustituto de los Dodgers, sigue funcionando a la defensiva, pero casi nada a la ofensiva. .182 de promedio, con 2 carreras empujadas.

Giovanny Gallegos, tras un inconsistente inicio, tuvo una sola actuación en mayo y le pasó lo mismo que en la última de abril: le metieron 4 carreras sin que pudiera sacar un solo out. Eso indicaba la existencia de una lesión. Era en el hombro, y Giovanny pasó a la lista de lesionados. Esas dos apariciones desastrosas han hecho que sus números en la campaña sean impresentables, a pesar de que el obregonense trae marca de 2-1, con un salvamento, 13 ponches y 2 holds. Su efectividad es de 12.00, da 7 bases por bolas por cada 9 entradas y le batean para .391. Se prevé que regrese en junio.

Alan Trejo. El campocorto reservista de los Rockies es usado apenas para jugar una entrada o dos a la defensiva, si van ganando los de Colorado (que ya de por sí es raro). La razón es que simplemente no batea. Su porcentaje: .088, sin anotar o producir carreras.

Y mejor no hablemos de Julio Urías.