miércoles, mayo 28, 2025

80 años después, las lecciones olvidadas de la II Guerra Mundial


El pasado 8 de mayo se cumplieron 80 años del fin de la II Guerra Mundial en Europa, con la rendición incondicional de Alemania nazi y el fin del Tercer Reich. Pasarían más de tres meses para que lo mismo sucediera con el imperio japonés.

Ocho décadas son pocas para olvidar varias de las lecciones que dejó el conflicto bélico más mortífero y cruel que ha conocido la humanidad. Sin embargo, eso es lo que está sucediendo ante nuestros ojos.

Se está olvidando que uno de los motores de esa guerra fue el nacionalismo económico que atrapó a varias sociedades en la época de entreguerras. Se pretendió darle la vuelta a un proceso de integración económica mundial en marcha y lo que se consiguió fue llevar a las economías a una depresión generalizada, que sólo pudo superarse, primero, con distintos tipos de intervención estatal, y después, con la propia guerra.

Se suele olvidar, a menudo de manera interesada, que fue la depresión económica, y no la hiperinflación que la precedió, lo que radicalizó a las masas en Alemania y permitió la manipulación de mentes y corazones para encontrar en los judíos un chivo expiatorio, y para transformar la inconformidad social en resentimiento, primero, y en odio, después.

También se suele pasar de largo que las naciones donde se desarrollaron regímenes totalitarios y militaristas fueron las de capitalismo tardío; es decir, aquellas en donde era necesaria una intervención estatal desde antes de la crisis de finales de los años 20, en donde no se había desarrollado un capitalismo competitivo y en las que terminaría por establecerse una alianza entre el Estado y grupos de empresarios afines. El primer gran capitalismo de cuates protegido por el Estado.

Otras cosas, aparentemente menores, suelen también dejarse a un lado: el carácter ferozmente machista de los tres regímenes del Eje; la victoria cultural de los vulgares al menos en Italia y Alemania (también había sucedido en la URSS estalinista); la persecución enfermiza de unanimidad de criterios en las naciones totalitarias y, por lo tanto, la persecución de toda disidencia; el recuento mentiroso de la historia y de las noticias cotidianas para envenenar de nacionalismo a las nuevas generaciones. Ese fue el caldo cultural que permitió las atrocidades fascistas.

Ya casi todos quienes eran jóvenes durante esos años aciagos han muerto. Era extraño, para las generaciones que les precedimos, escucharlos hablar de una época -tal vez la más terrible que ha vivido la humanidad- con cosas como “en aquellos años sí había una clara línea divisoria entre buenos y malos”, “se vivía con pasión, porque la muerte estaba cercana”, “había una solidaridad como ustedes no se imaginan, y había traiciones como tampoco se pueden imaginar”. Es humano ver los años de juventud con una dosis de romanticismo.

La “clara línea divisoria entre buenos y malos”, al menos vista del lado del antifascismo, no admitía, en esa época, abundancia de matices. Por lo mismo, tampoco admitía relativismos. Se trataba de la lucha de una parte de la humanidad contra otra.

Ocho décadas después nos encontramos -y es algo que me parece increíble- con el auge de una suerte de revisionismo acerca de esa guerra, uno que relativiza todo o que, en sentido contrario, reproduce esa historia a través de la lente deformada del nacionalismo. En ambos casos, eso significa no entender.

Por el lado del revisionismo que relativiza, encontramos cada vez más a quienes, en el afán de ver la paja en un ojo, minimizan la viga en el otro. A nivel micro, por ejemplo, se recuerda que los de la República Partizana de Montefiorino fusilaron a un seminarista de 14 años, acusado sin pruebas de ayudar a los fascistas; o que hubo pueblos alemanes cuyas casas fueron incendiadas y arrasadas por las tropas ocupantes; o que hubo violaciones tumultuarias a mujeres japonesas. A nivel macro, las bombas atómicas de EU sobre población civil, el bombardeo de Dresden o la masacre soviética de Katyn. Pero esto no debe hacer más que recordar que la guerra no es un baile de carquís, y que en ella participan seres humanos, porque lo que hubo del otro lado fue un intento genocida en gran escala, que pretendía acabar con la civilización, tal y como todavía la conocemos, para dar lugar a un orden mundial aberrante, de explotación y jerarquías.

Del lado del nacionalismo, tenemos las ideas peregrinas de que “Estados Unidos liberó Europa”, que no toma en cuenta el papel heroico de la Gran Bretaña de Churchill, el de las extraordinarias y variadas resistencias en distintas naciones europeas y la actuación decisiva de la Unión Soviética. Son al menos estos cuatro factores, aunados a China en el frente oriental y al apoyo de muchas otras naciones, los que determinaron la victoria. Mientras, del lado de la Rusia de Putin, ya tenemos la versión espejo: “La Madre Rusia salvó a la humanidad del fascismo”.

Lo curioso, y triste, del asunto, es que, mientras se inocula con falsas versiones de la historia a los ciudadanos de varias naciones que participaron del lado de los Aliados, se quieren repetir algunos de los factores causales de la peor guerra que ha conocido la humanidad: el nacionalismo, el proteccionismo comercial, el Estado en manos de una clique política amarrada con sus amigos de la clique económica, la vulgaridad rampante, la persecución de quienes piensan diferente (a veces endilgándoles el sambenito de “fachos”, a veces el de “wokes”, siempre el de “traidores”), las toneladas de mentiras en medios y, cada vez más, en las escuelas, y un largo etcétera.

Entre esas mentiras, gritar que las lecciones de la II Guerra no se olvidan… mientras se hace todo lo posible por olvidarlas. Como si más de 50 millones de muertos no fueran suficiente.


jueves, mayo 01, 2025

El impecable abril de Andrés Muñoz


 Mexicanos en Grandes Ligas, abril 2025.

La temporada 2025 en Grandes Ligas inició con expectativas reducidas para los peloteros mexicanos, por ausencias y lesiones, pero en las primeras semanas de acción se puede ver que no ha estado tan mal. Salvo por la escasez de pitchers abridores (tres principales, todavía en el taller de reparaciones), el contingente nacional ha estado arribita de lo esperado. De destacarse, el enorme arranque de Jonathan Aranda y, sobre todo, el impecable abril que se aventó Andrés Muñoz. 

Como de costumbre, va un resumen de la actuación de los peloteros nacionales, clasificada de acuerdo a su desempeño en la temporada.

Andrés Muñoz ha sido, para decirlo en corto, el mejor relevista de las Ligas Mayores en este inicio de temporada. El cerrador de los Marineros se subió 15 veces a la lomita de las responsabilidades, lanzó 15 entradas, sólo le pegaron 5 hits y no recibió ninguna carrera. Obtuvo el salvamento en las 11 oportunidades que tuvo, y ganó un juego. En el camino, ponchó a 19 rivales. El plebe mochiteco ha sido una garantía, y factor para que los de Seattle lideren, por el momento, su división. Efectividad de 0.00 y WHIP de 0.73, con todo y que ha dado un par de bases por bolas intencionales.

Jonathan Aranda está aprovechando su primera oportunidad seria en Grandes Ligas. Nominado para jugar la primera base de Tampa Bay contra lanzadores derechos (la parte fuerte del platoon, o el “cucharón”), empezó bateando tan bien que lo alinearon aun contra lanzadores zurdos. Los datos de statcast lo ponen como uno de los peloteros que más fuerte le pegan a Doña Blanca. A mediados de abril, el tijuanense lideraba las Mayores en OPS (en otras palabras: era el mejor bat de todos), pero se apagó un poco en la última semana. Algo tiene que ver que ahora enfrenta a más lanzadores zurdos, contra los que batea apenas para .154. En la campaña lleva .308 de porcentaje, un excelente OPS de .940, 9 dobletes, 4 jonrones, 14 producidas e igual número de 14 anotadas. Es probable una ligera regresión en sus números.  

Randy Arozarena está sacrificando porcentaje por poder, y parece ejemplificar los “true three outcomes”. El cubano-mexicano de los Marineros se sigue ponchando mucho, pero también recibe muchos pasaportes y trae el bate caliente… cuando le pega a la pelota. Sus numeritos: .208 de porcentaje, 5 jonrones, 18 carreras empujadas, OPS de .735 y 8 bases robadas en el mismo número de intentos. En el jardín, muy bien.

Jarren Durán ha agarrado ritmo a partir de la segunda semana de temporada. El veloz jardinero de los Medias Rojas puede presumir buenos números generales: .279 de porcentaje, 2 cuadrangulares, 17 producidas y OPS de .762. Adicionalmente, se ha estafado 10 colchonetas. Un problema visible: confía demasiado en su velocidad y no es raro que lo saquen de out tratando de llevarse una base extra.   

Isaac Paredes, con su desempeño en lo que va del año, demuestra que fue un acierto para ambos equipos pasarlo de los Cachorros de Chicago a los Astros de Houston, El antesalista hermosillense, correcto en la defensa, ha demostrado ser valioso en la ofensiva, sin tener un alto porcentaje de bateo. ¿Las razones? Su buena vista, útil para recibir pasaportes y su capacidad para jalar la bola, lo que redunda en extrabases en un parque como el de Houston, donde la barda del jardín izquierdo es cercana. ¿Algún problema? El exceso de elevaditos al cuadro. ¿Qué números tiene el de la H? .252 de promedio, 4 vuelacercas (todos de local), 3 dobletes, un triple, 14 producidas y otras tantas anotadas. Su OPS es de .765.

Manuel Rodríguez, con discreción, ha sido uno de los relevistas más consistentes de Tampa Bay. Sólo en dos de sus 11 apariciones, le han podido pegar al derecho yucateco, quien acumula un muy buen 2.08 de carreras limpias y 0.92 de WHIP, con 4 holds (ventajas sostenidas en situación de rescate). Ha pasado por los strikes a 14 rivales.

Ramón Urías, supuestamente, estaba destinado a dotar de profundidad al infield de los Orioles, enfocados en sus jóvenes prospectos. Una lesión de Gunnar Henderson permitió que iniciara la temporada como titular. Luego se puso a batear y, tomando en cuenta que tiene un gran fildeo, ya no hubo manera de sacarlo del line-up. Sus números en la temporada: .292, 2 jonrones, 9 empujadas y un muy decente OPS de .757. 

Alek Thomas se está sirviendo con el cucharón en el platoon que tienen los Diamondbacks en su jardín central. Ya libre de lesiones, batea para .299, con 12 remolcadas y 3 robos de base. Su OPS, .761.

Brennan Bernardino empezó perfecto el año en el relevo intermedio de Boston, hasta que tuvo un tropezón, del que se repuso. El zurdo californiano tiene marca de 1-1, una efectividad de 2.45, un buen WHIP de 0.82 y ha recetado 10 suculentas sopas de pichón.

Alex Verdugo se tardó en conseguir un contrato -y fue por mucho menos de lo que esperaba-, y eso implicó que se tardara tres semanas en regresar a la Gran Carpa, ahora con los Bravos de Atlanta. Ha respondido bien en la defensiva y con el bate.  Sus numeritos en dos semanas de juego: .341, 6 producidas y OPS de .851.

Luis Urías estaba en una situación similar a la de su hermano menor: contratado como utility en el infield. Poco a poco se ha hecho de la titularidad en la segunda base de los Atléticos (de Quiensabedonde). El Wicho batea para .245, con 4 jonrones, 6 producidas (se ve que le gusta volársela con las bases limpias) y .835 de OPS.

Taijuan Walker tuvo cinco aperturas en abril. Sólo una de ellas fue de calidad. En otras, el manager quiso cuidar el resultado y el espigado lanzador salió antes de llegar al juego legal. En cualquier caso, va mucho mejor que el año pasado. Su marca 1 ganado, 2 perdidos, pero con un muy decente 2.78 de efectividad. Su WHIP, regularcito: 1.37. Y el número de ponches alcanza exactamente las dos decenas. 

Valente Bellozo, haciéndola de sexto abridor de los Marlines, sólo ha visto acción en dos juegos. En ambos, el de Tijuana duró solamente 4 entradas y uno lo perdió. Su PCL, de 2.25, dice que no ha lanzado mal. Su WHIP, de 1.63 hits o pasaportes por entrada, que no lo ha hecho tan bien. Tiene 10 ponchados en su haber. Está en AAA, y regresará (entre otras cosas, porque sus números son mejores que los de varios abridores de Miami, incluidos algunos de renombre).

Alejandro Kirk renovó su contrato con los Azulejos: ganará 58 millones de dólares en los próximos 6 seis años. Junto con Vladimir Guerrero Jr, se convertirá en imagen del club. Los analistas señalan que quien ganó en ese contrato fue la directiva, porque es muy difícil encontrar un catcher con las habilidades defensivas de Kirk, que además batee como el promedio de los receptores en las Mayores. En este principio de temporada, el Capitán tijuanense ha demostrado ser un defensivo de elite, pero su majagua está bien por debajo de la media, aun entre receptores, entre otras cosas, porque está siendo menos selectivo que de costumbre. Batea para .239, con 2 cuadrangulares, 10 producidas y OPS de .610. 

Rowdy Téllez, bateando en la parte fuerte del platoon de los Marineros en la primera base, empezó dando grima, pero luego ha mejorado sus números, sobre todo en lo referente a su especialidad bateadora, que es el poder. Rowdy trae apenas .158 de promedio, pero con 4 vuelacercas y 12 carreras producidas. Su OPS, todavía algo bajo: .638.

Jojo Romero ha tenido un inicio desigual. El relevista zurdo de los Cardenales ha tenido algunas presentaciones buenas, pero le han pegado duro tres veces. Eso se refleja en números que no son para presumir: 1-3, con 6.10 de limpias, 2 holds y 7 chocolates.

Omar Cruz logró colocarse en el róster de inicio de campaña de los Padres de San Diego. El tijuanense debutó en Grandes Ligas trapeando innings con pulcritud, con control y sin respetar jerarquías… hasta que en su tercera aparición le pegaron, y el equipo tabaco y oro lo regresó a las menores (en donde, por cierto, hizo un oso tremendo: tras una base por bolas con casa llena, se desentendió del juego y eso provocó la entrada de otras dos anotaciones). Tiene calidad para regresar. Números: 4.91 de limpias y 5 ponches en poco menos de 4 entradas de labor. 

Austin Barnes, como siempre, cumpliendo correctamente su papel de receptor suplente de los Dodgers. No ha bateado tan mal como se esperaba: .250 y 2 producidas.

Alan Trejo, como el hijo pródigo, regresó hacia fin de mes a los Rockies de Colorado, que son el equipo más flojo de las mayores. Fildea bien en las paradas cortas, pero sigue bateando muy poquito: .167, con una carrera anotada.

Tirso Ornelas, otro joven prospecto tijuanense, tuvo un magnífico entrenamiento primaveral y se esperaba que estuviera en el róster de apertura de los Padres. No llegó hasta mediados de mes, y ha tenido una actuación cuesta arriba, porque aún no descifra el pitcheo ligamayorista. Batea para un miserable .077 y la titularidad en el jardín izquierdo le duró menos de una semana.