Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Bolivia, que han dejado fuera de toda posibilidad a la izquierda populista que ha gobernado ese país por dos décadas, obligan a una reflexión que vea las características peculiares de esa nación andina, pero que también pueda ayudar a entender procesos similares en otros países.
lunes, agosto 25, 2025
(E)lecciones bolivianas
Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Bolivia, que han dejado fuera de toda posibilidad a la izquierda populista que ha gobernado ese país por dos décadas, obligan a una reflexión que vea las características peculiares de esa nación andina, pero que también pueda ayudar a entender procesos similares en otros países.
viernes, agosto 15, 2025
Los salarios explican la menor desigualdad, no los apoyos sociales
Lo primero: la ENIGH da cuenta de un ingreso corriente
promedio trimestral que promedia al alza en los últimos ocho años. El aumento
del ingreso es más pronunciado en los deciles más pobres de la población y sólo
hay una baja real en el decil X: es decir, en el 10 por ciento más rico. En
otras palabras, México es una sociedad menos desigual. A diferencia de lo que
han señalado algunos, eso no significa que nuestro país haya dejado de estar
entre los más desiguales del mundo: un coeficiente de Gini cercano a .400 no es
para presumir.
Dicho esto, hay que subrayar que la razón principal, y
de lejos, para este cambio positivo, ha sido el cambio en la política salarial.
El ingreso por trabajo de las familias en el periodo aumentó 13.2 por ciento en
términos reales, con todo y que fueron, en lo esencial, años de estancamiento
económico. En el fondo del asunto está que se le haya quitado el corset a los
salarios mínimos, que estaban artificialmente deprimidos.
El aumento al salario mínimo primero evitó que muchos
trabajadores del sector formal se mantuvieran en una pobreza cercana al
extremo, luego permeó paulatinamente hacia otros asalariados, empezando por aquellos
que ganaban poco, ya sea mínimos profesionales o salarios técnicos bajos. Por
las propias necesidades de las empresas, los aumentos fueron diferenciados (subieron
más los de quienes percibían menos) y, con ello, se generó una nueva estructura
salarial, menos desigual que la anterior. El aumento también permeó, aunque sin
tanta fuerza, a los mercados informales del trabajo. No hubo el temido efecto
de un disparo radical a la inflación, que era la razón que esgrimían los
funcionarios ortodoxos que durante años mantuvieron atados los mínimos.
Resulta por lo menos curioso que, en la discusión
polarizada, a este elemento crucial no se le quiera dar la importancia que
merece. Tal vez sea porque, hace una década, cuando se empezó a debatir con
fuerza el tema de los salarios mínimos, Andrés Manuel López Obrador hizo como
si la virgen le hablara y calló como momia. Su solución a la persistencia de la
pobreza pasaba por las ayudas directas. O tal vez sea porque la derecha
ortodoxa compró enterita la idea de que el cambio iba a venir por la muy
cacareada política de transferencias y subsidios y no quiso ver la viga que
tenía en el ojo (de ahí la crítica a las “dádivas”, los “mantenidos”,
etcétera).
El hecho medido por la ENIGH es que las transferencias representaban el 15.5 por ciento de los ingresos familiares en 2016 y ocho años después eran el 17.7 por ciento. Ahí hay una mejora, pero es casi marginal, y está lejos de explicar los resultados positivos.
Más aún, si vemos la distribución por deciles de
ingreso de los apoyos y transferencias, encontraremos que están menos
focalizados que antes; ahora están dispersos entre la población y los grandes
beneficiarios han sido los grupos que se encuentran en la parte intermedia de
la distribución del ingreso: gente que ha dejado la pobreza y que constituye
una buena parte de la base de apoyo del gobierno. Hay que señalar, además, que,
para los hogares de menores ingresos, la contribución de los programas sociales
al crecimiento de su ingreso total fue negativa: recibieron menos apoyos.
Mejoraron sus ingresos, sí, pero sólo porque ganaron más por su trabajo.
En otras palabras, y en contra de los estereotipos que
manejan ambos lados de la polarización política, los apoyos sociales directos
tienen una incidencia mínima en los cambios positivos en la distribución del
ingreso. Por lo mismo, el futuro de la distribución no depende de ellos, sino
de los salarios. Por lo tanto, el énfasis para seguir mejorando debe estar en
cómo crear empleos formales y decentemente pagados, no en las transferencias.
En donde sí tienen efecto los apoyos directos es en su
presión sobre las finanzas públicas, que se traduce en menores inversiones de
infraestructura y mantenimiento y en menor inversión en educación y salud. En
la ENIGH vemos que el rubro del gasto que más ha aumentado en las familias
mexicanas es el de la salud. Ese aumento equivale al 37 por ciento del
incremento en el ingreso por transferencias en el periodo (como estamos
hablando de promedios, habrá familias en las que la falta de acceso a servicios
de salud y medicinas no les represente gasto y otras a las que implique mucho
más costo que las transferencias recibidas). La pobreza por vulnerabilidades
sigue siendo muy alta, y en el caso de la salud, es mayor que hace ocho años.
Finalmente, está el tema de la distribución regional
del ingreso y el gasto. Por un lado, creció la brecha entre lo urbano y lo
rural. También se puede observar que, aunque haya movimientos en los estados
intermedios, las diferencias entre los más ricos (Nuevo León, Ciudad de México,
Baja California) y los más pobres (Oaxaca, Guerrero, Chiapas) no sólo siguen
siendo abismales: están aumentando. Es un asunto que no se corrige con obras
insignia.
viernes, agosto 01, 2025
El implacable julio de Randy Arozarena (y un hospital)
Mexicanos
en GL. Julio 2025
Como de costumbre, va un resumen de la actuación de los peloteros nacionales, clasificada de acuerdo a su desempeño en la temporada.
Andrés Muñoz tuvo un buen mes de julio, en el que salvó 6 juegos en 7 oportunidades. El tirafuegos mochiteco es, sin lugar a dudas, un cerrador de elite y el mexicano con actuación más destacada en lo que va del año. Tiene una efectividad de 1.32 carreras limpias permitidas por cada 9 entradas lanzadas. Ha salvado 24 juegos y ganado 3, por una sola derrota. En el camino ha pasado 54 rivales por los strikes, se le embasa menos de uno por inning y le batean para un triste .144.
Randy Arozarena está cada vez más encendido. Bateador que no suele tener mucho contacto (es de los que más swings fallidos hace y de los que más ponches acumula), cuando le pega a Doña Blanca lo hace con hace con mucha solidez. En julio mejoró en ambos aspectos, particularmente en lo referente al poder, porque se disparó con 11 cuadrangulares. El jardinero de los Marineros batea para .250 en el año, con 21 vuelacercas y 53 carreras producidas. Además, se ha robado 20 bases (de nuevo entra al exclusivo club 20-20). Su OPS, de .823 nos habla de su poder.
Jonathan Aranda debutó como All-Star y siguió en julio su buena campaña como bateador de contacto. El tijuanense, inicialista de Tampa Bay, terminó el mes con el cuarto mejor porcentaje de bateo en las Mayores y también es el cuarto que más se embasa. Desgraciadamente, el último día de junio, en una jugada defensiva, chocó con el gigante Giancarlo Stanton y se lesionó la muñeca. Estará varias semanas fuera de acción. Sus números: .316 de bateo, .879 de OPS, 12 cuadrangulares, 22 dobletes y 54 carreras producidas. Las estadísticas avanzadas lo colocan, además, como el primera base con más rango de fildeo.
Jarren Durán es otro que tuvo un mes excelente. El jardinero de los Patirrojos bateó para .317 en junio, lo que eleva su porcentaje a .265. Bateó casi tantos cuadrangulares como en los primeros tres meses de campaña. Ahora lleva 11. Tiene 12 triples, 60 carreras producidas y OPS de .793, con 18 bases robadas. En el fildeo, es espectacular.
Isaac Paredes estaba convertido en el perno alrededor del cual los Astros mantenían el liderazgo de su división. Corriendo hacia primera base tras pegar un imparable, se lesionó severamente el tendón de la corva, y no se sabe si podrá regresar a jugar este año. El equipo de Houston, por lo pronto, se hizo de refuerzos para cubrir la posición. Números del hermosillense:.259 de promedio, 19 vuelacercas, 15 dobletes, un triple, 50 producidas y un muy buen OPS de .829. Existe la posibilidad de que sea operado: de ser así es probable que México pierda a uno de sus mejores peloteros en el Clásico Mundial de 2026.
Alejandro Kirk demuestra a cada rato su calidad en la receptoría y como bateador. Ha influido mucho en la buena campaña de los Azulejos de Toronto. Hacia fin de mes recibió un bolazo de faul que le tumbó la careta y lo mandó a la lista de lesionados por contusión, pero se espera su pronto regreso al diamante. Batea para .304, con 7 cuadrangulares, 47 producidas y OPS de .774.
Jojo Romero tuvo un mes perfecto en el relevo de los Cardenales de San Luis. Ahora que el Birdos transfirió a su cerrador Helsey, es posible que le den la oportunidad de salvar juegos. El zurdo trae 3-3 en ganados y perdidos; mejoró su efectividad a 2.04, tiene 16 holds y 35 ponches.
Ramón Urías, salvo un juego en el que se despachó con dos jonrones, tuvo un julio flojito a la ofensiva, lo que le costó estar sentado algunos partidos. En la locura del límite de cambios, el sonorense pasó de los Orieles a Houston, para cubrir las ausencias por lesión de Paredes y de Jeremy Peña. Recordemos que es guante de oro en la defensiva. Con la majagua tiene .248, 8 jonrones, 34 empujadas, dos colchonetas estafadas y OPS de .688.
Manuel Rodríguez sigue en la lista de lesionados de Tampa Bay y no se ve para cuando su regreso. El Bolón tiene marca de 1-2, su PCL es un muy buen 2.05, se le embasa menos de un corredor por entrada, tiene 11 holds y ha pasado por los strikes a 25 rivales.
Brennan Bernardino es otro relevista que no permitió carrera en julio. El late bloomer que juega para los Medias Rojas también ganó un juego y salvó otro. Sus números: 4-2 PCL de 3.09. Ha recetado 36 chocolates y cuenta con dos holds, además de su salvamento.
Alek Thomas, jardinero central de los Diamondbacks de Arizona (ante lanzadores derechos) sigue siendo impresionante a la defensiva. Con el bate, macanea para .242, 6 jonrones, 27 remolcadas y 5 robos de base. Su OPS es de .659. Nada del otro mundo.
Luis Urías no dejó la titularidad en la intermedia de los Atléticos a pesar del regreso de Zach Gelof., pero su bat ha ido a la baja. En lo que va de la campaña batea para .232, con 8 jonrones, 20 producidas; su OPS cayó a .670 y tiene dos robos de base.
Rowdy Téllez encontró trabajo con los Rangers de Texas luego de haber sido descartado por los Marineros. El inicialista coquetea con la Línea Mendoza en porcentaje, pero sigue siendo un buen slugger. Mejoró a .212 su promedio, con 12 vuelacercas y 31 carreras producidas. Su OPS: .689. ¿Y qué creen? ¡Se robó una base!
Valente Bellozo, relevo largo de los Marlines de Miami, cumple con discreción esa labor fundamental. Lleva 1 ganado, 3 perdidos, su efectividad mejoró a 3.34, tiene 34 pasados por los strikes y su WHIP se sigue enmendando: 1.22.
Taijuan Walker tuvo un par de aperturas en julio, en las que no pasó de la quinta entrada. También estuvo en el bullpen. Su marca: 3-5, 3.82 de efectividad, con WHIP de 1.33, un hold, un salvamento y 56 ponches.
Marcelo Meyer, infielder de los Medias Rojas, iba viento en popa para asentarse entre los titulares, cuando una lesión en la muñeca lo mandó a la lista de lesionados, para completar el hospital mexicano. El nieto del mítico Chero Mayer lleva .228 de promedio, .674 de OPS 4 jonrones y 10 carreras producidas.
Alex Verdugo, tras ser dejado en libertad por los Bravos de Atlanta, no ha encontrado equipo: .239, 12 producidas, cero jonrones y un famélico OPS de .585.
Alan Rangel fue invitado a una tercera tasa de café con los Filis. Lanzó en dos juegos durante julio y sigue en el equipo grande. El relevista de Hermosillo tiene estos numeritos: 0-0, 2.70 de efectividad y 7 ponches.
Alejandro Osuna fue enviado por los Rangers de Texas a AAA para adquirir más fogueo. El sinaloense deja .164 de promedio, un cuadrangular, 5 producidas, tres robos y OPS de .517
Omar Cruz no ha regresado de AAA. El tijuanense tiene los mismos números de abril: 4.91 de limpias y 5 ponches.
Austin Barnes firmó contrato de ligas menores con San Francisco, luego de haber sido dejado libre por los Dodgers. Números: .214, con 2 producidas y .519 de OPS.
Alan Trejo, ahora con contrato de ligas menores con Texas, en la Gran Carpa bateó para .175, con los Rockies de Colorado; una carrera producida y 2 anotadas.
César Salazar ya no calienta la madera en Houston. Para que juegue un poco más, fue enviado a AAA. Pegó un hit en 7 turnos y, de pilón, lanzó una entrada en ceros.
Tirso Ornelas sigue en AAA. .071, y una producida con los Padres.
martes, julio 08, 2025
A 25 años: Fox y las limitaciones de la alternancia democrática
Ha pasado un cuarto de siglo, 25 años. El 2 de julio de 2000, Vicente Fox, candidato del PAN y (no olvidemos) del PVEM a la Presidencia de la República, ganó las elecciones federales. Casi todos los mexicanos de aquel entonces no habían conocido, a nivel nacional, otro gobierno que no fuera el del PRI y sus antecesores directos. Muchos consideraron que esa elección, con campañas equitativas y en la que los votos contaron y se contaron, era la culminación de la transición democrática que, por etapas, México había vivido en las décadas anteriores.
Fox había hecho una campaña inteligente, presentándose
como un hombre recio y decidido a sacar al PRI de Los Pinos. Como novedad, su
campaña fue más de sensaciones y esperanzas que de propuestas. Mientras
Francisco Labastida, el gris candidato priista, hablaba de polos de desarrollo
y cosas por el estilo, Fox era identificado por el “¡Hoy, hoy, hoy!” y por el
“México ya”, que pintaban un cambio inmediato, sobre todo en el ánimo de la
población. Sus propuestas se asemejaban a las cuentas del Gran Capitán: crecimiento
de 7 por ciento anual, paz inmediata en Chiapas y fin de la corrupción. Fueron
suficientes, en parte por el hartazgo hacia el PRI y en parte como castigo al
“error de diciembre”, que generó una crisis económica al inicio del gobierno de
Ernesto Zedillo; pero también porque eran una nueva forma de comunicación
política: cosechar sobre las esperanzas de cambio.
Antes de la toma de posesión, que sería en diciembre, Fox
dio señales esperanzadoras. Por una parte, vendió la idea de que su equipo no
iba a ser predominantemente partidista, sino que escogería a los mejores en
cada ramo; por otra, sus colaboradores armaron una iniciativa de ley para
garantizar la paz en Chiapas. También logró que dos de los candidatos
presidenciales perdedores, Gilberto Rincón Gallardo y Porfirio Muñoz Ledo,
aceptaran colaborar de alguna manera con su gobierno.
Pero si hemos de pensar, a posteriori, en señales reveladoras,
tal vez habría que escoger la anécdota de unos días antes de la elección. La
noche del 29 de junio, un grupo de panistas esparció en Periférico y Viaducto
los "aromas del cambio", en referencia a las promesas de su
candidato. Esos aromas venían en forma líquida: fragancias mezcladas con agua.
Se hizo un batidero, 16 automóviles derraparon y chocaron, y se tuvo que cerrar
el Periférico por cuatro horas para limpiar el asfalto.
El gobierno de Fox no se distinguió por ser represivo
y buscó el diálogo con otras fuerzas políticas. Su principal problema fue
aterrizar acuerdos parlamentarios duraderos sobre los temas principales, dado
que la alianza PAN-Verde no tenía mayoría en ninguna de las dos cámaras. En
eso, mucho tuvo que ver el hecho de que, tras su inopinada derrota, el PRI se
dividió en dos mitades prácticamente iguales, y no era sencillo negociar con
ellas: si una decía que sí, la otra decía que no. El PRD, en tanto, estaba
instalado en la oposición dura y fueron pocos los acercamientos.
Más tarde, junto con presuntos aciertos, no
capitalizados, como el de los videoescándalos, vendrían costosos errores. Uno
fue la negociación por cuotas para la recomposición del Consejo General del IFE;
el nuevo resultó de mucha menor calidad técnica y política que el anterior,
especialmente en la presidencia. Otro, el manejo de los terrenos de Atenco para
la construcción del nuevo aeropuerto, en el que se hicieron evidentes el poco
conocimiento de la realidad social y del manejo político de los ejidos de parte
del gobierno panista. Finalmente, el intento de desafuero a López Obrador que,
sin estar bien atado en lo político, lo único que logró fue engrandecer a nivel
nacional la figura del jefe de gobierno de la capital. En ese contexto, los
dislates verbales de Fox en la última parte de su gobierno sólo son la cereza
del pastel.
En mi opinión, el momento clave del sexenio foxista -y
tal vez del primer cuarto del siglo XXI en México- fue cuando, por razones de
equilibrio fiscal, a mediados de 2001 se decidió reducir el subsidio a la leche
distribuida por Liconsa y, por lo tanto, aumentar su precio. El entonces jefe
de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, aprovechó la circunstancia
para contrastar la política social: el gobierno de la ciudad cubriría lo que el
gobierno federal dejó de subsidiar. El efecto fue que el político tabasqueño
aumentó su popularidad y subió a la palestra nacional. Luego vendrían la
pensión a los adultos mayores y todo el discurso que la acompaña.
Ese momento es parte integral de una visión del gobierno
de Fox, en la que la política social se supeditó siempre a una política
económica centrada en el mantenimiento de los equilibrios fiscales. Al mismo
tiempo, se mantuvo un desprecio evidente a las políticas comunitarias de los
programas sociales de los gobiernos priistas que lo antecedieron. En salud
pública, el gobierno foxista tuvo el éxito de crear el Seguro Popular, que
sería más desarrollado posteriormente; en educación, la escasez de recursos públicos
para los niveles medio y superior se tradujo en la proliferación de
preparatorias y universidades patito, de carácter privado, que a menudo dan un
sucedáneo de formación y resultan en una simulación con altos costos sociales.
El corset presupuestal autoimpuesto también tuvo
efectos en la inversión pública, que se redujo en proporción del PIB respecto a
sexenios anteriores y que terminó por traducirse en un crecimiento económico
muy inferior al pronosticado. Aumentó el desempleo y creció el empleo eventual,
informal y precario. Los salarios contractuales reales crecieron 1 por ciento en
todo el sexenio, y los salarios mínimos reales, partiendo de una base muy baja,
aumentaron 2.5 por ciento. En otras palabras, el grueso de la población quedó
al final como estaba al principio.
Al final del sexenio, y a pesar del nulo manejo
político de parte de la presidencia del Consejo del IFE en las elecciones de 2006,
la democracia en México parecía asentarse. Había cierta paz social, primaba el
diálogo público y varias instituciones autónomas se fortalecían. Pero ya
estaban sentadas las bases para el asalto populista destinado a
desnaturalizarla. Basta con revisar los datos económicos y sociales. Metas
ambiciosas, promesas incumplidas, resultados desilusionantes. Desde entonces hubo
alguien que, tenaz, supo cosechar de esos errores: desgraciadamente, fue para
guiar al país hacia atrás. Ahora México corre, acelerado, hacia una versión
recargada del viejo sistema que se creía acabado hace 25 años.
lunes, julio 07, 2025
El incandescente bat de Jonathan Aranda
Mexicanos en GL. Junio 2025
Ha pasado la mitad de la temporada de MLB, y tenemos dos peloteros titulares mexicanos que batean por encima de .300. A cambio de ello, en el mes no hubo una sola apertura de parte de un pitcher mexicano. La mejor noticia ha sido la consistencia que, en un nivel muy alto, ha logrado Jonathan Aranda en su campaña de consolidación como ligamayorista. Tanto Aranda, como Andrés Muñoz y Alejandro Kirk participarán en el Juego de Estrellas.
Como de costumbre, va un resumen de la actuación de
los peloteros nacionales, clasificada de acuerdo a su desempeño en la
temporada.
Jonathan Aranda no ha bajado la guardia y su bat sigue siendo muy productivo. El zurdo tijuanense, inicialista de Tampa Bay, ya batea también contra lanzadores zurdos. Lo hace con porcentajes similares que contra derechos, aunque con menos poder. Su porcentaje en junio fue de .340, con tres jonrones, cinco dobles y 14 producidas. Ningún primera base de la Liga Americana batea mejor que él, tanto en average como en OPS. Ha sido la bujía que tiene a las Rayas peleando por el campeonato divisional. Sus números, al 6 de abril: .320 de bateo (tercero en las Mayores), .879 de OPS, 10 cuadrangulares, 17 dobletes y 47 carreras producidas.
Andrés Muñoz tuvo poca acción en junio, debido sobre todo a que su equipo, los Marineros de Seattle, a la hora de necesitar un cerrador o ganaba ampliamente o iba perdiendo. Sólo lanzó 6 entradas y un tercio: consiguió dos victorias y un rescate, a cambio de una derrota (en extrainnings y por el “corredor fantasma”). Iniciando julio, tuvo dos salvamentos consecutivos. La efectividad del Plebe mochiteco ahora es de 1.06, su WHIP de 0.82, los rivales le batean un mísero .133 y ha ponchado a 45. Su récord: 3-1, con 21 partidos salvados. Merecido, que lo veamos en el Juego de Estrellas.
Isaac Paredes ha manejado durante el año una consistencia relevante. En mayo tuvo una mejoría marginal respecto a los buenos números de los primeros dos meses de campaña. El enorme jalador de pelota ha sido un pilar en la ofensiva de los Astros de Houston, que ahora lideran su división. Números del hermosillense:.257 de promedio, 18 vuelacercas, 12 dobletes, un triple, 48 producidas y OPS es un más que saludable .823.
Alejandro Kirk continuó su buena racha de bateo en junio, mes en el que bateó para .338, con OPS de .967, porque se disparó 4 jonrones. Las métricas especializadas lo colocan, además, como el catcher que mejor encuadra (el famoso framing), uno de los mejores bloqueadores y el que hace los tiros más precisos a segunda base. Es parte de la razón por la que los Azulejos de Toronto se han colado a la lucha por la postemporada. Estará en el Juego de Estrellas, como sustituto de Cal Raleigh. Batea para .301, con 7 cuadrangulares, 41 producidas y OPS muy bueno: .772.
Randy Arozarena sigue en la ruta de la mejoría con la majagua. El jardinero de los Marineros mejoró en junio su porcentaje y su slugging. El último día del mes consiguió su cuadrangular número 100 en las Mayores, y para celebrarlo se despachó con otro vuelacercas al siguiente turno. Batea para .249, .801 de OPS, con 14 jonrones, 20 dobles, 42 impulsadas y 15 bases robadas, que no son pocas.
Jarren Durán ha estado un poco a la baja, sobre todo en materia de poder. El jardinero de los Patirrojos bajo su porcentaje a .255. Lo acompaña con 6 cuadrangulares, 9 triples (con los que lidera las mayores), 44 carreras producidas y OPS de .727, con 15 bases robadas. En el fildeo, sigue haciendo grandes cosas.
Manuel Rodríguez la discreta joya en el relevo de Tampa Bay, se lesionó del antebrazo en junio, mes en el que vio acción en cuatro juegos sin permitir carrera. El Bolón tiene marca de 1-2, su PCL es un muy buen 2.05, se le embasa menos de un corredor por entrada, tiene 11 holds (ventajas sostenidas en situación de rescate) y ha pasado por los strikes a 25 rivales.
Ramón Urías jugó casi todo
junio como titular en la antesala de los Orioles, un poquitín a la baja en
materia ofensiva (porque en la defensa es un fuera de serie); desde finales de
mes comparte la posición, Los números del sonorense en la temporada: .256, 6 jonrones,
29 empujadas y OPS de .690
Jojo Romero es parte
importante del relevo intermedio de los Cardenales. Estuvo casi intratable en
junio, cuando ganó dos juegos. El zurdo trae 3-3, con .270 de limpias, 12 holds
y 21 ponches.
Alek Thomas juega la mayoría de los partidos de los Diamondbacks en el jardín central. Mostró algo de poder en junio. Batea para .244, 5 jonrones, 23 remolcadas y 5 robos de base. Su OPS es de .658.
Luis Urías, fue segunda base titular de los Atléticos todo junio, y siguió su racha a la baja con el bat. A principios de julio se lesionó de la corva y fue al taller de reparaciones. En lo que va de la campaña batea para .239, con 7 jonrones, 18 producidas; su OPS cayó a .683 y tiene dos robos de base.
Rowdy Téllez fue dejado en libertad por los Marineros, con quienes cubría la primera base. Números de slugger de poco contacto: .208 de promedio, pero con 11 vuelacercas y 27 carreras producidas. Su OPS: .683. Lo poncharon 49 veces. Un titipuchal.
Alex Verdugo, tras un buen inicio ofensivo en la temporada, tuvo un par de meses cada vez más a la baja. Eso fue suficiente para que los Bravos de Atlanta le dieran las gracias. Buscará un contrato de ligas menores para regresar. Sus numeritos: .239, 12 producidas y un famélico OPS de .585.
Valente Bellozo, relevo largo de los Marlines de Miami tuvo una mala actuación en un juego contra Washington; fuera de eso lo ha hecho bien. Lleva 1 ganado, 3 perdidos, su efectividad empeoró a 3.59, pero sigue siendo decente. Tiene 34 pasados por los strikes y su WHIP ya es normal: 1.26.
Taijuan Walker no abrió juegos en junio, dedicado al bullpen. Ganó uno y perdió otro en el relevo; también tuvo un salvamento, el primero de su carrera. Su marca: 3-5, un aceptable 3.64 de efectividad, con WHIP de 1.33, un hold y 46 ponches.
Marcelo Meyer, infielder de los Medias Rojas, está demostrando tamaños con el guante y poder con el bat (pero sin mucho contacto, y menos ante los zurdos). El novato lleva estos números: 219 de promedio, .679 de OPS 4 jonrones y 8 carreras producidas.
Brennan Bernardino, relevo intermedio de Boston, tuvo un mal mes, aunque ganó un juego. Sus números: 3 ganados,2 perdidos; aumentó estrepitosamente su PCL a 3.82, subió su WHIP a 1.33. Ha recetado 29 chocolates y cuenta con dos holds.
Alan Rangel se tomó dos tacitas de café con Filadelfia durante junio. La primera, debut del hermosillense en Grandes Ligas, le supo muy amarga: desperdició un rescate, al aceptar dos carreras en tres entradas. La segunda fue todo lo contrario: un relevo largo en el que se llevó el salvamento. Inició julio en AAA. Sus numeritos: 0-0, 2.25 de efectividad, 5 ponches.
Alejandro Osuna, cubriendo suplencias en el jardín de los Rangers de Texas, ha tenido dificultades para acoplarse al pitcheo ligamayorista. .180 de promedio, un cuadrangular, 4 producidas, tres robos y OPS de .547
Omar Cruz no ha regresado de AAA. El tijuanense tiene los mismos números de abril: 4.91 de limpias y 5 ponches.
Austin Barnes firmó contrato de ligas menores con San Francisco, luego de haber sido dejado libre por los Dodgers. Números: .214, con 2 producidas y .519 de OPS.
Alan Trejo, ahora con contrato de ligas menores con Texas, en la Gran Carpa bateó para .175, con los Rockies de Colorado; una carrera producida y 2 anotadas.
César Salazar sigue calentando la madera en Houston. Ya pegó su primer hit del año, en 7 turnos oficiales. Lo curioso es que el receptor sonorense tiene una entrada lanzada sin permitir hit o carrera (en un juego de los que estaban ya decididos por paliza).
Tirso Ornelas sigue en AAA. En su ratito en San Diego, .071, con una producida.
viernes, junio 06, 2025
Elección judicial: planchazo y consenso pasivo
Una elección sin sentido
Se acerca la fecha programada para la elección
judicial y ya está en pleno el proceso de promoción del voto. En este se dice
que, con la elección popular de personas juzgadoras, se trata de fortalecer
nuestra democracia. Ojalá así fuera, pero no.
En los promocionales se acepta, de manera tácita, que
el proceso de votación es complicado para cualquier ciudadano, al enviar al
posible votante a una página de internet en donde le explican el método.
Todos los ciudadanos son iguales, pero hay algunos más
iguales que otros. El 1°de junio, la ciudadanía que acuda a las urnas votará en
uno de los 60 “distritos judiciales electorales”. Esos distritos judiciales no
se corresponden con los 32 circuitos del Poder Judicial de la Federación ni
tampoco adoptan un criterio de distribución poblacional. Se definieron de
manera arbitraria y asimétrica. En esa elección no contará igual el voto de un
ciudadano en Jalisco que el de otro en Chiapas. En algunas partes de la Ciudad
de México, los ciudadanos que vayan a las casillas se enfrentarán a una enorme
cantidad de boletas. Hay un juez en materia de telecomunicaciones que se votará
sólo en uno de los distritos capitalinos y hay zonas donde no se votará por
ningún juez laboral.
Las candidaturas no son ciudadanas, sino que pasaron a
través de un proceso en el que la gente del partido en el poder tuvo más peso
que cualquier otro actor político. Son, sobre todo, candidatos del Ejecutivo y
del Legislativo, más algunos de los gobernadores (incluidos aquellos
posiblemente coludidos con el crimen organizado). Y en el Senado aceptan que la
criba no fue lo suficientemente buena como para evitar la presentación de
candidatos con presuntas alianzas con la delincuencia .
Para la elección de jueces hay más de 200 mil solicitudes para ser observador electoral. Es claro que hay quien pretende usar esa figura para incidir indebidamente. El INE encontró que más de 32 mil de los solicitantes para observar la elección del poder judicial están vinculados a partidos o programas sociales.
Las boletas no se anularán, las boletas para las
distintas elecciones irán todas a la misma urna, el escrutinio no será en
casillas, el recuento se hará sin representantes políticos y, por supuesto, los
resultados se darán a conocer diez días después de los comicios. Hay un
problema de certidumbre.
La gente no conoce a los candidatos, y es difícil que
lo haga a través de la revisión del currículum que cada uno presenta. Por más
que intente enterarse, el ciudadano encontrará lagunas que le impedirán tomar
una decisión informada y responsable.
La falta de información se suple con algo a lo que los
partidos políticos están acostumbrados en sus grillas y elecciones internas: la
lista para dar el planchazo. Por lo pronto, José Ramón López Beltrán, hijo del
expresidente, ya dio su lista de “extraordinarios abogados y abogadas” que “son
garantía de que viene una nueva etapa de justicia con el pueblo, por el pueblo
y para el pueblo”. Está difícil que las minorías lleguen a estar representadas,
porque la mayor parte de las elecciones será por bloques.
Eso es la forma. En el fondo, la reforma al Poder
Judicial amenaza con eliminar los equilibrios que, por décadas, han frenado los
excesos presidenciales. De hecho, es conveniente que el Poder Judicial sirva
como contrapeso a las mayorías: que proteja los derechos de todos los
ciudadanos. No se trata de cargos de representación política, sino de cargos de
representación social, que a su vez requieren de capacidad profesional para
proteger a todos.
En esta elección se busca lo contrario: de lo que se
trata es de dotar de un Poder Judicial a modo para el gobierno y el partido
gobernantes, al estilo de lo que sucedía con el PRI hace medio siglo. Se
entrega una patente de corso a la mayoría política, que es precisamente una antítesis
de la democracia. Pero en el promocional se oye muy bonito eso de que la
democracia avanza.
La demanda social de una reforma judicial es añeja,
porque México limita al centro con la injusticia y a los lados con la
corrupción. Sin embargo, el principal problema de la justicia mexicana no sólo
radica en su impartición, a cargo de los jueces; está, sobre todo, en su
procuración, a cargo de las fiscalías. Mientras que la elección de jueces está
lejos de garantizar una mejora, la ausencia de una reforma a las fiscalías
garantiza que, entre violaciones cotidianas a los derechos humanos y carpetas de
investigación mal armadas, la justicia no llegará.
Con esta reforma, se ha golpeado fuertemente la carrera judicial, que es la base de un tercer poder bien capacitado. Gana la improvisación, pero sobre todo ganan las filias y fobias político-partidistas. Con esta involución, superficialmente legitimada por una elección sin sentido, se cumplirá una parte del propósito histórico de Andrés Manuel López Obrador: todo el poder a la camarilla leal.
El planchazo judicial y el consenso pasivo
El próximo domingo se llevarán a cabo las primeras elecciones para la renovación del Poder Judicial. Es posible que se vean largas colas para votar, pero no porque el proceso haya concitado el interés de la mayor parte de la población, sino porque habrá menos casillas que en las elecciones políticas y porque, como hay muchas boletas y el procedimiento es complicado, cada elector se tardará mucho más en marcar las boletas y depositarlas.
Según las encuestas de opinión, la mayoría de los
ciudadanos está de acuerdo con que los jueces y magistrados se elijan por el
voto popular. Al mismo tiempo, y a pesar de la campaña para promover la
participación, el interés es escaso, debido principalmente al desconocimiento
de casi todos los candidatos, a la complejidad del mecanismo y a que la gente
no tiene claro de qué se trata realmente.
En otras palabras, el acuerdo no deriva de un interés
real o de la creencia de que jueces elegidos serán mejores que jueces
designados a partir de un concurso, de la carrera judicial o de la decisión del
Congreso, sino porque se oye democrático eso de que el pueblo sea quien decida quienes
serán las personas juzgadoras.
Entre menos burros, más olotes. La escasa
participación ciudadana facilitará la tarea político-partidista de organizar
las listas para hacer un planchazo. Ya que casi todo mundo desconoce quiénes
son los candidatos, el partido le facilita la tarea al ciudadano militante o
simpatizante, entregándole un listado que le indica por cuáles votar. Si el método
funciona, el partido más grande -Morena, en el caso que nos ocupa- puede
imponer no sólo a la mayoría de sus candidatos, sino a todos, y de esa forma
avanzar en la toma del Poder Judicial y, con ello, en la destrucción de los
contrapesos que requiere todo gobierno democrático.
El planchazo ha sido una práctica común en varios
partidos políticos, incluso en aquellos que se precian de democráticos. El
grupo más fuerte, o la dirigencia misma del partido, da instrucciones a sus
simpatizantes para votar en paquete dentro de una lista abierta, y el resultado
final es que los grupos menores o la disidencia se quedan casi sin
representantes, o de plano sin ellos. Les pasó la plancha encima y quedaron
lisos.
No abundaré en los muchos sinsentidos de esta
elección. Basta con recordar que los votos de cada ciudadano no contarán igual
(unos votarán por muchos jueces; otros, por muy pocos), que las candidaturas no
son ciudadanas, sino que pasaron a través de un proceso en el que la gente del
partido en el poder tuvo más peso que cualquier otro actor político, que la
criba no fue lo suficientemente buena como para evitar la presentación de
candidatos con presuntas alianzas con la delincuencia y que el escrutinio de
los votos no se realizará en las casillas. El mayor sinsentido es los cargos en
el Poder Judicial no son de representación política, sino social. Este poder
debe proteger los derechos de todos los ciudadanos, y no servir a la mayoría
política.
El caso es que, salvo unas pocas iniciativas
dispersas, no hay manera de evitar que el domingo Morena y el gobierno impongan
a los juzgadores que les interesan. Es prácticamente imposible que los votos
diferentes perturben la supremacía de las listas, en un proceso diseñado para
acabar, en la práctica, con un contrapeso constitucional.
El grueso de la oposición política al gobierno ha llamado
a la abstención. Esa actitud es, al mismo tiempo, una denuncia pertinente y una
confesión de debilidad extrema. Lo primero, porque efectivamente se trata de
una simulación democrática que ayudará a asfixiar a la democracia. Lo segundo, porque
las oposiciones son incapaces siquiera de armar una lista alternativa con
perfiles de personas juzgadoras independientes del gobierno federal y su
partido, una lista que muy probablemente sería planchada, pero tal vez no en su
totalidad.
Un problema adicional para las oposiciones es el hecho
de que la mayoría de los ciudadanos avala al gobierno federal y eso ha servido
para que tenga éxito la propaganda respecto a la democratización que significa
la elección de juzgadores. Tal y como están las cosas, el planchazo del domingo
estará cerca del cien por ciento. Eso la pone en un dilema ante la segunda
vuelta, donde se renovará a otra tercera parte del Poder Judicial. ¿Mantenerse igual
para no prestarse a la farsa o promover el voto para hacer probable la victoria
de algunos candidatos independientes? Tal vez los resultados de la primera
vuelta les permitirán hacer un análisis sereno y definir estrategias, pero lo
más probable es que no: que se siga prefiriendo actuar de manera lírica, a lo
que el corazón o las vísceras dictan.
Así las cosas, la gran discusión después del domingo
no será principalmente sobre los resultados, sino sobre el grado de
participación, con unos afirmando que fue más que aceptable y otros diciendo
que fue tan baja que es muestra de rechazo a una reforma de mala concepción y
peores intenciones.
A final de cuentas, lo que importará -y en donde
saldrá ganando el gobierno- son dos cosas: una, se habrá avanzado en la
politización del Poder Judicial, en el proceso de convertido en un brazo más de
la 4T; se habrá generado un consenso pasivo: la aceptación de las normas y
valores del grupo dominante por parte de las clases subalternas. Una
victoria cultural a través de la propaganda. Algo que conocimos quienes vivimos,
hace ya varias décadas, bajo la férula del viejo PRI.
Un núcleo duro ni tan duro ni tan grande
La jornada electoral del domingo nos dice cosas acerca
del país que muchos no quieren ver. Estamos lejos del discurso gobiernista
según el cual el pueblo mexicano se expresó en una elección histórica y nos
convirtió en el país más democrático del mundo. Estamos lejos, también, de un
rechazo popular masivo a la 4T, como algunos sobreinterpretan. La participación
y los resultados preliminares apuntalan la hipótesis de que el consenso
alrededor del gobierno y su proyecto es, en todo caso, pasivo.
Acudió a votar aproximadamente uno de cada ocho
ciudadanos. Dada la complejidad de la votación, parece que los votos válidos
equivaldrán a menos del 10% del padrón electoral. La cantidad de votos nulos
fue muy relevante. Según las encuestas de salida y las telefónicas posteriores
a los comicios, la mayoría absoluta de quienes sí votaron fueron simpatizantes
morenistas, la mitad de los cuales consideraron confuso el método. Sólo un
puñado de electores se declararon de oposición y el resto se dijo no partidista.
Todavía un porcentaje mayoritario de la población considera correcto que se
haya elegido abiertamente a integrantes del Poder Judicial, pero ese porcentaje
está varios puntos por debajo de la aprobación presidencial. Uno de cada cuatro
mexicanos aprueba a Sheinbaum, pero desaprueba la elección de jueces.
La composición de los electores confirma el esperado
planchazo a favor de los candidatos cercanos a Morena. El gobierno gana estas
elecciones ayudado por su método: con una proporción muy minoritaria del
electorado, da un paso gigantesco en la conformación de un Poder Judicial afín
a él y a su partido. Esto debe interpretarse como un ulterior fortalecimiento
de Sheinbaum y del grupo en el poder.
Al mismo tiempo, hay una clara disonancia entre el
esfuerzo propagandístico para la promoción del voto y la asistencia ciudadana a
las urnas. Nadie puede jactarse de un triunfo de la democracia con la
participación de menos del 13 por ciento del electorado. Tampoco se está
presumiendo músculo. A pesar de todas las maneras, sutiles o burdas, para
inducir la participación, y a pesar de todos los recursos públicos gastados en
el proceso, los niveles de abstención fueron muy altos. El núcleo duro y activo
del morenismo es más pequeño de lo que se nos quiere hacer pensar.
En un primer resumen, se trata de una victoria
gobiernista para los propósitos de continuar con la acumulación de poder de
parte de un grupo, y logra cumplir con esa parte el legado de López Obrador,
que pasa por la destrucción del andamiaje democrático institucional. Pero
también de una derrota política, en el sentido de que la montaña del supuesto
entusiasmo popular por la reforma judicial, que tanto rugía, terminó pariendo
un ratón. El que luego la oposición pueda mostrarse incapaz de arar y cosechar
en esa derrota política -como probablemente sucederá- es otro cantar.
Los datos preliminares nos indican que hay una
sorpresa: Hugo Aguilar, jurista oaxaqueño de origen mixteco, a la hora de
escribir estas líneas llevaba una delantera aparentemente cómoda a las dos
ministras más conocidas y que hicieron más campaña en medios: Lenia Batres y
Yasmín Esquivel, por lo que es el favorito para presidir la Suprema Corte. Hay
que señalar que Aguilar estaba en la mayoría de los acordeones repartidos a los
electores morenistas (era parte de la plancha), pero tenía la ventaja de no ser
tan polémico como las actuales ministras. Eso también cuenta. Seguramente mucho
más que atributos, como que Aguilar se formó en temas agrarios e indígenas o
que es partidario de la justicia interseccional (el enfoque legal que prioriza analizar
la justicia a través de múltiples dimensiones de identidad, desigualdad y
discriminación).
Finalmente, dos apuntes. El domingo también hubo
elecciones locales en Durango y Veracruz. En ambas, la participación ciudadana
fue muy superior a la de la elección judicial (más del doble en Veracruz) y en
ninguna de las dos le fue bien a Morena. Aquí tampoco el núcleo duro resultó
tan duro ni tan grande.
En Durango, la alianza PRI-PAN conquistó la capital
del estado y la coalición morenista se fue al tercer lugar, detrás de
Movimiento Ciudadano. A nivel estatal, el PRI-PAN se llevó 20 ayuntamientos,
por 16 de la coalición que encabeza Morena y 3 para MC. En términos de
población, dos terceras partes de los duranguenses serán gobernados por los
partidos tradicionales. La reacción de la dirigencia morenista estatal fue fiel
a su ADN: se quejan de fraude y “elección de Estado”.
En Veracruz, Morena, PRI y PAN perdieron municipios;
los ganadores fueron el PT (que, a diferencia del Verde, no fue en coalición)
y, sobre todo, Movimiento Ciudadano, que se convirtió en segunda fuerza
electoral en ese estado. La oposición en su conjunto recuperó 53 municipios y
el PT se hizo de 20 más y acusó a Morena de “soberbia” por no querer
coaligarse. Aunque retuvo Xalapa y el puerto de Veracruz y tiene la mayoría de
los votos totales en la entidad, Morena sufrió un descalabro. Como están en el
gobierno no podían argumentar “elección de Estado”, la gobernadora Rocío Nahle
fue más cauta y declaró: “a veces se aprende más de los tropezones”. Sin
embargo, el aparato nacional de Morena siguió vendiendo los resultados en la
entidad como una gran victoria.
Así que fue un día agridulce para los guindas. Dulce,
porque le cumplieron a AMLO y avanzan con fuerza en la toma del poder judicial.
Agrio, porque la participación ciudadana en la elección judicial no fue la
esperada y porque, cuando se trató de retener el poder en elecciones políticas
locales, se toparon con algunas paredes.
Quien analice bien lo sucedido podrá tomar mejores decisiones políticas en el futuro. ¿Habrá alguno o seguirán todos privilegiando la propaganda al grado de tragársela ellos mismos? Digo, porque todavía, y por fortuna, hay mucha membrana suave alrededor de los núcleos duros.
domingo, junio 01, 2025
El imposible swing de Isaac Paredes
Mexicanos
en GL. Mayo 2025
Ya llevamos un tercio de la temporada 2025 en Grandes Ligas, y varios mexicanos se consolidan con buenas actuaciones. La novedad de mayo fue el debut de dos jóvenes promesas. Otra, que los buenos inicios de Andrés Muñoz, Jonathan Aranda e Isaac Paredes han continuado en el segundo mes de campaña. De particular interés es la capacidad jonronera del hermosillense Paredes, aparentemente contradictoria con algunas de las métricas con las que se mide a los sluggers en estos tiempos.
Como de costumbre, va un resumen de la actuación de
los peloteros nacionales, clasificada de acuerdo a su desempeño en la
temporada.
Andrés Muñoz estuvo a punto de colgar un segundo mes de manera inmaculada en el departamento de carreras limpias admitidas, pero el día 30 acabó esa magia. El cerrador de los Marineros había estado intratable, hasta llegar a 17 salvamentos. En el camino, desperdició dos salvamentos por carreras sucias que le metieron (el corredor fantasma de los extrainnings, que no cuenta para las estadísticas de pitcheo. Después, ha tenido otros dos rescates desperdiciados: el del día 30, cuando le pegaron tres carreras y el 1° de junio, cuando le anotaron una (pero su equipo respondió al bat y el mochiteco ganó el juego). Su efectividad ahora es de 1.40, su WHIP de 0.82, los rivales le batean un mísero .149 y ha ponchado a 26. Tiene 2 ganados y 0 perdidos.
Jonathan Aranda bajó un poquito su slugging en mayo; a cambio de ello logró mejorar su porcentaje de bateo. El zurdo tijuanense, inicialista de Tampa Bay contra lanzadores derechos, bateó para .341 en mayo, con 3 jonrones. Subió su porcentaje a .320, su OPS bajó a .915. Acompaña esa producción con 12 dobletes, 7 cuadrangulares y 31 carreras producidas.
Isaac Paredes tuvo en el mes un par de rachas jonroneras que impresionaron a todos. Lo curioso es que el de la H no está entre quienes le pegan más fuerte a la pelota, es de los que tienen un swing más lento y el ángulo en el que le pega a la bola es normal. ¿Cuál, entonces, es su secreto? Los nuevos análisis tecnológicos lo encontraron: sus ojos y la rapidez de reflejos. El bat de Paredes, aunque no sea tan veloz, sale antes rumbo a la bola que el de los otros ligamayoristas y le suele pegar. Por lo mismo, es un enorme jalador de pelota (y los pitchers rivales le lanzan afuera: la buena vista de Paredes permite que sólo le haga swing a lo que va por la zona de strike, normalmente fauleando). Eso explica también su habilidad para embasarse por pasaportes. Números del hermosillense:.252 de promedio, 11 vuelacercas, 7 dobletes, un triple, 32 producidas y OPS es de .794.
Jarren Durán no tuvo un gran mayo, pero sigue consistente con el bate y con el guante. El jardinero de los Medias Rojas puede presumir buenos números generales, aunque no ha mostrado poder, como el año pasado: .264 de porcentaje, 4 cuadrangulares, 34 producidas y OPS de .718, con 13 bases robadas (pero ha sido atrapado robando en 5 ocasiones).
Randy Arozarena no es un pelotero de mucho contacto, pero cuando le pega a Doña Blanca a menudo la hace llorar. El jardinero de los Marineros mejoró en mayo su porcentaje, pero es apenas de .220. Lo acompaña de 7 jonrones, 24 carreras empujadas, OPS de .729 y 9 bases robadas en el mismo número de intentos (en mayo corrió menos que en abril). En la defensa, excelente.
Manuel Rodríguez es una joyita escondida en el relevo de Tampa Bay, con quienes actúa normalmente en los innings 7 y 8, en juegos cerrados. En el mes tuvo 3 decisiones. El derecho yucateco ganó un juego y perdió 2, su PCL es de 2.39, se le embasa menos de un corredor por entrada, tiene 8 holds (ventajas sostenidas en situación de rescate) y ha pasado por los strikes a 21 rivales.
Alejandro Kirk encontró su mojo con el bat en mayo, en el que bateó para .365, de nuevo recibió un montón de bases por bolas y volvió a darle la razón a quienes dijeron que la directiva fue la ganona con el contratote que firmó el Capitán, receptor de los Azulejos de Toronto. Se muestra excepcional en la defensa. Sus únicos peros son que no tiene tanto poder y corre despacio. Batea para .301, con 3 cuadrangulares, 23 producidas y OPS más que decente: .736.
Brennan Bernardino, relevo intermedio de Boston, tuvo un buen mes. El zurdo tiene marca de 2-2, redujo su PCL a 1.52, mantiene el WHIP debajo de 1, ha recetado 20 chocolates y ya cuenta con un hold.
Luis Urías, ya asentado como infielder titular de los Atléticos, bajó un poco su poder productivo respecto a abril. Es decir, no ha impedido que su equipo haya entrado a un tobogán, pero sigue teniendo números decentes: en lo que va de la campaña batea para .252, con 6 jonrones, 13 producidas, OPS de .759 y un robo de base.
Rowdy Téllez, batea en la parte fuerte del platoon de los Marineros en la primera base. Mejoró en mayo respecto a abril, pero sigue siendo un jugador que juega al todo o nada: o jonrón o ponche. Rowdy coquetea con la Línea Mendoza con su .206 de promedio, pero tiene 8 vuelacercas y 23 carreras producidas. Su OPS, debajito de lo que debería tener un titular: .681. Se poncha el 24 por ciento de las veces que va a batear.
Jojo Romero tuvo un magnífico mayo, en el que no admitió carrera limpia, y que ha limpiado sus números poco presentables de abril. El relevista zurdo de los Cardenales trae 1-3, con.3.44 de limpias, 9 holds (porque le han dado más confianza en entradas clave) y 13 ponches.
Ramón Urías estuvo buena parte del mes en la lista de lesionados. Al regresar a los alicaídos Orioles, se tardó un poquito en agarrar ritmo al bat (su guante es excepcional). Sus números en la temporada: .279, 2 jonrones, 18 empujadas y OPS de .697.
Alex Verdugo se fue desinflando en mayo, tras un buen inicio ofensivo. Al regreso de Ronald Acuña Jr. se mantiene en la titularidad en el jardín izquierdo de Atlanta, pero colgando de su defensiva y de un hilito. Sus numeritos en lo que va del año: .259, 10 producidas y OPS de .646.
Valente Bellozo tuvo dos aperturas con los Marlines en mayo, y se quedó en el equipo como relevo largo. Lo ha hecho bien en términos generales, sin brillar demasiado. Lo que mejoró de verdad en el mes fue su WHIP. Lleva 1 ganado, 2 perdidos, un más que decente 2.89 de carreras limpias y 21 pasados por los strikes.
Alek Thomas batea contra lanzadores derechos en el platoon que tienen los Diamondbacks en su jardín central. En la defensa es muy bueno; no tanto con la majagua: batea para .255, un jonrón, 16 remolcadas y 3 robos de base. En mayo su OPS bajó a .660.
Taijuan Walker abrió tres juegos en mayo (ninguna fue salida de calidad) y participó como relevista en dos más: ganó un juego y perdió dos. El derecho de los Filis va mejor que el año pasado, pero tampoco es para presumir demasiado. Su marca 2-4, un más que aceptable 3.53 de efectividad, un WHIP de 1.36 y, de pilón, 39 ponches.
Alejandro Osuna debutó con los Rangers de Texas en la última semana del mes. El sinaloense, hermano del relevista Roberto -ahora en Japón- es jardinero y de entrada se lució a la defensiva. Batea bien y ha demostrado habilidad para embasarse por la vía del pasaporte. Ha anotado una carrera, pero no ha producido todavía. .267 de promedio y OPS de .743
Marcelo Meyer, gran prospecto de los Medias Rojas, debutó un día antes que Osuna. Llegó a la Gran Carpa un poco prematuramente, por la lesión de Alex Bregman (y los berrinches de Rafa Devers), para cubrir la antesala. Se ha visto bien con el guante y regularcito con el bat: 200 de promedio, .517 de OPS y 2 carreras anotadas.
Omar Cruz fue de nuevo subido al equipo grande de los Padres, pero sólo para calentar la banca. El tijuanense tiene los mismos números de abril: 4.91 de limpias y 5 ponches.
Austin Barnes, sorpresivamente porque era una institución en el equipo, fue dejado libre por los Dodgers, con quienes había sido receptor suplente desde el 2015. Bateaba para .214, con 2 producidas y .519 de OPS.
Alan Trejo también fue dejado libre por los Rockies de Colorado, ante su poco bateo. Consiguió un contrato de ligas menores con Texas. Batea para .175, con una carrera producida y 2 anotadas.
Tirso Ornelas la está rompiendo en AAA, pero todavía no lo regresan al equipo grande en San Diego, donde no cumplió en su breve estancia: .071, con una producida.
César Salazar sería segundo catcher en casi cualquier equipo ligamayorista. Pero juega para Houston. Fue subido por la lesión del designado Yordan Álvarez, pero en lugar del cubano se turnan Yainier Díaz y Víctor Caratini, los otros dos receptores. Eso ha hecho que el sonorense haya calentado la banca prácticamente todo el mes. Tres apariciones al plato sin hit.