Ha muerto Ingmar Bergman.
Esta es una crítica que escribí, hace décadas, a una de sus cintas.
Luz de Invierno
Cuando estábamos en tercer semestre casi todos teníamos unas ganas locas de salirnos de casa. Una especie de himno era la canción “Jugar a
El hermano de la ex novia de Julián tenía un trabajo padrísimo. Era modelo en San Carlos. Se desnudaba, se ponía en la pose que indicaba el maestro, se quedaba inmóvil y los estudiantes lo dibujaban: ganaba 35 pesos la hora. Me dije: “esa es una buena chamba, te pones a meditar por un par de horas y te llevas 70 baros”. No tomaba en cuenta que este cuate era todo tranquiiilo, leeento, que masticaba 25 veces cada bocaaado.
Y, en vez de hacer lo lógico, que era apersonarme en San Carlos o
Otros anuncios que respondí son los que buscaban maestro de inglés o de literatura para escuela secundaria o preparatoria. Tampoco pagaban mal, para mis pretensiones. En dos escuelas las directoras me hicieron sendas entrevistas, de las que creí haber salido muy bien. Dijeron que me llamaban y no lo hicieron. La única escuela que me ofreció una plaza de profesor de literatura fue
También concurse para una plaza de ayudante de un investigador gringo que llegaba al Colegio de México, John Coatsworth. Quedé de finalista, ayudado en gran parte por el inglés, pero otro cuate, Pepe Casar, me ganó por un pelito.
Quien finalmente me consiguió chamba fue Oscar Levín, quien trabajaba en
Pasé muchas horas en la biblioteca de Antropología, en
Mientras leía y resumía, me preguntaba cuál era la relevancia de esos estudios para la distribución de subsistencias populares en México. Al principio me imaginé que Conasupo quería estudiar los efectos de su labor entre las comunidades indígenas del país. Cuando me di cuenta de que había leído demasiada literatura antropológica sobre los Arawak, los Chippewa y los Kikapú, entendí que le estaba ayudando al cuate de Levín con alguna tesis de maestría.
He de confesar que el “guardadito” fue en verdad para viajes. Del dicho al hecho, hay mucho trecho.
Luis Carlos Ugalde se pinta solo en la entrevista que le hace Guillermo Ortega.
Mexicanos en GL, junio.
A Roger Clemens los pitchers mexicanos se le indigestan, aunque lance bien. El año pasado, en el Clásico Mundial, Esteban Loaiza y varios relevistas ganaron el duelo clave, y de paso eliminaron a Estados Unidos. Este año, tras de firmar un contrato millonario con los Yanquis de Nueva York, Clemens fue por su triunfo 350 de por vida. Se encontró con Oliver Pérez y perdió un duelazo. En su siguiente salida, se topó con Rodrigo López, volvió a lanzar muy bien, pero volvió a perder ante un mexicano. Estos juegos, junto con el debut fulgurante del michoacano Yovani Gallardo y el regreso de Luis Ayala a la loma de las responsabilidades, fueron las principales noticias de los mexicanos en Grandes Ligas durante junio.
Aquí su seguimiento, siempre de acuerdo con el desempeño acumulado en la temporada:
Oliver Pérez. No fue un gran mes para el de Culiacán. Tuvo cinco salidas; tres de ellas fueron de calidad, pero sólo en una –el duelo contra los Yanquis- salió victorioso, y perdió en tres ocasiones. Los bateadores contrarios le siguen bateando basura, pero ha vuelto a tener algunos problemas de control. A fin de mes, se resintió de una dolencia en la espalda, y lo descansarán poco más de una semana. Acumula 7-6 en el año, con 3.14 de carreras limpias y 85 sopitas de pichón.
Adrián González. La majagua del tijuanense anduvo floja en junio. Bateó en el mes para un despreciable .231, con sólo 2 vuelacercas y 14 remolcadas. Esto ha hecho disminuir su porcentaje a .272, con 14 jonrones y 51 producidas. Sigue siendo el mejor bat de los Padres, pero lo que tiene a San Diego en la pelea es su cuerpo de lanzadores.
Joakim Soria. Cuando regresó de una lesión en el hombro, se encontró con que Octavio Dotel ya había regresado a la titularidad como cerrador de los Reales de Kansas City. Lo mandaron a trabajar la octava entrada, preparando los cierres. Y en junio estuvo totalmente hermético. Diez apariciones, 11 entradas lanzadas, cero carreras admitidas, con apenas tres hits y tres bases. Si yo fuera Octavio Dotel, no me sentiría seguro en el puesto.
Yovani Gallardo. El muchacho de La Piedad subió al equipo grande de Milwaukee entre bombos y platillos. Luego subió al montículo contra San Francisco, superó los nervios y ganó. Esa fue su peor salida. Contra Kansas lanzó una joyita; luego otra contra los Cachorros. Dejó ambos juegos ganados y las dos veces los relevistas le echaron a perder la victoria. Hay tres cosas que impresionan de Gallardo: una es su variedad de lanzamientos, inusual en un joven de 21 años, que no depende de una recta de humo o de un lanzamiento quebrador en particular; otra es su inteligencia: parece reconocer automáticamente qué es lo que le duele a un bateador; la tercera son su control y aplomo. El único defecto, hasta ahora, es que se cansa rápido: a la altura de la séptima ya no es el mismo. Al regreso del lesionado Chris Capuano, los Cerveceros, para proteger el brazo de Yovani, lo mandaron al bullpen, ante el enojo de los aficionados de Milwaukee quienes, bajo el grito “¡Viva Gallardo!” piden a gritos que sustituya en la rotación a Claudio Vargas o Dave Bush. Yovani lleva 1-0, con 2.79 y 19 ponches, habiendo lanzado 19 entradas y un tercio.
Rodrigo López. La temporada pintaba color de rosa para el mexiquense. De sus primeras cuatro salidas en junio, dos fueron de calidad (una de ellas, la victoria sobre Clemens) y dos fueron decentes. Iba invicto. Pero sus dos últimas salidas no fueron malas, sino desastrosas: en menos de nueve entradas recibió 14 carreras limpias. Su récord de ganados y perdidos pasó a 4-2, pero el que se resintió más fue el PCL, que ahora es un vulgar 4.77.
Alfredo Amézaga. Si hay un jugador que ha mostrado su valía a lo largo del año, ha sido el sonorense de los Marlines. Nunca será una estrella, pero es un ligamayorista por los cuatro costados. Con pimienta, paciencia y tesón, es un jugador que se ha hecho indispensable. Tuvo un magnífico junio, en el que jugó segunda, tercera y jardines, bateó para .278, impulsó 7 carreras y se robó 5 colchonetas. La temida Línea Mendoza queda atrás: lleva .260 en el año, con un cuadrangular, 19 impulsadas y 9 bases robadas.
Oscar Villarreal. Sigue como relevo largo de los Bravos de Atlanta, con un desempeño discreto, ligeramente inferior al de la temporada pasada. Mantuvo su 3.38 de carreras limpias y su 1-0 en ganados y perdidos.
Edgar González. El de San Nicolás de los Garza se la ha pasado entre la rotación y el bullpen. Abrió en dos ocasiones: una fue buena y la ganó; la otra, mala y lo salvó una reacción de los Diamantes de Arizona. Como relevista se ve menos bien, en dos ocasiones no admitió carrera, y en otra lo molieron a palos. Terminó junio con 3-2 y 4.85
Dennis Reyes. El gordito de El Fuerte ha mostrado notable mejoría, luego de su flojo inicio. Junio fue magnífico: en ocho apariciones al relevo, el zurdo sólo aceptó una carrera. Se llevó una victoria, con lo que empareja su récord a 1-1 y, más importante, mejoró su efectividad a 4.50.
Jorge de la Rosa. Irregularidad ha sido el segundo apellido del regiomontano. Abrió cinco juegos en el mes. En dos de ellos lanzó de manera excepcional. En los otros tres, tiró basura. Perdió una de sus salidas de calidad y se fue sin decisión en una de las de basura. También entró de relevo en un juego larguísimo: no sacó ni un out y cargó con la derrota. Hay un dato muy interesante: De la Rosa tiene 3-0 con 1.46 de carreras limpias cuando lanza de día… y 2-9, con 6.78 cuando lanza de noche. Es una tendencia histórica que se ha exacerbado. Me atrevo a preguntar: ¿Tendrá algún problema visual que le impide trabajar las esquinas de noche? Su marca en el año: 5-9, con 5.38.
Luis Ayala. Luego de someterse a la cirugía Tommy John, y de más de un año de inactividad, el mochiteco ha por fin regresado al bullpen de los Nacionales de Washington. Lo ha hecho bien, con un PCL de 2.70. Pronto lo veremos en la octava entrada… y luego, ejerciendo presión competitiva sobre Chad Cordero.
Jorge Cantú. Es la sombra de lo que fue hace dos años. Mal y –sin duda- de malas, el tamaulipeco ha visto poca acción. En junio bateó para .182, produciendo sólo dos carreras. En el año lleva .231 con 4 producidas.
Juan Castro. Los Rojos siguen usando al sinaloense casi solamente a la defensiva. Con el bat lleva .167 y 4 producidas.
Elmer Dessens: (1-1, 6.60) sigue lesionado, Humberto Cota (.286, 0, 3) está en AAA, Oscar Robles (.238, 0, 2) estaba por regresar a los Padres, pero se fracturó una mano, y Esteban Loaiza no ve la hora para regresar de sus lesiones.