Mexicanos en Grandes Ligas 2021
Terminó la temporada regular en Grandes Ligas y la noticia para los peloteros mexicanos es, por supuesto, que Julio Urías llegó a las 20 victorias. Es el más joven en alcanzarlos desde Clayton Kershaw, en 2011. Es el primer mexicano que lo hace desde 2003, cuando Esteban Loaiza se hizo de 21 triunfos. Es el primer mexicano ganador máximo de la Liga Nacional desde 1986, cuando lo fue Fernando Valenzuela. Y es el primer mexicano en todos los tiempos en liderar todas las Ligas Mayores en ese departamento. En resumen, hizo historia.
Las otras noticias relevantes del mes fueron el
cierre espectacular de temporada de Giovanny Gallegos, muy a tono con su enrachado
equipo y el inesperado regreso de última hora de Andrés Muñoz.
Aquí el balance del contingente nacional,
ordenado de acuerdo con el desempeño de cada uno en la temporada (como siempre,
incluimos a los paisanos que han jugado representando a México
en el Clásico Mundial o en otro torneo de primer nivel)
Julio Urías tuvo una campaña para el recuerdo, y la terminó a
tambor batiente, y no sólo por la marca final de 20 juegos ganados contra 3
perdidos. Tuvo 6 aperturas entre septiembre y octubre, ganó 5 de ellas y tuvo
una efectividad de 2.05. De hecho, tras el Juego de Estrellas, el PCL de Urías fue
de 2.04, el segundo mejor de todas Grandes Ligas. Además de ser el máximo ganador,
el culichi fue el cuarto pitcher más controlado (BB/9) de las Mayores, el
segundo más económico (15.01 pitcheos por entrada), el octavo en efectividad
(un bonito 2.96) y el decimonoveno en ponches, con 195. Tuvo 13 aperturas de calidad (no muchas, pero
no tanto porque le pegaran, sino porque solía dejar el montículo antes de
terminar la sexta entrada) y, para ponerle la cereza al pastel, fue uno de los
pitchers a los que les resultaba más difícil robar base. Un año redondo.
Giovanny Gallegos se apuntó la friolera de 11 salvamentos en el último
mes de temporada regular, fundamentales para explicar la racha de 17 victorias
seguidas que mandó a postemporada a los Cardenales de San Luis, y además se
hizo de una victoria en el juego que no salvó. Quién sabe qué números hubiera
tenido si le hubieran dado la responsabilidad del inning final desde el
principio de la temporada. Sus números de 2021: 6-5 en ganados y perdidos, 14
juegos salvados, PCL de 3.02 y 95 rivales pasados por los strikes.
Alex Verdugo dio un hit fundamental para mantener vivas las
aspiraciones de los Medias Rojas de Boston, pero tuvo un slump
importante durante septiembre, que incluso lo mandó a la banca un par de
juegos. El eficiente jardinero bateó en el año para .289, con 13 jonrones y 63
carreras impulsadas. Se robó 6 bases y anotó en 88 ocasiones. Su OPS
(porcentaje de embasamiento más slugging) fue de .778. Un año decente, apenas
por debajo de las grandes expectativas que se tienen de él.
José Urquidy finalmente pudo regresar, luego de un largo rato en
la lista de lesionados por inflamación en el hombro. Lo hizo bien, en términos
generales, pero lejos de ser espectacular. Sigue siendo muy controlado -de
hecho, se le embasó en promedio menos de un jugador por entrada-, pero mostró
cierta propensión a recibir cuadrangulares. Le alcanzó para ganar dos juegos
más (y hubo otro par que se los tiró el relevo). La marca del mazatleco al
final de la temporada regular: 8-3. 3.62 de limpias y 90 ponches,
Luis Urías tuvo finalmente la campaña de titular que llevábamos
rato esperando. Con un gran rango defensivo en distintas posiciones del infield
(porque Milwaukee parecía jugar a contratarle el sustituto) y bastante poder al
bate. Su principal problema es que se sigue ponchando mucho, y eso afecta su
porcentaje de bateo, que de todos modos es ligeramente superior a la media de
MLB. Sus números a final del año: .249 de porcentaje, 23 cuadrangulares, 75
carreras producidas y 77 anotadas, 5 robos de base y un OPS de .789.
Luis Cessa resultó beneficiado de su paso de los Yanquis de
Nueva York a los Rojos de Cincinnati. Estuvo casi impecable en septiembre y
sólo tuvo un mal relevo el penúltimo día de campaña. Demostró que es confiable
y pasó a lanzar en situaciones de mayor presión. Los numeritos
básicos del cordobés: 5-2, 2.51 de ERA y
54 sopas de pichón.
Víctor González, afectado por una fascitis plantar, pasó septiembre
en AAA. El zurdo nayarita tuvo un año aceptable, en el que aceptó relativamente
pocas carreras, pero en el que no fue tan dominante como en 2020. Sus números
del año: 3.-1, 3.57 en carreras limpias, 33 ponches, 17 holds… pero un
preocupante WHIP (hits y bases por bolas por inning) de 1.44. Esperemos que
regrese en 2022 por sus fueros.
Ramón Urías tuvo una buena temporada con un mal equipo. El
destino lo sacó de las puertas giratorias entre MLB y las menores y le dio la
titularidad de las paradas cortas de los Orioles por un buen rato, aunque al
final de la temporada pasó a la lista de lesionados. El sonorense bateó para un
saludable .279, con 7 palos de vuelta entera, 38 producidas y un robo. Su OPS
no fue nada malo: .774. Su fildeo, aceptable.
Sergio Romo tuvo un año por debajo de la media. El Mechón
estuvo entre el relevo intermedio de los Atléticos de Oakland y labores de
preparación de cierre. Empezó horrible, tuvo tres meses magníficos y terminó
como empezó: del nabo. El saldo del año es 1-1, un mediocre 4.67 de carreras
limpias, 2 salvamentos, 12 holds y 60 chocolates recetados.
Alejandro Kirk tuvo año de montaña rusa. Empezó con un slump
largo, su bat se calentó a niveles incendiarios, se lesionó y estuvo dos meses
fuera, regresó tumbando caña y terminó con otro slump, que lo sacó del line-up.
El joven receptor tijuanense dio muestras de que puede ser muy bueno, pero
también dio muestras de inconsistencia. En el año, .242 de porcentaje, 8
vuelacercas y 24 carreras anotadas. OPS de .764, ayudado por su buena vista y
capacidad de obtener bases por bolas.
Humberto Castellanos se convirtió, al final de la temporada, en abridor
regular de los terribles Diamantes de Arizona (ellos dicen que son Serpientes
de Arizona), luego de haber trabajado en relevo largo. Analizando sus game-logs
resulta un dato interesante: o le pegan muy pronto en el juego, o lo hacen
luego de que ha lanzado cuatro o cinco entrada de manera efectivísima. Es un
lanzador que requiere de un manager con buen ojo para meterlo y sacarlo. En su
último partido se dio el gusto de pegar un cuadrangular. Sus números: 2-2, 4.93
de efectividad, 29 ponches.
Joakim Soria tuvo una temporada difícil, sólo aliviada por el
rato en que los Diamondbacks de repente ganaban y le daban oportunidad de
salvar el juego. Pasó a Toronto, pero primero se lesionó, luego tuvo una
aparición desastrosa, después un problema familiar y terminó en la lista de
COVID-19. Sus números de 2021: 1-4, 6 salvamentos, un desagradable 5.06 de PCL,
3 holds y 31 ponches.
Oliver Pérez se tomó una tacita de café nomás para mejorar su
récord de temporadas ligamayoristas. El veterano sinaloense dejó marca de 0-1,
0.00 de carreras limpias y 4 ponches.
Andrés Muñoz regresó a Ligas Mayores, el último día de la
temporada, tras más de un año de ausencia, debido a que tuvo que repararse el
codo mediante la cirugía Tommy John. El prometedor tirafuegos, ahora con
Seattle, sacó dos outs (uno por la vía del ponche) y dio un par de pasaportes.
Manuel Rodríguez tuvo un septiembre desastroso, tras su buen inicio
con los Cubs. Baste decir que el mes su PCL fue de 18.00 y eso que le metieron
tres carreras sucias. Primero fue bajado a menores y luego pasó a lista de lesionados.
En el año, 3-3, un salvamento, 6.16 de carreras limpias y 16 ponches (pero 12
bases por bolas).
Isaac Paredes regresó a final de año a los Tigres de Detroit,
pero el tercera base sigue sin responder: bateó bien debajo de .200 en esta
oportunidad. Sus números de la temporada: .208, un jonrón y 7 impulsadas. El
hermosillense es joven y regresará.
Alejo López fue llamado un ratito por los Rojos, a ver si
volvía la maquinita de hits. Pero no. No hubo uno en septiembre. A los pocos
días lo regresaron a AAA. Su marca de 2021: .261 con 3 carreras anotadas.
Miguel Aguilar es otro lanzador mexicano al que probaron los
Diamondbacks. En septiembre no estuvo tan mal como en agosto, pero igual lo
regresaron a ligas menores. 1-1, 6.43 de PCL y 3 ponchecitos.
Manny Barreda fue una de las figuras clave en la consecución del
boleto olímpico de parte de México. También fue uno de los que fallaron feo en
Tokio. Y luego de una década en las menores, finalmente logró debutar en Grandes
Ligas, a los 32 años. Lo hizo con los Orioles. Le alcanzó para ganar un juego y
para ser apaleado brutalmente en dos ocasiones. Fue un viaje corto y regresó a
ligas menores. 1-0, 13.50 de limpias, 2 ponches.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario