Estamos de regreso con la pelota caliente. Je je.
Mexicanos en GL Abril
Dos cañones y cuatro serpentinas mexicanas son lo más destacado para los nacionales en el primer mes de la temporada de Grandes Ligas. De lejos, lo más relevante ha sido la impecable actuación de Joakim Soria, cerrador de los Reales de Kansas City, que ha rozado los linderos de la perfección. Otras noticias relevantes son que Dennis Reyes recuperó su antigua forma, que Jorge Cantú –a base de riñones, pero también de inteligencia- le está dando la vuelta a dos campañas para el olvido, que Jorge Campillo por fin está mostrando su madera ligamayorista y que Yovani Gallardo deja la clara impresión de ser mucho más que flor de unos meses.
Aquí, la primera entrega –abril- del análisis de los mexicanos en Grandes Ligas, en orden de su desempeño individual de toda la temporada..
Joakim Soria. Nada más se le puede pedir a un lanzador. El de Monclova ha aparecido en 11 ocasiones, a menudo en situación de salvamento. Ha lanzado 11 entradas, en las que apenas ha dado una base y recibido 3 hits. A cambio, ha dejado viendo visiones a 13 bateadores, que tuvieron que regresar al dogout con el bat en la mano. 6 salvamentos en 6 oportunidades; los contrarios le batean un miserable .083; su porcentaje de carreras limpias admitidas por cada 9 innings lanzados es impecable: 0.00. En otras palabras: Soria baja la cortina de hierro y los bateadores nada han podido en contra suya. Y no hace todo esto con base en velocidad pura, sino en la combinación sabia de diferentes pitcheadas. Si hemos de pensarle en un defecto, es que los Reales de Kansas City son tan mediocres que no le dan a Joakim suficientes oportunidades de salvamento.
Adrián González. En la parte central del flojo orden al bat de los Padres de San Diego destaca el de Tijuana, consistente y a menudo contundente. Sus números, sin ser maravillosos, indican que va tras otra buena temporada. .284, con 5 dobletes, 5 cuadrangulares y 19 producidas. Estaría en el rango de los superestrellas si no tuviera que jugar la mitad de los partidos en Petco Park, paraíso de los lanzadores (de hecho todos sus jonrones han sido en gira). Demuestra con un guante privilegiado su calidad de pelotero completo.
Jorge Cantú. El regreso del tamaulipeco es una de las mejores noticias del año. Peleó hasta con los dientes la titularidad en la tercera base de su nuevo equipo, los Marlines de Florida, desplazando –gracias a una magnífica actuación en los entrenamientos de primavera-.a Dallas McPherson hasta AAA. Empezó con un slump, bateando tarde, atrasado y sin poder, pero se recuperó y terminó el mes enrachado, convertido en una máquina de dobletes: lleva 10, con 3 jonrones, 10 producidas y .296 de promedio. Además se ha dado el lujo de robar dos bases. Si su bat no hace extrañar mucho al slugger Miguel Cabrera, a quien sustituye en el lineup marlín, tampoco su guante: ya lleva 6 errores, y va para muchos más.
Jorge Campillo. Apenas logró estar en el roster de los Bravos de Atlanta, quienes lo querían para trapear innings, pero llegó para demostrar su madurez como lanzador y es utilizado, crecientemente, para tareas de más responsabilidad, durante juegos cerrados. En 12 entradas y dos tercios apenas ha aceptado una carrera limpia (en un rally para el que contribuyó con un error), ha ponchado a 14 y no tiene decisión. Su PCL, 0.71, es casi tan minúsculo como el porcentaje de sus oponentes (.114).
Dennis Reyes. El gordito de Higuera de Zaragoza está totalmente repuesto de sus dolencias en el brazo de lanzar, y parece en camino de repetir su magnífica actuación de 2006. Sus primeras apariciones con los Mellizos de Minnesota fueron brevísimas, estrictamente aquellas que requerían de especialista zurdo. Al paso de las jornadas ha sido utilizado con más regularidad, y ocasionalmente como preparador del cierre. Tiene 1 ganado y 0 perdidos, perfecta efectividad de 0.00 y 5 chocolates.
Yovani Gallardo. Una lesión en la rodilla, durante los entrenamientos primaverales marginó al michoacano las primeras dos semanas. De regreso a Milwaukee, con los Cerveceros tuvo dos salidas de alta calidad, en las que se enfrascó en sendos duelos de pitcheo. Las carencias ofensivas de su equipo mandaron ambos juegos a extrainnings. No lleva decisión, pero un magnífico 0.64 de PCL nos habla de una estrella en ciernes.
Oliver Pérez. El segundo lanzador en la rotación de los Mets de Nueva York es la versión beisbolera del Doctor Jeckyll y Mister Hyde. Cuando trae control en el brazo, el sinaloense de las bolas de humo es intratable. En tres de sus salidas, Oliver Jeckyll estuvo magnífico y dejó en blanco a sus oponentes. Cuando pierde el control, es Oliver Hyde, una pesadilla para su propio equipo. En sus otras tres salidas acumuló un PCL de 10.03. En ambos casos tira demasiados lanzamientos como para ir más allá del sexto inning. Su marca de abril: 2-2, con 26 ponches (pero 21 pasaportes) y 4.03 de carreras limpias.
Esteban Loaiza se encontraba a gusto en los Dodgers de Los Ángeles, y a los esquivadores se les ocurre contratar a Joe Torre, el ex manager de los Yanquis que le trae tan malos recuerdos al veterano de Tijuana. Su buena primavera le aseguró un puesto en la rotación angelina, pero a la primera mala salida, Torre lo envió al bullpen, aunque regresó en una ocasión como abridor número 5. Salvo aquel inicio, Loaiza lo ha hecho razonablemente bien: tiene récord de 1-2, con 4.15 de limpias y un bajo índice de WHIP (pasaportes y hits admitidos por entrada lanzada): 1.06. Este indicador presagia un repunte en las próximas semanas.
Luis Ayala es otro jugador que ha superado las lesiones. Con los Nacionales de Washington, es el lanzador de Grandes Ligas que participó en más juegos durante abril, con 17. El mochiteco también comparte con Carlos Mármol el liderato de la Liga Nacional en ventajas sostenidas (holds: cuando un lanzador recibe el partido en situación de salvamento y lo deja manteniendo la ventaja). La lesión de Chad Cordero lo coloca de regreso, tras el periplo de dos años por su terrible lesión en el codo, como preparador del cierre. Sus números son buenos, pero no excepcionales (su control no es el que era): 0-1, con 2.86 de CL, 8 ponches y 7 bases.
Alfredo Amézaga. El versátil y pimentoso jugador de los Marlines se hizo de un lugar en el cuadro titular (ante lanzadores derechos) al principio de la temporada, que empezó con el bat más que encendido. A lo largo de las semanas se ha ido apagando notablemente: la primera quincena bateó para .333; la segunda, para .111. En el mes llega a .234 con 5 producidas. A pesar de su velocidad, no se ha estafado ninguna colchoneta. Su fildeo sigue siendo excepcional y su tremendo brazo ha sacado, desde el jardín central, a varios audaces en jom.
Oscar Villarreal. El de San Nicolás de los Garza ha tenido la campaña inversa a la de Jorge Campillo. En los primeros días los Astros de Houston lo utilizaron en situaciones críticas, de juegos cerrados. Falló: le botaban la pelota a cada rato. Ha pasado a trapear innings, y lo ha hecho mucho mejor. Tiene marca de 0-3, con 5.19 de carreras limpias, y 6 cuadrangulares admitidos en apenas 17 entradas.
Edgar González. El otro nuevoleonés en la gran carpa se ganó el lugar de quinto abridor en los poderosos Diamondbacks de Arizona, pero parece a punto de perderlo. Sólo una de sus cinco salidas ha sido (apenas) de calidad y en dos de ellas lo han apaleado. Ojalá repunte, aunque para ello tenga que ir al bullpen. Su récord de abril es 1-2, con 6.55 en carreras limpias.
Germán Durán es el mexicano 103 que debuta en Grandes Ligas. El zacatecano fue subido a mediados de mes por los Rancheros de Texas para cubrir tareas de utility en el infield. Batea para .235 y ha anotado 3 carreras.
Luis Mendoza, también jugando para Texas, tuvo un abril muy malo. En su primera salida iba muy bien hasta que un error en la quinta entrada aparentemente lo puso nervioso, y perdió el juego. En la segunda iba perfecto, sólo que se desmoronó en la cuarta entrada. En la tercera no llegó a lanzar dos innings. ¿Nerviosismo de novato ante el primer bateador que se le embasa o cansancio prematuro? Cansancio prematuro, debido a una lesión en el hombro. La novatez fue no avisar y creer que con “echarle ganas” el veracruzano podría dominar a los rivales. El resultado: 0-2, un horroroso 9.31 de carreras limpias y una estancia incierta en la lista de lesionados.
Juan Castro. Inició con los Rojos de Cincinatti, cumpliendo tareas de utility. Está bien que el bateo no sea la característica principal de este tipo de jugadores, pero Juan de Dios exageró. Bateó para .000 y anotó una carrerita la única vez que se embasó (por pasaporte gratis). Los Rojos lo dejaron ir.
Los dos jugadores mexicanos que habían sido removidos de sus equipos a la hora del corte de inicio de temporada, terminaron cambiando franela y es probable que debuten en mayo. Jorge de la Rosa, lanzador que los Reales vendieron a los Rockies de Colorado y Oscar Robles, utility que los Padres dejaron ir y que los Filis de Filadelfia acaban de contratar.