Está por terminar la primera mitad de la temporada de Grandes Ligas, y el balance de los peloteros mexicanos tiende a ser positivo. Tres connacionales –los consistentes Adrián González y Joakim Soria, así como Jorge Cantú, quien vuelve por sus fueros- se encuentran entre los jugadores más destacados de la campaña; dos más –Jorge Campillo y Edgar González Sabín- recibieron al fin una oportunidad en forma y están brillando por primera vez en la Gran Carpa, cuando están por cumplir los 30 años. Sólo la desgraciada lesión de Yovani Gallardo y el prolongado cansancio del hombro de Esteban Loaiza ponen la nota negra. Si hay justicia, en el próximo Juego de Estrellas veremos a Adrián y a Joakim. Si hay suerte, también a Cantú.
Aquí el seguimiento de los mexicanos en GL, siempre de acuerdo con el desempeño acumulado en la temporada:
Adrián González. En todas las Grandes Ligas sólo hay cuatro jugadores con más de 20 jonrones y más de 60 carreras producidas en la campaña. Tres de ellos juegan en parques que favorecen a los bateadores. El otro es mexicano, juega en el parque favorito de los lanzadores y lo hace en medio de uno de los órdenes al bat más flojos de las mayores. Su productividad y su popularidad en San Diego son mayúsculas. No nos queremos imaginar cómo sería en otro lado. Adrián bateó en mayo para .291, con 6 jonrones y 20 producidas. Mejoró su OPB (porcentaje de embasamiento) debido a que, cada vez más seguido, le dan base por bolas intencional o disfrazada. En el año lleva .288, 21 cuadrangulares (segundo lugar en la Liga Nacional) y 68 impulsadas, con las que encabeza la liga.
Joakim Soria. El 7 de junio, Jorge Posada y Johnny Damon demostraron que Joakim es humano, haciéndolo fallar en un salvamento y perder el juego. Ese día fue la excepción que rompió la regla, porque el de Monclova ha seguido muy dominante, retirando en orden entrada tras entrada (23 de los últimos 24 bateadores a los que se ha enfrentado) y salvando juegos para los Reales de Kansas City. En el mes salvó 10 juegos (de 11 posibilidades), y tuvo efectividad de 1.42. En el año, lleva 0-1, 22 salvamentos, 1.25 carreras limpias admitidas por cada 9 entradas lanzadas y 39 ponches. Los rivales le batean para un miserable .146.
Jorge Cantú. El de Reynosa está definitivamente de regreso Inició junio con el bate candente y sólo un ligero enfriamiento a final de mes impidió que sus estadísticas fueran tremendas. Al final, su mes fue similar al de Adrián: .287, 6 jonrones y 21 producidas. En el año lleva .274 con 14 cuadrangulares y 47 remolcadas. Lo curioso es que logró estos números con su tradicional impaciencia en la caja de bateo: de hecho su OBP fue el mismo que en mayo, pero en vez de embasarse por pasaportes lo hizo mediante extrabases.
Jorge Campillo. El tijuanense se hizo ya de un lugar estable en la rotación de los Bravos de Atlanta, aunque sin brillar tanto como el mes pasado. Tuvo cuatro aperturas en el mes, de las cuales dos fueron de calidad. Perdió una de ellas, aunque lanzó juego completo, ante Joe Saunders. En el mes, el hombre del gran cambio de velocidad lanzó para 1-2, con 4.36 de limpias. En el año, 3-2, un saludable 2.54 de PCL, 54 ponches y sólo 12 bases por bolas concedidas.
Dennis Reyes. El especialista zurdo de Minnesotta ha seguido cumpliendo con atingencia su labor. En junio, tuvo 10 breves apariciones, en las que sacó los outs necesarios. Una de ellas le sirvió para rapiñar una victoria. En la undécima ocasión, le anotaron una carrera sin que pudiera sacar a bateador alguno. En junio, 1-0, con 1.50 de PCL. En lo que va de la temporada 2-0, y un muy buen 2.28.
Yovani Gallardo sigue rehabilitándose tras la exitosa operación en los ligamentos de la rodilla. 0-0 (por la falta de apoyo de su equipo a la hora de batear) y 1.80 de limpias.
Oliver Pérez. Aquí le pusimos Oliver Jeckyll y Oliver Hyde. En Estados Unidos le dicen “el Volado”, porque un día lanza una joya y a la siguiente apertura tira basura. La única excepción es cuando sus Mets enfrentan a los Yanquis de Nueva York en el “Clásico del Subway”, porque entonces Oliver es Dios. Inició junio con una salida digna, pero no de Hyde, sino de Frankenstein: sacó un solo out a los Gigantes, que le metieron 6 carreras y decidieron el juego desde los primeros minutos. A la siguiente, un buen duelo de pitcheo –en el que salió sin decisión-. Nueva salida, y joyita contra Texas: victoria. Siguientes dos juegos, lo apalean. Se reivindica contra los Yanquis. En total 2-2 con un mediocre 5.28 de limpias. En el año: 6 ganados, 5 perdidos, 4.96 de CL, un montón de ponches (76) y otro montón de bases por bolas (52). Al menos ya no lidera las mayores en la categoría del descontrol. Todo mundo dice que si se concentrara siempre, sería una gran estrella. A lo mejor hay que hipnotizarlo para que sus rivales sean siempre los Yanquis.
Edgar González Sabin. Dicen que a la oportunidad la pintan calva, y el hermano mayor de Adrián le está sacando todo el provecho posible. Llegó como utility con los Padres y se ha quedado con la titularidad de la segunda base, donde no ha cometido un solo error, al tiempo que ha lucido como bateador de contacto. Es el segundo en el orden al bat de San Diego, mientras que su hermano Adrián suele ser tercero o cuarto: es común que Edgar conecte un sencillo y Adrián lo remolque a la registradora con un extrabase. Quién sabe cuánto alboroto armarían los medios si en el Osasuna los hermanos Vela hicieran una combinación similar, pero esto no es fucho. El tijuanense bateó en mayo para .330, con 3 vuelacercas y 11 producidas. En el año lleva .325 con 14 impulsadas. Eso sí, se poncha mucho.
Alfredo Amézaga ha vivido un mes complicado, en el que salió del cuadro titular de los Marlines de Florida, ha jugado a cuentagotas y sufrió un tirón en la última semana. Cuando se recupere es posible que ocupe, por un rato, la segunda almohadilla, en sustitución de Don Uggla, lesionado. Su buen dato del mes es que recuperó la velocidad y la audacia entre las bases. En junio bateó .200, con 1 producida y 3 estafas. En el año, .245, 1 jonrón, 8 impulsadas y 4 robos.
Oscar Villarreal. Tras un inicio malo, el neoleonés ha ido mejorando sus actuaciones, pero muy poco a poco. Perdió su posición como preparador de cierres y lo pusieron a trapear innings, regresó a jugar para preparar victorias y desperdició un salvamento. En el mes, 0-0, con 4.32 de limpias; en el año: 1-3 con 4.91.
Jorge de la Rosa estaba trapeando innings para los Rockies cuando los de Colorado, desesperados por un quinto abridor, le volvieron a dar la oportunidad al regiomontano. Tuvo dos salidas de calidad, en las demostró todo su complejo repertorio de lanzamientos, capaz de enloquecer al bateador más experimentado. La prensa de Estados Unidos se entusiasmo y dijo que Jorge era “el Conquistador” (entre otras cosas, porque parecía haber conquistado a su peor enemigo, que es el descontrol). Sus siguientes dos salidas fueron malas (en la última no dio bases, pero le vieron la pelota con 11 hits en 5 entradas). En junio lanzó para 1-1, con 4.94 de CL. En el año 2-4, con 6-70.
Luis Mendoza. El novato veracruzano se recuperó de sus lesiones y regresó con los Rangers de Texas, pero ahora al bullpen, donde lo ha hecho mucho mejor que como abridor (de hecho, empezó dominando los partidos que abrió, para demostrar su cansancio por ahí de la cuarta entrada). Tres partidos jugados. En el primero colgó tres argollas y se llevó la victoria; el segundo, otros tres ceros enemigos y el salvamento. El tercero, también perfecto. Es probable que regrese a la rotación de abridores. A ver si ahora si la hace. En junio 1-0, 0.00 de CL y un salvado. En el año 1-2, con 5.40.
Luis Ayala El mochiteco no está teniendo una buena campaña con Washington, posiblemente debido a que los atribulados Nacionales se ven obligados a usarlo a cada rato: sigue siendo el lanzador que participa en más partidos, y ha sostenido varias ventajas, pero no ha tenido consistencia y no parece confiable. En junio, tuvo números de 0.1, con un rescate desperdiciado y 7.94 de carreras limpias. Su marca en el año: 1-4 y 5.48.
Germán Durán ha podido regresar a compartir –ante pitchers zurdos- la tercera base de los Rangers de Texas. El manager dice que tiene el talento para jugar más a menudo y que lo único que requiere es fogueo. El problema es que su bateo sigue batallando alrededor de la Línea Mendoza –que es .215-, debajo de la cual no hay buen fildeador que aguante mantenerse en el roster. En junio bateó para .208, con 2 jonrones y 5 producidas; en la campaña lleva .198, 3 cuadrangulares, 9 impulsadas y un robo.
Esteban Loaiza. “¿Qué harán los Dodgers con los 7 millones de dólares del salario de Loaiza?, nos preguntábamos hace un mes. La respuesta es que se los tragaron, pagándole al tijuanense, para luego venderlo a los Medias Blancas de Chicago, quienes lo contrataron de relevista, con salario de ligas menores. En esa veste tuvo acción en tres partidos, donde admitió una carrera limpia en 3 innings, antes de volverse a lesionar. Los reportes son similares a los del año pasado: hombro agotado y Loaiza no recupera su velocidad. Parece su agonía como ligamayorista. Los números del mes: 0-0 y 3.00 de PCL; del año 1-2, con 5.23.
Edgar González. El Edgar que no es hermano de Adrián se pasó buena parte de junio trapeando innings para los Diamantes de Arizona, con resultados mediocres, casi idénticos a los del mes anterior: 0-1, con 5.54 de efectividad; para fin de mes pasó a la lista de lesionados, ya que tiene estresado el codo de lanzar. En el año lleva marca de 1 ganado, 3 perdidos y 6.00 carreras limpias admitidas por cada 9 lanzadas. Ojalá regrese pronto para mejorar sus números.
Juan Castro (.000, 1 carrera anotada) contratado por Colorado, sigue en la imaginaria, imaginando regresar.