martes, octubre 05, 2021

Los 20 triunfos de Julio Urías









Mexicanos en Grandes Ligas 2021

Terminó la temporada regular en Grandes Ligas y la noticia para los peloteros mexicanos es, por supuesto, que Julio Urías llegó a las 20 victorias. Es el más joven en alcanzarlos desde Clayton Kershaw, en 2011. Es el primer mexicano que lo hace desde 2003, cuando Esteban Loaiza se hizo de 21 triunfos. Es el primer mexicano ganador máximo de la Liga Nacional desde 1986, cuando lo fue Fernando Valenzuela. Y es el primer mexicano en todos los tiempos en liderar todas las Ligas Mayores en ese departamento. En resumen, hizo historia.

Las otras noticias relevantes del mes fueron el cierre espectacular de temporada de Giovanny Gallegos, muy a tono con su enrachado equipo y el inesperado regreso de última hora de Andrés Muñoz.

Aquí el balance del contingente nacional, ordenado de acuerdo con el desempeño de cada uno en la temporada (como siempre, incluimos a los paisanos que han jugado representando a México en el Clásico Mundial o en otro torneo de primer nivel) 

Julio Urías tuvo una campaña para el recuerdo, y la terminó a tambor batiente, y no sólo por la marca final de 20 juegos ganados contra 3 perdidos. Tuvo 6 aperturas entre septiembre y octubre, ganó 5 de ellas y tuvo una efectividad de 2.05. De hecho, tras el Juego de Estrellas, el PCL de Urías fue de 2.04, el segundo mejor de todas Grandes Ligas. Además de ser el máximo ganador, el culichi fue el cuarto pitcher más controlado (BB/9) de las Mayores, el segundo más económico (15.01 pitcheos por entrada), el octavo en efectividad (un bonito 2.96) y el decimonoveno en ponches, con 195.  Tuvo 13 aperturas de calidad (no muchas, pero no tanto porque le pegaran, sino porque solía dejar el montículo antes de terminar la sexta entrada) y, para ponerle la cereza al pastel, fue uno de los pitchers a los que les resultaba más difícil robar base. Un año redondo.

Giovanny Gallegos se apuntó la friolera de 11 salvamentos en el último mes de temporada regular, fundamentales para explicar la racha de 17 victorias seguidas que mandó a postemporada a los Cardenales de San Luis, y además se hizo de una victoria en el juego que no salvó. Quién sabe qué números hubiera tenido si le hubieran dado la responsabilidad del inning final desde el principio de la temporada. Sus números de 2021: 6-5 en ganados y perdidos, 14 juegos salvados, PCL de 3.02 y 95 rivales pasados por los strikes.   

Alex Verdugo dio un hit fundamental para mantener vivas las aspiraciones de los Medias Rojas de Boston, pero tuvo un slump importante durante septiembre, que incluso lo mandó a la banca un par de juegos. El eficiente jardinero bateó en el año para .289, con 13 jonrones y 63 carreras impulsadas. Se robó 6 bases y anotó en 88 ocasiones. Su OPS (porcentaje de embasamiento más slugging) fue de .778. Un año decente, apenas por debajo de las grandes expectativas que se tienen de él.

José Urquidy finalmente pudo regresar, luego de un largo rato en la lista de lesionados por inflamación en el hombro. Lo hizo bien, en términos generales, pero lejos de ser espectacular. Sigue siendo muy controlado -de hecho, se le embasó en promedio menos de un jugador por entrada-, pero mostró cierta propensión a recibir cuadrangulares. Le alcanzó para ganar dos juegos más (y hubo otro par que se los tiró el relevo). La marca del mazatleco al final de la temporada regular: 8-3. 3.62 de limpias y 90 ponches,

Luis Urías tuvo finalmente la campaña de titular que llevábamos rato esperando. Con un gran rango defensivo en distintas posiciones del infield (porque Milwaukee parecía jugar a contratarle el sustituto) y bastante poder al bate. Su principal problema es que se sigue ponchando mucho, y eso afecta su porcentaje de bateo, que de todos modos es ligeramente superior a la media de MLB. Sus números a final del año: .249 de porcentaje, 23 cuadrangulares, 75 carreras producidas y 77 anotadas, 5 robos de base y un OPS de .789.

Luis Cessa resultó beneficiado de su paso de los Yanquis de Nueva York a los Rojos de Cincinnati. Estuvo casi impecable en septiembre y sólo tuvo un mal relevo el penúltimo día de campaña. Demostró que es confiable y pasó a lanzar en situaciones de mayor presión.   Los numeritos básicos del cordobés:  5-2, 2.51 de ERA y 54 sopas de pichón.

Víctor González, afectado por una fascitis plantar, pasó septiembre en AAA. El zurdo nayarita tuvo un año aceptable, en el que aceptó relativamente pocas carreras, pero en el que no fue tan dominante como en 2020. Sus números del año: 3.-1, 3.57 en carreras limpias, 33 ponches, 17 holds… pero un preocupante WHIP (hits y bases por bolas por inning) de 1.44. Esperemos que regrese en 2022 por sus fueros.

Ramón Urías tuvo una buena temporada con un mal equipo. El destino lo sacó de las puertas giratorias entre MLB y las menores y le dio la titularidad de las paradas cortas de los Orioles por un buen rato, aunque al final de la temporada pasó a la lista de lesionados. El sonorense bateó para un saludable .279, con 7 palos de vuelta entera, 38 producidas y un robo. Su OPS no fue nada malo: .774. Su fildeo, aceptable.

Sergio Romo tuvo un año por debajo de la media. El Mechón estuvo entre el relevo intermedio de los Atléticos de Oakland y labores de preparación de cierre. Empezó horrible, tuvo tres meses magníficos y terminó como empezó: del nabo. El saldo del año es 1-1, un mediocre 4.67 de carreras limpias, 2 salvamentos, 12 holds y 60 chocolates recetados.

Alejandro Kirk tuvo año de montaña rusa. Empezó con un slump largo, su bat se calentó a niveles incendiarios, se lesionó y estuvo dos meses fuera, regresó tumbando caña y terminó con otro slump, que lo sacó del line-up. El joven receptor tijuanense dio muestras de que puede ser muy bueno, pero también dio muestras de inconsistencia. En el año, .242 de porcentaje, 8 vuelacercas y 24 carreras anotadas. OPS de .764, ayudado por su buena vista y capacidad de obtener bases por bolas.

Humberto Castellanos se convirtió, al final de la temporada, en abridor regular de los terribles Diamantes de Arizona (ellos dicen que son Serpientes de Arizona), luego de haber trabajado en relevo largo. Analizando sus game-logs resulta un dato interesante: o le pegan muy pronto en el juego, o lo hacen luego de que ha lanzado cuatro o cinco entrada de manera efectivísima. Es un lanzador que requiere de un manager con buen ojo para meterlo y sacarlo. En su último partido se dio el gusto de pegar un cuadrangular. Sus números: 2-2, 4.93 de efectividad, 29 ponches.

Joakim Soria tuvo una temporada difícil, sólo aliviada por el rato en que los Diamondbacks de repente ganaban y le daban oportunidad de salvar el juego. Pasó a Toronto, pero primero se lesionó, luego tuvo una aparición desastrosa, después un problema familiar y terminó en la lista de COVID-19. Sus números de 2021: 1-4, 6 salvamentos, un desagradable 5.06 de PCL, 3 holds y 31 ponches.  

Oliver Pérez se tomó una tacita de café nomás para mejorar su récord de temporadas ligamayoristas. El veterano sinaloense dejó marca de 0-1, 0.00 de carreras limpias y 4 ponches.

Andrés Muñoz regresó a Ligas Mayores, el último día de la temporada, tras más de un año de ausencia, debido a que tuvo que repararse el codo mediante la cirugía Tommy John. El prometedor tirafuegos, ahora con Seattle, sacó dos outs (uno por la vía del ponche) y dio un par de pasaportes.

Manuel Rodríguez tuvo un septiembre desastroso, tras su buen inicio con los Cubs. Baste decir que el mes su PCL fue de 18.00 y eso que le metieron tres carreras sucias. Primero fue bajado a menores y luego pasó a lista de lesionados. En el año, 3-3, un salvamento, 6.16 de carreras limpias y 16 ponches (pero 12 bases por bolas).

Isaac Paredes regresó a final de año a los Tigres de Detroit, pero el tercera base sigue sin responder: bateó bien debajo de .200 en esta oportunidad. Sus números de la temporada: .208, un jonrón y 7 impulsadas. El hermosillense es joven y regresará.

Alejo López fue llamado un ratito por los Rojos, a ver si volvía la maquinita de hits. Pero no. No hubo uno en septiembre. A los pocos días lo regresaron a AAA. Su marca de 2021: .261 con 3 carreras anotadas.

Miguel Aguilar es otro lanzador mexicano al que probaron los Diamondbacks. En septiembre no estuvo tan mal como en agosto, pero igual lo regresaron a ligas menores. 1-1, 6.43 de PCL y 3 ponchecitos.

Manny Barreda fue una de las figuras clave en la consecución del boleto olímpico de parte de México. También fue uno de los que fallaron feo en Tokio. Y luego de una década en las menores, finalmente logró debutar en Grandes Ligas, a los 32 años. Lo hizo con los Orioles. Le alcanzó para ganar un juego y para ser apaleado brutalmente en dos ocasiones. Fue un viaje corto y regresó a ligas menores. 1-0, 13.50 de limpias, 2 ponches.

Luis González ya no regresó a Grandes Ligas. Dio 2 hits en 8 turnos, anotó dos carreras y ya.

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